¿Puedo bañarme después de comer? La ciencia detrás del corte de digestión

La Voz de la Salud

ENFERMEDADES

¿Debemos esperar para meternos en el mar o en la piscina después de comer?
¿Debemos esperar para meternos en el mar o en la piscina después de comer? JOSE PARDO

Repasamos la evidencia médica detrás de la costumbre que aconseja esperar dos horas entre una ingesta y un chapuzón

16 jul 2025 . Actualizado a las 12:54 h.

Es probable que en este mismo momento, en alguna playa de España, haya un adulto prohibiéndole a un niño el baño después de comer, al menos, hasta que hayan pasado dos horas. El corte de digestión es una de las amenazas más temidas y falsas de la época estival. Un mito que empieza porque, en todo el argot médico, no existe ninguna expresión o urgencia que pueda definirse como tal. No hay posibilidad de que un proceso como la digestión se paralice, mucho menos, por meterse en el agua, esté esta fría o caliente.

Por el contrario, hay un término, que se usa sobre todo en la medicina forense, que permite etiquetar los ahogamientos que se producen sin una causa concreta. La hidrocución. El cambio brusco de temperatura que puede darse al pasar de estar tomando el sol —o corriendo, o caminando— al agua fría puede provocar una serie de reacciones fisiológicas que impliquen la pérdida de conocimiento e, incluso, el fallecimiento, especialmente, si la persona está en el agua y nadie se da cuenta de que ha perdido el conocimiento. Sin embargo, este accidente no tendría nada que ver con haber comido o no, sino que es una consecuencia de un contraste término repentino.

En concreto, según precisa la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) en un documento, este choque térmico se presenta con mayor frecuencia con temperaturas del agua inferiores a 27 grados o cuando existen al menos 5 grados de diferencia entre la temperatura del cuerpo y la del agua. Este marco centígrado se debe a que el organismo debe realizar un gran esfuerzo para mantener el cuerpo a 37 grados, y apenas cuenta con tiempo para hacerlo.

Ahora bien, ¿cómo se ha pasado de hidrocución a corte de digestión? Cuando se produce esta situación, hay una vasoconstricción severa en el cerebro por la cual deja de recibir la cantidad de sangre suficiente. De ahí que los primeros síntomas son mareos, visión borrosa o que alguien se desvanezca. Para luchar contra ella, el organismo prioriza solucionar este problema y deja de lado otras funciones que podría estar haciendo en ese momento. Así, si el paciente había comido antes y estuviese haciendo la digestión, podrían aparecer síntomas como náuseas, vómitos e incluso diarreas hasta horas después del evento.

«Probablemente por este motivo se han asociado popularmente estas situaciones a la previa ingesta de comida. Pero la realidad es que el motivo principal es el cambio brusco de temperatura; no hay evidencia científica que demuestre que el hecho de ingerir alimentos antes de bañarnos sea un elemento decisivo para que se genere esta situación», precisaba el doctor Roi Ribera, médico especialista del Aparato Digestivo, en este artículo.

En este sentido, una comida, especialmente, si ha sido muy abundante, podría ser un factor contribuyente al problema, como lo sería la ingesta de alcohol, de fármacos, el ejercicio físico, tener la tensión baja, la deshidratación o una exposición prolongada al sol.

Cuando esta reacción de síntomas empiezan a darse, la persona suele detectarlo y busca salir del agua para darle solución. Ahora bien, prevenirlo puede ahorrar algún que otro susto y mal trago. La clave, a la hora de evitarlo, es pasar por un período de adaptación progresivo al meterse en el mar, sobre todo, en aguas muy frías.

«Dicho de otra forma, lo que muchos llevamos realizando habitualmente por cobardía (ir introduciendo poco a poco los pies, parar, mojarse la nuca, el abdomen y los brazos y básicamente buscar cualquier excusa antes de zambullirse de golpe en el mar), es una estrategia muy adecuada para evitar cambios bruscos corporales de temperatura, facilitar la adaptación de nuestro organismo y así prevenir esta reacción», comentaba el especialista. Así, esperar dos horas para meterse en el agua después de haber comido no es necesario, salvo que la persona haya hecho una comida muy copiosa.

Con todo, «no podemos desmentir de forma categórica la creencia popular de que aguardar un tiempo determinado antes de tomarse un baño no sea beneficioso, especialmente, si nos hemos regalado un empacho importante bajo el sol». Sin embargo, precisa el médico digestivo, es mucho más importante realizar una entrada progresiva en el agua, «incluso aunque llevemos horas sin comer, que cualquier otra medida», concluía.

Si alguien detecta a una persona con síntomas de hidrocución, lo correcto será retirarla lo antes posible del mar y darle calor. Ante una pérdida de conocimiento y ante una posible parada cardiorrespiratoria, se deben comenzar, cuanto antes, las maniobras de reanimación