Gemma Sempere, radióloga: «En las varices hay una dilatación de las venas»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La doctora Gemma Semepere, radióloga intervencionista y vascular.
La doctora Gemma Semepere, radióloga intervencionista y vascular.

La vicepresidente de la sociedad que reúne a todos los especialistas de España explica que el dolor, en el que intervienen, es un síntoma muy complejo

16 sep 2025 . Actualizado a las 16:46 h.

Nadie suele pensar en radiología cuando se habla del tratamiento del dolor, del ictus o de las varices. Sin embargo, la subespecialidad de radiología vascular e intervencionista es una área creciente dentro de los hospitales, que facilita las intervenciones mínimamente invasivas y, como consecuencia, la pronta recuperación de los pacientes. ¿El problema? Es desconocida en atención primaria, lo que dificulta el acceso de los afectados a sus servicios. Gemma Sempere, vicepresidenta de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei), explica las funciones que tiene su especialidad y en qué sentido pueden ayudar en algunas de las enfermedades más comunes en la actualidad. La experta se pronuncia en el marco del Congreso Mundial de Radiología Vascular e Intervencionista que se celebró en Barcelona.

—Un 76 % de los médicos de familia reconocen que su nivel de conocimiento sobre la Radiología Vascular e Intervencionista es «deficiente» y muchos ni siquiera saben qué procedimientos e intervenciones pueden realizar los radiólogos vasculares e intervencionistas, según una encuesta que se presentó la Serveilav. ¿Cómo es posible?

—En principio, lo que denota esta encuesta es un distanciamiento entre lo que es la atención primaria y la atención hospitalaria. Es decir, en cuanto a conocimiento de lo que se está desarrollando en ambos ámbitos, que aunque sea la atención al paciente, se desarrollan de manera completamente diferente. Por un lado, la especialidad de familia o de atención primaria es una especialidad MIR, que tiene un desarrollo curricular, que parte se desarrolla en el ámbito hospitalario, pero la parte principal se desarrolla en el entorno de atención primaria, no en el hospital. Esto, con el tiempo, puede llevar a que el conocimiento de lo que se está desarrollando en un entorno hospitalario, como puede ser en este caso la radiología vascular e intervencionista, quede a distancia de lo que verdaderamente se está desarrollando en el entorno de primaria. Eso creo que es común también a otras especialidades hospitalarias, pero podría ser uno de los motivos que justifiquen que los médicos de atención primaria desconozcan en muchas ocasiones lo que se está desarrollando en los hospitales en cuanto a la radiología vascular e intervencionista.

—¿En qué patologías interviene su especialidad?

—La radiología vascular e intervencionista es una subespecialidad que se desarrolla en el ámbito de la radiología diagnóstica y también vascular e intervencionista. Es como una pequeña extensión. Nos encargamos de intervenir, de hacer terapia y también diagnóstico con el apoyo de la imagen médica radiológica, que en esto tenemos técnicas de TAC, de resonancia, de ecografía y de fluoroscopia, para poder intervenir en procesos de enfermedad en pacientes de una manera mínimamente invasiva. Es decir, no quirúrgicamente, poder acceder al interior del cuerpo a través de la piel, a través de los vasos sanguíneos, sin necesidad de abrir un campo quirúrgico, lo que significaría una cirugía. Nosotros podemos ver el interior de los pacientes con la ayuda de la imagen médica y podemos intervenir, llegar a los procesos patológicos que se están desarrollando de una manera mínimamente invasiva, por ejemplo, mediante agujas de punción a través de la piel, a través de pequeños agujeros; a través de catéteres, accediendo por los vasos sanguíneos a zonas que queremos tratar. Todo ello sin necesidad de abrir un campo quirúrgico. Con ello, los pacientes reciben un tratamiento con una menor morbilidad, es decir, menores tiempos de postoperatorio y unas recuperaciones más rápidas.

—¿Qué enfermedades suelen tratar?

—El abanico de tratamientos que hacemos en radiología intervencionista es muy diverso. Tratamos percutáneamente a través de la piel diferentes procesos y podemos actuar, por ejemplo, en el área hepática, sobre problemas de la pulmonar o de la vía biliar, como procesos infecciosos, pero también cáncer. Podemos actuar en situaciones de sangrado agudo, interno, por ejemplo, en politraumatismos; en situaciones de sangrado espontáneo y podemos acceder a estas zonas de manera mínimamente invasiva a través de catéteres.

—¿Cómo acceden?

—Llegamos a situaciones o a esas localizaciones de hemorragia interna y tapamos el vaso sanguíneo, con lo cual conseguimos una efectividad y una mínima inversión, porque al final el acceso se produce a través de un pequeño agujero con una recuperación mucho más rápida y mejor.

—¿Forman parte de la intervención que se enmarca dentro del Código Ictus?

—Sí. En el campo del ictus tenemos un gran papel, tanto en el isquémico o el que se produce por la falta de llegada de sangre a una determinada zona del cerebro, por un coágulo o un tapón de un coágulo que ha tapado un vaso sanguíneo y eso se manifiesta con un defecto neurológico, porque la zona donde actúan las neuronas ya no recibe su aporte sanguíneo. En esos casos la radiología vascular intervencionista tiene mucho que hacer. Podemos llegar a través de los vasos sanguíneos con catéteres, que son tubitos muy finos, a la zona del cerebro que está tapado por ese coágulo y ser capaces de absorberlo o extraerlo, con lo cual se recupera la función del cerebro. Este tratamiento ha sido una revolución porque, hace años, los ictus se trataban con medicaciones que intentaban disolver el coágulo, pero no llegaba a ser todo lo suficientemente fuerte como para conseguir una restitución de la función neuronal. Los nuevos tratamientos endovasculares han supuesto una revolución. Los resultados han demostrado con los años que este tratamiento es eficaz ya que los pacientes se recuperan más rápidamente y con menos secuelas en comparación a años atrás. Eso es gracias a la radiología vascular intervencionista.

—¿Cómo funciona el Código Ictus?

—El tiempo es cerebro. Cuando hay sospecha de ictus, se despliega una organización de especialistas médicos que trabajan de una manera muy coordinada, eficiente y rápida. Todo se desarrolla para que el tratamiento se pueda instaurar al menor tiempo posible. Hoy en día, los pacientes tienen la posibilidad de recuperarse íntegramente y llevar una vida como antes del ictus lo más normal y con una recuperación muy buena.

—De los ictus a las varices.

—Sí, ese es otro ámbito que podemos tratar. Las varices son una enfermedad de los vasos sanguíneos, en concreto, de las venas, donde se produce una dilatación.. Estas venas dilatadas, conocidas como varices, suelen afectar a muchas personas y en algunos casos pueden llegar a crear bastante complejidad para los pacientes. De hecho, se relacionan en muchos casos de trombosis, porque las varices o venas altamente dilatadas tienen dificultad para llevar el flujo sanguíneo de una manera adecuada, por eso, las varices tienen la tendencia a trombosarse. La sangre se coagula fácilmente y se produce una obstrucción del vaso sanguíneo por una dificultad de paso.

—¿A qué problemas conduce esta trombosis?

—Esta obstrucción crea una serie de problemas para los pacientes como son piernas hinchadas, inflamadas, sin una buena circulación, lo que les limita para caminar, para llevar una vida normal. Es más, pueden tener un riesgo vital muy importante porque esa sangre coagulada, ese trombo que se acumula principalmente en las zonas de las piernas donde las varices son más frecuentes, puede desplazarse y migrar a una zona muy frecuente que es al corazón y hasta los pulmones. En ellos, puede crear una situación de riesgo vital como es la embolia pulmonar. En esos casos complejos, la radiología vascular intervencionista también tiene un campo de acción, porque puede acceder a los vasos sanguíneos y aspirar ese coágulo de forma que se libere el flujo y evitar toda la sintomatología relacionada. Incluso, podríamos llegar al pulmón en caso de embolia pulmonar. Todo ello sin intervención quirúrgica.

—¿De qué forma son capaces de tratar el dolor?

—El dolor es un síntoma complejo y con múltiples causas. Lo hay de tipo inflamatorio, oncológico o visceral por diferentes causas. En ellos también podemos intervenir. Por ejemplo, en el campo de la mujer hay una situación que causa dolor crónico y se llama síndrome congestivo pélvico. Consiste en que las venas ginecológicas de las mujeres están dilatadas, como sucede con las varices. Son mujeres que tienen dolores pélvicos crónicos, con molestias de años de evolución, y sobre los que no se acaba de encontrar ninguna causa a pesar de consultar repetidamente con médicos. Estas varices condicionan la sintomatología de pesadez, dolor que a lo largo del día va empeorando durante las fases tardías, de la tarde, de la noche, con un patrón determinado. Estudiándolas bien y pudiendo valorar la posibilidad de que tengan este síndrome, que está infradiagnosticado, pero que existe, se puede llegar a tratar también de una manera endovascular mínimamente invasiva y muy rápida y efectiva. Estas pacientes mejoran, y es un ejemplo típico, aunque también hay otros.

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.