Los materiales de las botellas reutilizables, a examen: ¿cuál es mejor para nuestra salud?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

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Existen multitud de alternativas en el mercado a la hora de comprar una botella reutilizable.
Existen multitud de alternativas en el mercado a la hora de comprar una botella reutilizable. iStock

Entre las más recomendables se encuentran las que están hechas con acero inoxidable o vidrio

29 ago 2023 . Actualizado a las 21:15 h.

Las clásicas botellas de plástico que compramos en el supermercado no fueron ideadas para reutilizarse. A día de hoy, a pesar de que sigue instaurada la creencia popular, no contienen el famoso bisfenol A (BPA), que podría ejercer como disruptor endocrino si su ingesta excede determinadas dosis. En su lugar, se emplea el PET (tereftalato de polietileno). Pero este tipo de plástico no es muy resistente y puede deteriorarse con el uso. Esa es una de las razones —junto con la comodidad y, por supuesto, la contaminación—, que lleva a que, cada vez más, la gente opte por una botella reutilizable para llevar el agua. Ya sea para ir al gimnasio, al trabajo, o para mantenernos hidratados mientras damos un paseo. Con todo, existen diferentes materiales y modelos. ¿Cuál es el mejor? Te contamos las ventajas y desventajas de cada uno de los materiales que se utilizan. 

Las botellas de plástico y la eterna pregunta: ¿se pueden rellenar?

Tal como explicamos en este artículo de La Voz de la Salud, el bisfenol A es una sustancia química empleada en la producción de plásticos y resinas. Si bien las personas no lo consumen directamente, este puede migrar desde los envases alimenticios y de bebidas a los alimentos y de ahí, al organismo. Ante el riesgo, las autoridades competentes hacen revisiones asiduas de su seguridad.  

En el 2018, el Parlamento Europeo impuso la prohibición de bisfenol A en las botellas de plástico y envases que contengan alimentos para bebés y niños menores de tres años de edad. Posteriormente, en el 2022, la nueva ley de residuos española extendía la prohibición de uso de esta sustancia —al igual que los ftalatos, que también son disruptores endocrinos— a todos los envases de plástico. 

Esa es la razón por la que ahora, las botellas están hechas de otro tipo de materiales. Los diferentes tipos de plásticos se identifican con un número que va del 1 al 7 y que está situado en el propio envase. El utilizado en los botellines es el 1. Corresponde al PET, tereftalato de polietileno.

El problema es que ese material no es muy resistente y puede deteriorarse con el uso. Y ahí, recae el problema: las grietas que se forman en el plástico, junto con la humedad y el posible calor al que están expuestas son factores que pueden contribuir a la  proliferación de bacterias —esas que nosotros mismos tenemos en la boca—. Por eso, es preferible no reutilizarlas. 

Botellas de plástico duro

Suelen ser cómodas para los niños, ya que son resistentes a golpes y su peso es ligero, pero no son las más recomendables. Aunque el plástico con el que están hechas es mucho más fuerte que el de las botellas de un solo uso, este puede degradarse. Por ejemplo, al introducir en ellas líquido caliente, lavarlas en el lavavajillas o al someterlas a altas temperaturas en estas épocas del año. Además, si esta contiene «pitorro», que suele ser habitual en deportes como el ciclismo o para que los niños pequeños beban, y este es manipulado con las manos sucias, pueden convertirse en una fuente de bacterias.

Botellas de aluminio y acero inoxidable

Tanto el aluminio como el acero inoxidable son metales que se utilizan para la elaboración de botellas reutilizables. Ambos son materiales seguros con respecto a la migración de sustancias tóxicas. Si bien es cierto que pueden existir pequeñas transferencias del metal al líquido, proporcionando un sabor metálico al agua. Sobre todo, en el caso del aluminio. 

Por eso, lo ideal sería optar por el acero inoxidable —aunque suelen ser un poco más caras—, ya que estas no están recubiertas de ningún material. Las botellas hechas de este metal son muy resistentes y no se suelen desgastar con el uso. Por esa razón, casi todo el menaje presente en las cocinas está compuesto por este material. Sobre su superficie se forma una capa protectora de óxido de cromo, que salvaguarda los utensilios de la corrosión.

Además, las botellas hechas con acero inoxidable pueden contener otras bebidas diferentes al agua, como café o zumo; tanto calientes, como frías, ya que salvaguarda muy bien la temperatura. Es otra de las grandes diferencias con respecto a las de aluminio, que es un metal que sí reacciona con ciertos líquidos ácidos.

Botellas de vidrio

El vidrio es un material inerte e impermeable. Es decir, en ningún caso el sabor del agua o líquido introducido en una botella hecha de este material se ve alterado. Además, es resistente a la humedad. 

El problema recae en su peso, ya que no es el material más ligero, y en su fragilidad. El riesgo de que se rompa si recibe un golpe o se cae, es bastante alto. Con todo, cabe mencionar que muchas de ellas están disponibles en el mercado con una funda de silicona o neopreno que las protege y reduce ese riesgo de rotura. 

La importancia de lavarlas a menudo

Sea cual sea el material elegido, es fundamental lavar la botella a menudo. La llenamos de agua, se nos acaba y la volvemos a rellenar. Nos parece que la botella está limpia, pero se acumulan las bacterias. Cuanto más tiempo pasemos sin higienizarla, más probabilidades habrá de que los microbios que normalmente se adhieren a su superficie se multipliquen.

Estudios realizados en botellas plásticas reutilizadas se ha encontrado contaminación bacteriana en un 90 % de los casos. Entre los patógenos más frecuentes se encuentran la Escherichia coli y la Staphylococcus aureus, una bacteria presente en la nariz de muchas personas sanas. Por esta razón, se recomienda lavar las botellas después de cada uso o, como mínimo, una vez al día, con el mismo jabón lavavajillas que utilizamos para los platos.

En el caso de la botella tenga una pajita o un «pitorro», estos también deben lavarse tanto por dentro y por fuera. Al igual que las tapas, donde se pueden acumular bacterias entre sus relieves. 

¿Podemos lavar la botella en el lavavajillas? Depende. No todos los materiales son aptos para este electrodoméstico. Por ejemplo, el plástico, tal como se ha mencionado anteriormente, se acaba degradando. Pero si es una botella de vidrio o de acero inoxidable, probablemente no haya ningún problema. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la higiene de estropajos y bayetas, se descubrió que el lavavajillas no solo no las desinfectaba sino que incrementaba el número de bacterias.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.