Soledad en Navidad: «Si las relaciones familiares son conflictivas, es válido optar por pasar las fiestas solo»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

Estefanía (izquierda) y Sonia (derecha) pasaron solas la Navidad.

Estefanía y Sonia, dos personas que pasan estas fechas sin acompañamiento, aportan sus perspectivas y dos psicólogos dan consejos para evitar que los sentimientos desemboquen en angustia o depresión

29 dic 2024 . Actualizado a las 17:34 h.

Más allá de la comida, más allá de los regalos, de los villancicos y la decoración, en el fondo, las fiestas son, destilada a su pura esencia, una ocasión para reunirnos y celebrar en comunidad y compañía. Los abrazos en familia, los mensajes de amigos cercanos, los brindis con las personas más queridas son, para muchos, el sentido de estas fechas y el motivo de la alegría. Para otros, sin embargo, esta época es un recordatorio de la falta de aquel sentimiento de pertenencia a un grupo.

Según el informe Barómetro de la Soledad No Deseada en España 2024, una de cada cinco personas se sienten solas en Galicia, y casi el 80 % de ellas están en esa situación desde hace más de dos años. El impacto, a nivel nacional, es especialmente alto en los mayores y en aquellos con redes de contención limitadas, como migrantes o individuos en situaciones vulnerables. No obstante, el informe sugiere que la soledad es un problema complejo y multidimensional que no discrimina por edad ni contexto social.

Con todo, pasar las fiestas en soledad no necesariamente es un problema. Para algunas personas, se trata de una decisión basada en la búsqueda de una tranquilidad que puede ser muy necesaria, sobre todo en fechas caracterizadas por aglomeraciones que pueden provocar agobio. El querer estar con uno mismo puede ser, en este sentido, una opción válida.

Cuando la soledad duele

Tal como detalla el Barómetro, «la soledad no deseada es un sentimiento subjetivo, que puede experimentarse incluso estando rodeado de personas». El psicólogo Yago López, vocal de la Sección de Psicoloxía da Intervención Social del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (Copg), señala que no todas las soledades son iguales. «En la soledad objetiva, las relaciones sociales son escasas o inexistentes, mientras que en la subjetiva, la persona se siente sola a pesar de estar rodeada de gente», explica. Durante la Navidad, ambas formas pueden intensificarse debido a la «presión social» de cumplir con el ideal de unas fiestas perfectas.

En este sentido, el psicólogo Julio Bazán subraya que «las expectativas sociales sobre la Navidad idílica agravan el malestar emocional de quienes están solos». Sobre todo en la cultura popular y en redes sociales, la constante exposición a mensajes sobre cenas familiares y regalos puede generar sentimientos de tristeza, ansiedad y hasta depresión.

En las personas mayores, la soledad suele estar asociada a circunstancias vitales difíciles de asimilar, como el fallecimiento de la pareja o el alejamiento de los hijos, situaciones que conllevan necesariamente un proceso de duelo. «Muchas personas mayores se enfrentan a una red social debilitada, lo que refuerza su aislamiento y les lleva a percibir la Navidad como un período especialmente difícil», comenta Bazán.

Estereotipos y expectativas

La presión que se ejerce a través de las redes sociales, que empujan a muchos individuos a un sentimiento de comparación constante, puede tener un gran impacto en aquellos que se sienten solos en estas fechas. «Aunque las redes conectan, también amplifican las emociones negativas cuando alguien se siente excluido», señala López.

La influencia de los estereotipos navideños no solo impacta a nivel emocional. Bazán explica que el estrés derivado de la percepción de aislamiento puede llevar a desarrollar problemas como insomnio, alteraciones en el apetito e incluso debilitamiento del sistema inmunitario. «Es fundamental prestar atención a estos signos y buscar ayuda si es necesario», aconseja el experto.

La Navidad, con su carga de simbolismo y expectativas, puede ser un período desafiante para quienes enfrentan la soledad. Sin embargo, también puede convertirse en una oportunidad para reflexionar, redefinir prioridades y buscar formas alternativas de celebrar. «La verdadera conexión no depende del número de personas alrededor, sino de la calidad de los vínculos que cultivamos, incluso con nosotros mismos», subraya López en este sentido.

Estrategias para afrontarla

Es importante establecer estrategias para mitigar los efectos de la soledad en estas fechas. Los expertos coinciden en la necesidad de redefinir las expectativas navideñas y buscar nuevas formas de conexión social. Para aquellos que no cuentan con la compañía o el apoyo de familiares directos, Bazán propone «crear nuevas tradiciones, como participar en actividades comunitarias o planear eventos distintos a las reuniones familiares tradicionales».

En este caso, las redes sociales sí que proporcionan un apoyo interesante. En algunos grupos y cuentas de migrantes en España, por ejemplo, se han organizado iniciativas para reunir a personas que estén solas en una misma ciudad y que puedan pasar juntos estas fechas.

Como señala López, apoyar a otros puede ser una buena forma de sentirse acompañado uno mismo. «Las actividades intergeneracionales y los programas de voluntariado pueden ser clave para combatir la soledad objetiva, especialmente en personas mayores», recomienda. Esto no solo fortalece los lazos sociales, sino que aporta un sentido de propósito a quienes participan de este tipo de acciones solidarias.

Para muchas personas, el autocuidado emocional es parte de la ecuación a la hora de elegir con quién pasar estas fechas y con quién no. «Si las relaciones familiares son conflictivas, es válido optar por pasar las fiestas con amigos o incluso solo, siempre que se haga desde una perspectiva de bienestar personal», asegura Bazán.

Otra recomendación es aprovechar la ocasión para crear pequeños rituales que aporten significado personal a estas fechas. Como explica Bazán, «hacer una lista de actividades que nos resulten placenteras o significativas, como leer, cocinar algo especial o incluso ver una película que nos guste, puede ayudarnos a transformar la percepción de estas fechas». La clave está en alejarse de los convencionalismos y construir experiencias que reflejen nuestras propias necesidades y deseos.

Solas por elección

Estefanía (izquierda) y Sonia (derecha) pasaron solas la Navidad.
Estefanía (izquierda) y Sonia (derecha) pasaron solas la Navidad.

Son diversas las razones que pueden llevar a alguien a optar por una Navidad o un Fin de Año a solas. En el caso de Sonia Estévez, el motivo es de salud. Ella sufre «secuelas invisibles» tras haber tenido un ictus. Entre estas, la más grave es la migraña. «Estaba teniendo unos 22 días de dolor incapacitante al mes y ese dolor se desencadena con pequeñas actividades como una conversación, o hasta leer un poco. Al final, después de probar varios tratamientos, la solución que me dieron fue pincharme trimestralmente con neuromoduladores, de manera que esas migrañas se redujeron a cinco o dos episodios mensuales», cuenta.

Esta medicación solo llega a controlar sus migrañas durante unos dos meses y medio, pero aumentar la frecuencia de la dosis no es posible. «No se puede volver a administrar antes de los tres meses, porque si no, el organismo genera anticuerpos al neuromodulador», explica Sonia. Por esta razón, tras su tratamiento más reciente, que fue a principios de octubre, en estos momentos, Sonia está «perdiendo el efecto» del fármaco.

«Cuando me quedo sin efecto, tengo que estar con las persianas bajas, sin estimulaciones de luz ni de ruido. Es muy agotador y no hay medicación que me pare la migraña una vez que empieza. El problema es que aún no sé cuándo me volverán a pinchar los neuromoduladores, porque estoy en lista de espera. Sé que para Fin de Año no voy a estar bien, pero necesitaría saber si los primeros días de enero me van a dar la medicación para poder pasar el día de Reyes con mi familia. Esto no está ocurriendo porque no se están dando las citas con antelación», explica Sonia. Ante esta incertidumbre, y con el riesgo de que una simple conversación familiar sea el estímulo que cause una migraña, ha decidido pasar las fiestas sola.

Distinto es el caso de Estefanía, gallega retornada. El pasado mes de noviembre, viajó a su Buenos Aires natal a celebrar su cumpleaños número 36, con billete de regreso a A Coruña el día de Nochebuena. «Compré así el traslado porque volar el 24 era lo más barato y, aunque no pudiera celebrar la Navidad con mi familia en Argentina ni en Galicia con mi pareja, pasarlo en el avión me pareció un plan diferente e interesante», cuenta.

Sentimental por naturaleza —se describe a sí misma como «emocional»—, Estefanía quiso infundirle su espíritu alegre y extrovertido a un momento cargado de sensaciones encontradas. Se despedía de su primera visita a Argentina desde que abandonara el país en el 2022. Así que se montó al avión con un gorro de Papá Noel y cuenta que no fue la única que tuvo este gesto festivo: desde otros pasajeros hasta los propios empleados de las aerolíneas llevaban, ese día, algún elemento navideño en el atuendo. «Al pasar los controles, me dieron un cóctel en el free shop, así que ha sido una Nochebuena linda a pesar de todo», asegura. En el vuelo, el piloto leyó unas palabras de su puño y letra para conmemorar la ocasión y se obsequiaron turrones a los viajeros.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.