Hombre, ¿asumirías tú el tratamiento de la píldora anticonceptiva?

LA TRIBU

Senén Rouco

A punto de iniciarse los ensayos clínicos en humanos de un nuevo tratamiento libre de hormonas, preguntamos en la calle a la gente si asumirían un cambio de rol

19 jul 2023 . Actualizado a las 19:50 h.

El camino que la ciencia decidió abandonar hace un par de décadas por poco rentable, lleva ya un tiempo volviendo a ser andado. Y esta vez, la apuesta es firme; cada vez más científicos y compañías se están interesando por recorrerlo. La posibilidad de lograr un anticonceptivo oral masculino está cada vez más cerca. Hay varios compuestos que ya están siendo sometidos a estudio e, independientemente de que lleguen al mercado o se queden por el camino, expertos como Gunda Georg, química médica en la Universidad de Minnesota (y una de las ideólogas del fármaco que más pasos ha dado en los ensayos clínicos) creen que la píldora para hombres va a llegar sí o sí.

Aunque es cierto que en el campo de la investigación anticonceptiva masculina existen ya alternativas a la píldora femenina en estudio, destacan aquellos compuestos que lograrían evitar un embarazo sin necesidad de interaccionar con el sistema hormonal del varón. Porque la gran novedad que parece dibujarse por fin en el horizonte es la posibilidad real de lograr un tratamiento que reduzca la espermatogénesis hasta niveles de concentración de esperma que se equiparen con la infertilidad. Existen varios mecanismos con los que varios equipos de investigadores están logrando esta meta, que además de ser reversible, no necesitaría de hormonas para cumplir su función. Si en Minnesota lo han logrado en ratones y monos con una efectividad del 99 % a través de bloquear los receptores de ácido retinoico, en Washington han logrado lo mismo trabajando sobre las enzimas presentes en los testículos. Además, existen otros proyectos que buscan el mismo fin reduciendo la motilidad de los espermatozoides —y no impidiendo su desarrollo—.

En definitiva, existen cimientos para plantear un debate necesario: ¿deben ser los hombres los que asuman el tratamiento anticonceptivo? En este escenario existen puntos que juegan a favor y cuestionamientos que podrían jugar en contra. La idea, exponiéndolo de manera muy sencilla, es desarrollar una píldora que sea más 'sana'. Los efectos secundarios de la píldora femenina —un fármaco que vio la luz en la década de los 50 del pasado siglo— son de sobra conocidos, por lo que parecería lógico que fuesen ellos los que llevasen el peso del tratamiento. Hay razones médicas y sociológicas: no implicaría alterar el equilibrio hormonal de nadie y, además, supondría intercambiar los roles anticonceptivos, una responsabilidad que tradicionalmente ha recaído sobre la mujer. 

Sin embargo, hay algo que está claro: los hombres no se quedan embarazados. Y este hecho biológico parece que podría funcionar como excusa para que sigan siendo ellas las que tomen las riendas de la medicación, pese a que cualquier persona debería entender que un embarazo no deseado es un 'problema' compartido. Del mismo modo, existe la creencia de que los hombres son más descuidados con los tratamientos y de que se les olvida con mayor frecuencia tomar las pastillas, algo con lo que se podría intentar justificar que continuemos como estamos. Pero, evidentemente, no hay nada en el ADN masculino, ninguna evidencia de la biología, que afirme que los hombres son peores a la hora de recordar que hay que tomarse una pastilla. La adherencia a un tratamiento implica las mismas dificultades para los XX como para los XY. Simplemente, el patrón histórico ha permitido que los hombres no tengan que preocuparse por eso. Por si hubiese dudas, la Universidad de Kansas se ha encargado de realizar un estudio en el que se demuestra que esta problemática no es real y que la gran mayoría de los hombres estaría dispuesto a asumir este tratamiento.

Falta mucho por conocerse sobre las posibilidades de este tratamiento. Y en algunos de los proyectos han surgido problemas. En el caso del compuesto desarrollado por los doctores Stephanie Page y John Armory de la Universidad de Washington, se han encontrado interacciones entre el tratamiento y el consumo de alcohol. No se trata de un problema menor. ¿Cuántas personas, independientemente de su sexo, estarían dispuestos a tomarse una píldora anticonceptiva que les impida tomarse una cerveza, un vino o una copa? Los propios investigadores saben que este inconveniente —producido por una reacción compartida entre el hígado y los testículos— convierte a su apuesta en un proyecto inviable. Y ya están buscando alternativas. 

Pero pese a las trabas y obstáculos que siempre pone la ciencia, los expertos apuntan a que esto va a llegar, tarde o temprano, a nuestras farmacias. Y supondrá un motivo de debate en muchas parejas. Vayan pensando.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.