Memoria, planificación o concentración: así mejora el deporte el rendimiento en las aulas

Lois Balado Tomé
LOIS BALADO LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

Los deportes de equipo favorecen el desarrollo de funciones cognitivas.
Los deportes de equipo favorecen el desarrollo de funciones cognitivas. La Voz de la Salud

Existe una amplia evidencia científica que acredita cómo la actividad física logra mejorar el desempeño académico de niños y adolescentes en clase

25 mar 2024 . Actualizado a las 17:30 h.

Todo el mundo conoce los beneficios que genera en nuestro organismo el deporte. Sin embargo, serán muchos los que hayan presenciado la utilización de la actividad física como elemento de un chantaje. Por ejemplo, que el castigo impuesto a un niño por suspender dos, tres o siete asignaturas sea desapuntarlo del equipo de fútbol —y quien dice fútbol, dice patinaje, baloncesto o hockey—, ¿pero y si les dijéramos que el deporte mejora el rendimiento académico y que esto está sobradamente demostrado científicamente? ¿Y si estuviésemos autosaboteando nuestros propios intereses y los de nuestros hijos?

El primer dato no se hará esperar más: castigar a una niña o un niño con la privación de actividad física es un error. No solo porque el deporte pueda servir para potenciar varios aspectos del rendimiento académico de un menor, sino porque, como recuerda Emilia Aguilera, psicóloga especializada en infancia, «cada estrategia tiene como objetivo una enseñanza en particular» y deberán ser coherentes, sin cruzar aprendizajes. «Si saca malas notas, vamos a recorrer la escala que corresponde a las malas notas y que está relacionada con las malas notas. El cerebro aprende en la medida en la que los elementos que ponemos a su disposición están relacionados entre sí. Si yo a ti te digo que por sacar malas notas, no puedes ir al parque, al no haber una relación lógica entre las notas y el parque, el cerebro no va a relacionar un aprendizaje, sino que va a generar un condicionamiento de temor, sin entender cuál es la importancia de sacar buenas notas ni por qué no se está yendo al parque», argumenta la psicóloga.

Pero más allá de la conveniencia o no de un castigo, el deporte nos hace más 'listos'. Porque la práctica de determinadas disciplinas se ha asociado con una mejora de la capacidad cognitiva, de la memoria, de la concentración o de la planificación en niños y adolescentes. ¿Cómo logra esto nuestro cerebro? Intentaremos darle respuesta.

¿Cómo afecta el deporte al rendimiento académico?

Ramón Chacón-Cuberos, personal docente investigador de la Universidad de Granada publicó en el año 2020 una revisión sobre los artículos publicados vinculando actividad física y rendimiento académico. Chacón-Cuberos explica a La Voz de la Salud que, pese a que existe una relación indiscutible entre el rendimiento escolar y el deporte, existen muchos matices; ni todas las modalidades tienen los mismos beneficios ni vale cualquier manera de practicarlo. Con él, trataremos de acotar qué tipos de beneficios que se puedan aplicar al colegio podemos desarrollar a través de la actividad física porque, según aclara, «el deporte no es una pastilla que vaya a producir un efecto muy localizado». Hablamos de una influencia multifactorial.

Comenzaremos con dos evidencias indiscutibles que vinculan el deporte con un mejor rendimiento en clase: las endorfinas y el incremento de la irrigación a nuestro cerebro. «Entre la carga lectiva que arrastran, que si las clases de inglés o las clases de refuerzo, ya empezamos a ver síndromes de burnout en niños. Lo que indiscutiblemente va a generar la actividad física es la inoculación de los niveles de estrés y de ansiedad a través de la generación de endorfinas», avanza el investigador granadino. Eso por un lado, pero además «se va a producir un incremento de la irrigación del córtex cerebral que va a mejorar la función cognitiva. Y dentro de esas funciones cognitivas, tendremos todas las funciones ejecutivas como, por ejemplo, la atención». Además, se debe mencionar un tercer pilar vinculado a la salud física que parece jugar un papel crucial en aquellos niños que practican deporte y que repercute de manera inevitable en sus capacidades para el estudio: la autoeficacia. «Todos sabemos que la actividad física mejora la condición física y, por lo tanto, mejora también sus componentes. Uno de ellos, a nivel de composición corporal, es el IMC. Un niño que haga deporte y se vea mejor físicamente va a desarrollar mejores niveles de autoconcepto, que es un parámetro biopsicosocial. Un niño con una mayor autoestima y un mejor autoconcepto se va a sentir más autoeficaz, y eso es extrapolable a cualquier ámbito de la vida y por tanto, también al académico. Ahí tenemos otro componente más, esta vez a nivel psicosocial: una mejora física simple, cómo te ves físicamente, provoca que te sientas más competente, más autoeficaz y eso se extrapola en el día a día»

Alba Pardo, profesora universitaria e investigadora en la fundación TecnoCampus, centro inscrito de la Universidad Pompeu Fabra, también resalta la importancia de esta autoeficacia. Un concepto que, por si les suena abstracto, les diremos que es uno de los más estudiados a nivel académico: «Viene a ser algo así como la percepción que persona tiene sobre sus propias habilidades. Los deportistas tienen un nivel de autoeficacia alta porque, cuando se enfrenta a un partido o una competición, se les entrena mucho para poder tener éxito y esto acaba por trasladarse a otras facetas de su vida como es la escolar o la universitaria. Hay estudios que muestran esto a través una asociación directa».

Lo que nos ha enseñado la Historia: fútbol y álgebra

Algunos de los estudios que Ramón Chacón-Cuberos y sus compañeros analizaron para su estudio fue el de un trabajo que vinculaba el deporte con la mejora de las competencias aritméticas y matemáticas. Así de concreto. Alba Pardo nos envía por email otro trabajo de la Universidad Carlos III de Madrid que concluye que los alumnos que practicaron deporte durante su etapa universitaria muestran una mayor probabilidad de éxito en graduarse en carreras complejas como ingenierías y que además lo hacen con un mejor expediente. 

¿Pero cómo el deporte puede generar este tipo de mejoras?, ¿cuál es la relación causa-efecto? Debemos comprender que no todos los deportes lograrán los mismos resultados. «Pongamos de ejemplo las matemáticas y el álgebra. La aritmética y la matemática incluyen habilidades visoespaciales, de lógica o de razonamiento y si partimos de un estado cognitivo mejor (más endorfinas e irrigación y menos estrés) es más fácil que se dé antes el avance en esa parte, porque la ruta a seguir suele ser más simple. La comprensión lectora, en cambio, va a depender más de hábitos lectores, del contexto social del niño, o de la comprensión de significados», explica Chacón. Teniendo en cuenta esto último, un deporte de equipo podría suponer más ayudas en estas áreas que un deporte individual. En concreto, según explica el investigador, la capacidad de atención podría verse aumentada debido a las dinámicas propias de un deporte de equipo: «La atención no es más que la capacidad de seleccionar entre estímulos entre diferentes. Cuando estás practicando un deporte colectivo, se suceden una cantidad de estímulos ingente: un adversario que se acerca, hacia dónde se va a dirigir el móvil —ya sea una pelota o cómo se están posicionando los contrincantes—.Si trabajas la capacidad de atención practicando deporte, se va a traducir en una mejoría de la capacidad de atención además de los beneficios a nivel cognitivo en esa irrigación cerebral y corporal. No dejas de estar trabajando una función ejecutiva como es la atención de una forma diferente, extrapolable a tu vida cotidiana y de una manera saludable».

Esta relación entre deporte y rendimiento académico no es nada nuevo, simplemente se trata de un recordatorio que a veces, presos de la ira por una mala evaluación, podemos olvidar. «Hay muchos estudios, sobre todo en la infancia. Hace más de treinta años que se realizó en Estados Unidos un metaanálisis que vinculaba el deporte con un incremento del rendimiento escolar. Está muy, muy estudiado. Lo que se ha visto es que los niños que realizan ejercicio físico tienen un incremento en sus funciones cognitivas. Sobre todo en atención y memoria, pero también en su concentración. Al final, hablamos de los factores claves del aprendizaje», recuerda Alba Pardo que añade una nueva variable: la capacidad de fortalecer fisiológicamente nuestro cerebro.

El factor BDNF

El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, siglas en inglés de Braind Derived Neurotrophic Factor) es la proteína que permite a las neurotrofinas, asociadas al factor de crecimiento y fortalecimiento del sistema nervioso, crecer. Podríamos decir que, de alguna manera, es la gasolina que permite a nuestro cerebro regenerarse y fortalecerse. Y el BDNF parecer ser un mediador clave de los efectos que tiene en nuestro cerebro el ejercicio físico. Un campo, que cada vez se está estudiando más y un argumento creciente para creer que el deporte y la actividad física son esenciales para un sistema nervioso central sano.

«Sabemos que el ejercicio aeróbico hace que mejore el flujo de sangre en el cerebro, que aumenta el tamaño del hipocampo provocando que mejore la memoria verbal y el aprendizaje. Hace que se generen nuevas conexiones neuronales y esto está empezando a ser muy estudiado, también desde el punto de vista de la empresa. Hay muchos trabajos que están mirando el factor neurotrófico derivado del cerebro. Se ha demostrado que el ejercicio físico estimula estos factores de crecimiento en el cerebro, uno de ellos es el BDNF, una pequeña proteína que estimula la producción de nuevas células cerebrales y fortalece las existentes. Pero es que el ejercicio físico libera endorfinas, que generan bienestar y reducen el estrés, que influencia negativamente el aprendizaje. Un niño o un universitario que haga deporte, que promueve valores como la disciplina o la autoeficacia, muy relacionados con el éxito académico, o habilidades como la concentración, la preparación ante la presión, o la toma de decisiones rápidas en lo táctico, extrapolará estas habilidades al resto de la vida», comenta Alba. Mens sana in corpore sano. Los romanos lo sabían, pero es que la ciencia nos lo demuestra cada día. 

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.