Salud en fase crucero: cómo protegerse ante una turbulencia severa en un vuelo

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

El interior del avión del vuelo de Singapore Airline que sufrió grandes turbulencias
El interior del avión del vuelo de Singapore Airline que sufrió grandes turbulencias

El incidente del vuelo de Singapore Airlines en el que murió un pasajero y resultaron heridos otros 30 pone de manifiesto la importancia de tomar medidas de seguridad como el uso constante del cinturón durante los trayectos aéreos

23 may 2024 . Actualizado a las 16:51 h.

El vuelo que partió esta semana desde Londres con destino a Singapur y dejó, tras una turbulencia severa, un saldo de una persona muerta y decenas de heridos, ha puesto el foco en este tipo de fenómenos atmosféricos cada vez más frecuentes. A raíz del cambio climático, explica un estudio científico sobre el tema publicado en Nature Climate Change, el aumento de las temperaturas en el planeta está provocando una mayor incidencia de las llamadas turbulencias en aire despejado, indetectables con los sensores a bordo del avión, pero igualmente intensas y potencialmente peligrosas para los pasajeros y la tripulación.

Según datos recopilados por científicos de la Universidad de Reading, la duración total de los eventos de turbulencia se ha incrementado en un 55 % entre el año 1979 y el 2020, debido a cambios en la velocidad del viento por el aumento de las diferencias de temperatura entre distintas corrientes. Todo esto se atribuye a la subida general de las temperaturas de la Tierra en las últimas décadas. El investigador Paul Williams, que lideró un estudio sobre el tema, señala que las predicciones a futuro indican que habrá turbulencias incluso más intensas y frecuentes en los próximos años, que afectarán especialmente a algunas de las rutas de vuelo más transitadas actualmente, como lo son las del Atlántico norte (vuelos entre Europa y Norteamérica).

Cuándo es peligrosa la turbulencia en un vuelo

Las turbulencias son corrientes de aire inestable que se mueve de forma impredecible. Pueden ser de diferentes tipos. La más peligrosa de ellas y la más frecuente es la turbulencia en aire claro, que es difícil de detectar, ya que se produce a grandes altitudes, en atmósferas despejadas. Al no haber nubes o humedad, no se puede visualizar con tiempo.

La turbulencia de aire claro ocurre cuando convergen dos corrientes de aire de distinta densidad, causando un efecto similar al de las olas en el mar. Este tipo de turbulencia se asocia a vientos muy fuertes que pueden provocar una variación brusca de la altitud a la que se encuentra el avión. Es en estos casos cuando los pasajeros pueden resultar heridos por el choque contra el techo de la nave o por el impacto con objetos presentes en la cabina. Esto fue lo que ocurrió en el caso del vuelo con destino a Singapur de esta semana.

Las turbulencias de aire claro suelen producirse durante la fase de crucero, nombre con el que se designa el período en el que el avión se encuentra ya en altitud y velocidad constante. Estos incidentes no afectan a la estructura del avión prácticamente en ningún caso, lo que significa que, en general, no hay razones para temer por la seguridad y la integridad de la aeronave ni su capacidad de aterrizar en destino por culpa de una turbulencia. Hay que recordar que los aviones están diseñados para resistir a estas turbulencias severas. Sin embargo, casos como el de esta semana resaltan la importancia de tomar medidas preventivas por parte de los pasajeros para protegerse en caso de que ocurran estos eventos.

Cómo protegerse en caso de turbulencia

Como hemos visto, las turbulencias verdaderamente peligrosas para los pasajeros de un vuelo comercial son aquellas con las que el avión se encuentra de manera imprevisible, cuando ya está a una altura considerable. En estos casos, la tripulación no está preparada para lo que va a ocurrir, por lo que la señal de cinturón de seguridad puede no estar encendida. Ese es el principal obstáculo para nuestra seguridad y la primera medida que debemos tomar es, en este sentido, mantener el cinturón abrochado durante todo el viaje y, especialmente, cuando lo indique la tripulación.

Permanecer sentados limita las probabilidades de sufrir accidentes en caso de que la nave comience a moverse por la presencia de una corriente de aire. En este sentido, ir al baño antes de despegar puede ser parte de la estrategia para evitar levantarnos del asiento durante el viaje, dentro de lo posible. Sobre todo, si el vuelo es de corta duración.

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Como explican desde la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por su sigla en inglés), la mayoría de las lesiones por turbulencia se producen en pasajeros que no tienen el cinturón abrochado. Durante una turbulencia de aire claro, esto puede significar la posibilidad de ser empujado violentamente por la cabina o hacia el techo. Otras lesiones graves suelen ocurrir cuando los pasajeros que no tienen el cinturón abrochado chocan con otros o bien caen encima de ellos, por lo que permanecer en el asiento y con el cinturón puesto es clave no solo para protegernos a nosotros mismos, sino para evitar la posibilidad de causar lesiones a otros pasajeros.

En cuanto aparezca la turbulencia, la tripulación se pondrá en marcha para garantizar la seguridad de todas las personas a bordo. Se encenderá la señal de abrochar el cinturón y se activarán los frenos de los carros, guardando en ellos todo líquido caliente que pueda suponer un peligro. Seguir las instrucciones de las azafatas y los pilotos es fundamental para protegernos. Hay que tener en cuenta que la tripulación está entrenada para manejar este tipo de situaciones, por lo que actuar según sus indicaciones y evitar obstaculizar su paso es vital.

Después de los golpes contra el techo o las paredes del avión, los objetos personales que podamos llevar en la cabina con nosotros representan el mayor riesgo para nuestra seguridad en caso de turbulencia, así como cubiertos desechables u otros elementos, sobre todo los de cierto volumen, como ordenadores portátiles. En este sentido, guardar todos los objetos personales en el equipaje de mano y asegurarnos de que este está bien colocado en los compartimentos superiores de la nave es crucial. En caso de llevar un bolso o mochila, hay que dejarlo bien cerrado y guardado debajo del asiento de delante, evitando extraer objetos que no sean necesarios.

Durante incidentes de estas características, es normal sentir miedo, pero mantener la calma es importante para no actuar de manera precipitada y poner en peligro a otras personas. En este sentido, se recomienda practicar durante esos momentos la respiración diafragmática, que consiste en inhalar durante cuatro segundos por la nariz, contener el aire durante dos segundos y exhalar por la boca en seis tiempos. Recuerda que la turbulencia solo durará unos minutos. Si sientes que te falta el aire, puede ser por una hiperventilación, por lo que puedes usar la bolsa de papel colocada delante del asiento para respirar.

Por último, cuando la turbulencia es extremadamente fuerte, adoptar una posición de protección puede ayudar a minimizar el riesgo de lesiones. Esta postura consiste en inclinarse hacia adelante y proteger la cabeza y el cuello con los brazos.

El mejor asiento en caso de turbulencia

La ubicación dentro del avión es un factor importante a tener en cuenta. Lo ideal para no sentir las turbulencias es evitar sentarse en los últimos asientos del avión. Las posiciones que están en el centro de gravedad del avión y en las alas perciben menos estas alteraciones; en cambio, aquellos que se encuentran en la cola de la nave son los que más las notan. Cuanto más grande sea el avión y el asiento, menos notaremos las turbulencias.

La ventana, en muchos casos, hace sentir más seguros a los pasajeros por la posibilidad de saber qué pasa afuera, y comprobar que no se trata de un fenómeno meteorológico severo. Por eso, elegir asientos cerca de las ventanas puede aportar una sensación de mayor tranquilidad en caso de que haya algún incidente, por lo que se recomienda hacerlo si se tiene miedo a volar. Asimismo, si bien los asientos ubicados en las salidas de emergencia suelen contar con más espacio para las piernas, elegirlos no es lo más adecuado si somos propensos a estos temores, teniendo en cuenta la ansiedad que puede suponer la posibilidad de tener que actuar ante una eventual evacuación.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.