¿Hemos enterrado las dietas de cajón? «Si adelgazas rápido no has perdido grasa, sino masa muscular»

VIDA SALUDABLE

Las dietas rápidas para perder peso no suelen dar resultado a largo plazo.
Las dietas rápidas para perder peso no suelen dar resultado a largo plazo. iStock

El mensaje que el sector sanitario se ha esforzado en transmitir a la población, acerca de la importancia de dejarse aconsejar por un profesional para la pérdida de peso en lugar de recurrir a dietas rápidas, comienza a calar, pero aún queda mucho camino por andar

05 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El panorama de las dietas ha cambiado. En los últimos años, la presencia en redes sociales de expertos y expertas en nutrición ha contribuido a la abundancia de información de calidad acerca de alimentos, nutrientes y patrones dietarios saludables. Además, Galicia está en una posición privilegiada en este sentido, con la reciente incorporación de nutricionistas a la atención primaria. Pero al mismo tiempo, han aparecido nuevos desafíos.

Los chats de inteligencia artificial, capaces de ofrecer planes completos y menús semanales tras recibir tan solo un mensaje de unas pocas palabras, se han convertido en una herramienta cada vez más utilizada para fines nutricionales, una práctica desaconsejada por los especialistas, ya que las recomendaciones que ofrecen estos chats no son válidas. Además, el intrusismo en las redes sociales por parte de influencers del mundo fitness que carecen de formación en nutrición deja a muchos usuarios expuestos a información que no siempre es correcta ni se ajusta a sus necesidades.

Este espacio digital configura un nuevo escenario para reciclar antiguas prácticas que, con el esfuerzo de la comunidad médica y nutricional, habíamos empezado a desterrar. Las dietas rápidas, de cajón, o incluso los menús semanales fotocopiados que solían entregarse indiscriminadamente a la población a modo de guía están reapareciendo con nuevas formas. Vestidas de reels, posts en redes o listas de la compra elaboradas por ChatGPT, en el fondo siguen siendo las mismas dietas restrictivas de toda la vida y seguirlas supone los mismos riesgos. Por eso, a pesar del progreso, las expertas admiten que los cambios sociales son lentos y advierten acerca de los peligros de seguir modelos de alimentación de corto plazo en busca de resultados inmediatos.

Cambios de tendencia

Años atrás, las dietas se entendían como una herramienta o intervención puntual para mejorar algún aspecto específico de la salud, especialmente, para la pérdida de peso, si bien también han existido tradicionalmente dietas orientadas a las personas con hipertensión o con colesterol. La diferencia clave con respecto al momento actual es que no se consideraba la dieta como un hábito a incorporar a largo plazo. Era, más bien, todo lo contrario.

«Afortunadamente, cada vez existe una mayor concienciación ciudadana. Sí que es cierto que tal vez, hay un sector de la población que se deja guiar inicialmente por las modas o las dietas rápidas, pero este sector cada vez es más minoritario y cada vez más personas buscan asesoría profesional y se dejan acompañar por un experto en el proceso de cambio de hábitos», observa Cristina Porca, co-coordinadora del Grupo de Trabajo de Dietoterapia en la Obesidad de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), y miembro del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF).

La dietista-nutricionista Calala Martínez, miembro del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Galicia (Codinugal), observa que «el panorama está cambiando bastante, pero va lento y a grandes rasgos, todavía no se ve un gran cambio. Sí que es verdad que hay mucha más consciencia acerca de la importancia de la salud, pero a la hora de recurrir a profesionales, todavía hay cierta reticencia. Además, como todo el mundo puede habla de ello, está el riesgo de la desinformación, que lleva a recurrir a dietas que no están avaladas por ningún profesional».

En muchos casos, la búsqueda de soluciones rápidas persiste. «Sigue habiendo una fuerte atracción hacia ese tipo de dietas, por la inmediatez que prometen. Sobre todo en personas no tan jóvenes, que se han criado en una cultura de dietas mucho más antigua y sostienen muchos mitos sobre la nutrición. Es difícil a veces reeducar a esta población», señala Ana Gómez, dietista-nutricionista y miembro del (Codinugal).

Si bien la transición hacia hábitos saludables se está instalando en la población, en determinados casos, esto puede volverse un arma de doble filo si no se realiza de manera adecuada. Gómez explica en este sentido que «no toda la información que encontramos es verídica y la figura del nutricionista es clave para darnos seguridad y claridad cuando buscamos alguna guía».

No estás perdiendo grasa

Cuando las personas recurren a las dietas milagro, no suelen hacerlo por motivos de salud, sino «porque tienen un evento, unas vacaciones o, simplemente, están frustrados por el físico debido a la comparación y el cuerpo perfecto que se vende en redes sociales», observa Gómez. Esta búsqueda de resultados rápidos no suele ser fructífera. Cuando las personas adelgazan con este tipo de enfoques, se produce posteriormente el conocido efecto rebote. «Estas dietas rápidas suelen fracasar y es entonces cuando las personas recurren a ese asesoramiento profesional», observa Porca.

Eso no es todo. «Los principales riesgos de estas dietas vienen del hecho de que no suelen estar bien planificadas. Tienen carencias de macronutrientes y micronutrientes. Esto puede ocasionar a nivel de salud déficits nutricionales y, en torno al peso, que no se produzca la pérdida de grasa que buscamos, sino que por el camino estemos perdiendo masa muscular», advierte la experta del CHUF. «Tenemos que centrarnos no en el peso, sino en la pérdida de grasa manteniendo siempre la masa muscular», insiste.

Cuando una persona nota un aumento de peso, lo primero que suele hacer es restringir los hidratos de carbono y empezar a caminar más. «Tradicionalmente, esto ha sido lo que se ha hecho, pero en realidad resulta insuficiente. Hay que tener un ejercicio planificado y estructurado, centrado también en la ganancia de masa muscular, en el entrenamiento de fuerza, que es tan importante como el cardiovascular. Alimentación sin ejercicio no va a funcionar, siempre tienen que ir de la mano», explica Porca.

Lo peor del caso es que, tras experimentar el efecto rebote de una dieta rápida, muchas personas pierden la motivación y recuperan los malos hábitos previos, volviendo al punto de partida. Para evitar estos errores, es importante que el foco esté puesto en una alimentación saludable y no en el peso como un número o una talla que se convierta en objetivo.

Riesgos para la salud mental

A nivel psicológico, las dietas rápidas parecen dar resultados al comienzo, pero acaban por incrementar la frustración. «El estar constantemente en estas dietas en las que uno inicia, fracasa, recupera peso, vuelve a bajar unos kilos y los sube otra vez, esos efectos rebote generan la sensación de estar siempre a dieta, de no conseguir sus objetivos y esto lleva a una mala relación con la comida, lo que aumenta el riesgo de sufrir trastornos de la conducta alimentaria», señala Porca.

Cómo detectar una dieta de cajón

Calala Martínez explica que existen señales que nos pueden ayudar a identificar si una dieta puede ser peligrosa para la salud: «Sobre todo, cuando desde el principio ofrece un resultado concreto e inmediato. Cuando alguien afirma estas cosas de manera muy rotunda y se convierte en un fenómeno llamativo que parece estar en boca de todos, porque promete perder peso en tres o cuatro semanas, tenemos que saber que estas cosas no son realistas». Además, son pautas muy genéricas en las que no hay una individualización. «Esto es importante, porque no todo vale para todo el mundo y que algo le pueda ir bien a una persona no significa que a otra también le vaya a ir bien», señala.

Gómez coincide en que el enfoque tiene que ser personalizado. «Es muy difícil que alguien te genere una pauta saludable para ti sin hacerte ninguna pregunta. La pauta tiene que tener en cuenta tus necesidades, tu estilo de vida y tus rutinas. Por esta razón, la primera consulta, la de la entrevista clínica, suele ser la que más tiempo dura. Yo pregunto por diferentes cosas, desde los hábitos pasados hasta los horarios, el sueño, enfermedades, tránsito intestinal, emociones y rutinas deportivas», señala.

Las dietas restrictivas, que prohíben unos alimentos o exaltan otros, se consideran de alto riesgo. Por eso, las expertas advierten sobre el peligro de seguir patrones basados en un alimento o en eliminar grupos de ellos sin indicación de un profesional.

La clave para un cambio de hábitos duradero está en identificar «qué es lo que estamos haciendo mal, no demonizar un alimento porque esté de moda o porque tenga cierta fama, sino revisar qué estamos comiendo y qué está de más. Haciendo ese ejercicio previo de localizar puntos de mejora, desembocaremos en esa pérdida de peso y grasa exitosa que se mantendrá en el tiempo». indica Porca.

Preguntarle a una inteligencia artificial qué dieta seguir es una práctica que se ha popularizado, pero que no está exenta de riesgos. «Está en juego tu salud, no puedes basarte en una dieta que te dé una máquina porque no tienes del otro lado a una persona que te pueda entender», señala en este sentido Gómez.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.