Hablar varios idiomas retrasa el envejecimiento acelerado:  «Las personas multilingües tienden a presentar perfiles más saludables»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Imagen de archivo de varias personas de avanzada edad caminando por Ferrol.
Imagen de archivo de varias personas de avanzada edad caminando por Ferrol. César Toimil

Un nuevo estudio, publicado en «Nature Aging» y con datos de 27 países europeos, pone de manifiesto los efectos positivos del multilingüismo

10 nov 2025 . Actualizado a las 18:03 h.

La actividad cognitiva —habilidades como la atención, la memoria, la percepción o el lenguaje, entre otros— y la social, que no requiere explicación, son factores protectores del cerebro. Por ejemplo, la gente con un mayor nivel educativo tiene menos riesgo de deterioro cognitivo y de enfermedad neurodegenerativa, y aquí no importa que hayan estudiado una carrera o no, sino que la persona se haya mantenido curiosa, lectora y aprendiendo durante toda su vida.

En esta materia, los idiomas también cuentan. Así explicaba Chema González de Echávarri, neurólogo en la Fundación Pasqual Maragall, los beneficios de hablar más de una lengua: «Ser bilingüe activo y utilizar un 50 % del tiempo un idioma, y el 50 %, otro, e ir cambiando entre uno y otro es una tarea cognitiva muy rica para proteger del deterioro».

La suerte de ser gallegos, en este sentido, parece confirmarla una vez más la ciencia. Según un megaestudio realizado en 27 países europeos y publicado este lunes en la revista científica Nature Aging, el multilingüismo protege frente al envejecimiento acelerado.

Esta es la conclusión de un equipo internacional, con sello español, que ha analizado los datos de más de 86.000 personas de entre 51 y 90 años, procedentes de casi 30 territorios del viejo continente. El hecho de hablar habitualmente más de un idioma se relaciona con un menor riesgo de sufrir los efectos del paso del tiempo. «Estos hallazgos podrían servir de base para políticas educativas y de salud pública destinadas a promover la resiliencia cognitiva y la capacidad funcional en poblaciones de edad avanzada», señalan los autores. Beneficios que no solo se aplican al envejecimiento cerebral, sino también a la salud física, pues observaron que ralentizaba los procesos biológicos de la madurez. ¿La razón? Se piensa que convergen tres vías: la biología, a través de la neuroplasticidad y eficiencia de redes frontoparietales; la cognitiva, debido al etrenamiento crónico del control ejecutivo, de la atención y de la memoria; y la social. 

Esta línea de trabajo no es cosa nueva. En realidad, lleva más de una década protagonizando la agenda de trabajo de muchos laboratorios. Eso sí, la investigación es «sólida y altamente relevante porque aporta evidencia empírica», dice Jon Andoni Duñabeitia, investigador en Ciencia Cognitiva del Lenguaje y catedrático de Psicología en la Universidad de Nebrija, en declaraciones a Science Media Centre. «Hablar varias lenguas no solo influye en los procesos cognitivos, sino que su impacto trasciende también a la salud general y al proceso de envejecimiento», precisa el experto en psicología, que destaca el enfoque innovador de este nuevo estudio. «Permite estimar una edad biológica a partir de múltiples factores de salud y estilo de vida, mostrando que las personas multilingües tienden a presentar perfiles de envejecimiento más saludables», apunta.

Para el investigador, lo más destacable es la magnitud y el volumen de datos, con decenas de miles de participantes. «Además, estos resultados deben entenderse en el contexto global real, donde el monolingüismo no es la norma humana, sino una excepción cultural reciente. En la mayoría del mundo, el uso cotidiano de varias lenguas es natural», añade. Precisamente, esta diversidad lingüística podría tener un papel más importante en la «promoción de un envejecimiento saludable». Una propuesta que va en la línea de los firmantes del estudio.

Eso sí, de momento, la ciencia no ha podido demostrar una causalidad directa. Es decir, esta investigación no afirma que quienes hablen varias lenguas retrasan su envejecimiento directamente, sino que quienes lo hacen parecen envejecer mejor. «El siguiente paso natural será entender qué aspectos del uso de múltiples lenguas son los que mayor peso tienen en estos beneficios. La frecuencia de uso de cada lengua, el contexto donde se habla, la tipología lingüística, el modo y el momento de adquirirla, y otras muchas variables críticas pueden jugar papeles moduladores fundamentales», augura el especialista de la Universidad de Nebrija, que espera que «este nivel de granularidad» sea clave para transformar la evidencia en políticas que reconozcan «el valor del multilingüismo como un recurso de bienestar».

Lo que ya se sabía

Diversas investigaciones internacionales coinciden en que el bilingüismo no solo es una habilidad comunicativa, sino también un factor que protege la salud cerebral con el paso de los años. En un contexto en el que la demencia y el alzhéimer aumentan a medida que envejece la población, los científicos han identificado en el uso habitual de dos lenguas una herramienta ambiental capaz de retrasar el deterioro cognitivo.

El efecto se explica a través del concepto de reserva cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para resistir el daño asociado al envejecimiento o a enfermedades neurodegenerativas. Tradicionalmente, esta reserva se ha asociado a la educación, al nivel socioeconómico o a la actividad intelectual. Sin embargo, estudios recientes han situado el bilingüismo en el mismo nivel de relevancia: hablar y alternar dos lenguas de forma constante fortalece las funciones ejecutivas, como la atención, la concentración y la capacidad de inhibir distracciones.

La evidencia más llamativa procede de investigaciones con pacientes ya diagnosticados de demencia. En distintos países, desde Canadá hasta India o Bélgica, se ha observado que las personas bilingües comienzan a manifestar los primeros síntomas entre cuatro y cinco años más tarde que quienes solo hablan una lengua.

Este retraso en la aparición de los signos clínicos no implica que el bilingüismo prevenga la enfermedad, pero sí que podría permitir al cerebro «compensar» durante más tiempo los daños neurológicos, manteniendo la autonomía y la calidad de vida. Es decir, el cerebro, acostumbrado durante años a gestionar dos sistemas lingüísticos, desarrolla redes neuronales más eficientes y es capaz de hacer frente de una mejor forma al daño cuando comienza a producirse.

Además, esta ventaja no solo es exclusiva de los que crecieron escuchando y utilizando dos lenguas, sino que aprender una segunda en la adolescencia o en la edad adulta también puede aportar efectos positivos. Y estos beneficios son especialmente claros en personas con menor nivel educativo, para quienes el bilingüismo puede actuar como un refuerzo clave de la reserva cognitiva.

Con todo, en general, se insiste en la idea de profundizar más en esta cuestión porque solo se puede hablar de asociación, y no de causalidad.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.