?A Feira de Santos é o noso buque insignia», declaraba orgulloso el alcalde, Antonio Gato, ayer a mediodía. Por esa razón, en Monterroso se intenta cuidar todo al máximo. Pero cada año hace pequeñas las cifras de las citas anteriores. En esta ocasión era difícil encontrar una calle en todo el pueblo que en la que no hubiera ni un solo puesto de venta ambulante. En total, 800 según el alcalde. Éste aseguró que los dueños de esos puestos pagan 1,5 euros por cada metro cuadrado que ocupan. Pagan lo mismo los que están todo el año que los que llegan sólo para estas citas, pero a estos últimos se les hace abonar 3 meses por adelantado. Así que el ingreso para el Concello no es pequeño. Claro que éste tiene que poner en funcionamiento un dispositivo especial. Ayer trabajaron 36 guardias civiles, 12 policías locales y 15 personas del equipo de intervención rápida (Grumir). Varios de los agentes municipales se dedicaron a comprobar que todos los puestos habían abonado reglamentariamente el importe. Un policía confirmó que había varios que no pagaban y que, cuando lo detectaban, o bien desmontaban el chiringuito, o bien desembolsaban el importe correspondiente. «Por cada quince que pagan te encuentras uno que no lo hace», dijo el agente. Así que también hubo algún pícaro entre los vendedores, aunque ésta no fuera la tendencia general.