Entre el aceite y al aguardiente

Francisco Albo francisco.albo@lavoz.es

LEMOS

14 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hay tradiciones que desaparecen y otras por las que no pasa el tiempo. Entre las segundas se encuentra la festividad de san Benito que se celebra los lunes de Pascua en la iglesia chantadina de San Salvador de Asma , conocida popularmente como O Convento. Aunque la mañana estuvo algo lluviosa, un elevado número de vecinos -entre los que había no pocos jóvenes- acudieronal templo para solicitar la ayuda del santo, al que la tradición atribuye poderes curativos sobre bultos y quistes. Siguiendo la costumbre, los fieles portaron huevos en ofrenda y se llevaron a casa frascos de aceite bendecido para frotar con él las partes del cuerpo que requieren del santo auxilio. Y también pudieron pasar por el cuerpo la imagen del santo, como se hizo siempre en tal ocasión.

El aguardiente no se suele bendecir, pero también goza de una gran tradición en estas tierras. El de Portomarín cuenta desde ayer en el sur lucense con dos nuevos embajadores, encuadrados en sectores ideológicos muy diferentes. Entre los nuevos caballeros y damas de la Serenísima Orde da Alquitara que fueron investidos en la Casa de Cultura de la villa jacobea están la ex alcaldesa y electa diputada soberina Raquel Arias -que a fin de cuentas procede también de una tierra con mucha historia aguardentera- y el alcalde de A Pobra do Brollón, José Luis Maceda . La política popular y el regidor nacionalista recibieron la distinción de manos de la alcaldesa socialista de Portomarín, Silvia Rodríguez . La defensa de las tradiciones gastronómicas, como se ve, cubre todo el espectro político. El aguardiente es de lo más pluralista.