Nuevo intento para reflotar el crimen del Cash Récord de Lugo 17 años después

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LEMOS

Varias autoridades se reunieron para buscar soluciones

01 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Casi diecisiete años después vuelve a reaparecer el doble crimen del Cash Récord de O Ceao, en Lugo, en el que resultaron acribillados a disparos la cajera y un reponedor. Recientemente tuvo lugar una reunión en la subdelegación del Gobierno entre su titular, el comisario de policía y el abogado de los familiares de los fallecidos, con la finalidad de tratar de relanzar una investigación que fue la chapuzada policial más grande de la que hay constancia en la provincia lucense. La hermana de la cajera fallecida siempre sostuvo que no se investigó de forma adecuada, pero nunca llegó a conocer las razones concretas. Los fallos fueron clamorosos y reiterados.

Al parecer, en breve podría incorporarse al caso algún investigador más, sin embargo todo parece que 17 años después, conseguir pistas de los asesinos es una tarea muy complicada, entre otras razones porque cuando ocurrieron los hechos la inspección en el lugar parece que no fue la más adecuada.

La firme actitud por no dejar morir la investigación de la hermana de la cajera fallecida permitió que el asunto volviera a resucitar en los juzgados. Uno de los de primera instancia volvió a reabrir el caso después de que apareciese una persona que manifestó haber pasado por el lugar poco después de los hechos y que vio un modelo de vehículo determinado en la zona.

Piden 8 meses para un acusado de abofetear a su hermano

Un lugués fue juzgado ayer acusado de un presunto delito de maltrato familiar. M.C.B., se enfrenta a una pena de 8 meses de prisión porque el fiscal lo acusa de abofetear a su hermano. El incidente ocurrió el 10 de agosto de 2009, sobre las once de la noche, en la calle Couselo, en Lugo. La presunta agresión se produjo durante una discusión familiar.

Por otra parte, un juicio a F.B.G., acusado de robar en el interior de tres vehículos que estaban en un taller de O Ceao, quedó suspendido. El acusado afronta una petición de dos años y ocho meses. Además deberá pagar al taller 446 euros por los daños causados para entrar. Además de los robos de efectos se apoderó de un vehículo que luego abandonó.