Una iglesia románica empieza a caer 19 años después del primer aviso sobre su deterioro

francisco albo / carlos rueda MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

El tejado de la iglesia de San Tomé de Castelo, en O Incio, se vino abajo este invierno

19 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La parroquia de San Tomé do Castelo, en O Incio, dirigió al obispado lucense una petición para que se restaure la iglesia de la localidad, cuyo deterioro se ha agravado debido a los temporales de este invierno. La techumbre del templo, que se encontraba más o menos intacta hace unos meses, muestra ahora un serio desplome. El muro que rodea el atrio de la iglesia también ha sufrido graves destrozos en fechas recientes.

A pesar de su notable valor histórico y artístico, la construcción presenta un deficiente estado de conservación desde hace ya bastante tiempo. El párroco José Fernández Hermida señala que tras los terremotos que se registraron en la zona a finales de los años noventa se abrieron unas grietas entre la fachada principal y la pared norte. Ante la escasa estabilidad que presentaban los muros y la techumbre, los servicios religiosos se trasladaron al centro social de la parroquia ya a comienzos de la pasada década. Las imágenes y los objetos de culto que se custodiaban hasta entonces en el templo también fueron cambiados de ubicación.

Informe en 1995

Por encargo de la comisión de liturgia y arte sacro del obispado, los historiadores Nicandro Ares y Jaime Delgado Gómez, junto con el sacerdote Pedro Arrojo Fernández, examinaron la iglesia en noviembre de 1995 y redactaron un informe acerca de su valor histórico y arquitectónico y su estado de conservación. En este informe se señala que el templo conserva la mayor parte de su arquitectura románica original, especialmente en los muros laterales -con ventanas de tipo saetera-, el arco triunfal y la parte inferior de la fachada principal. Asimismo, señalaron la presencia de importantes vestigios de épocas más antiguas y de un interesante retablo barroco.

Los autores del referido informe recomendaban llevar a cabo un examen técnico de la estructura del edificio para determinar en particular si los muros «podrían continuar resistiendo sin constituir ninguna amenaza de peligro», así como renovar la techumbre y corregir algunas reformas -a su parecer desafortunadas- realizadas no mucho tiempo atrás en el presbiterio.

El párroco señala que ya hace años se solicitó a la diócesis y a la Consellería de Cultura que se destinase un presupuesto para actuar en el edificio. El sacerdote indica que en torno al 2005 la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural llegó a destinar una partida de 60.000 euros para financiar las obras, pero tras una visita realizada por técnicos de este departamento se determinó que la intervención requeriría un presupuesto más elevado. Sin embargo, las obras no se llevaron finalmente a cabo y pese al tiempo transcurrido desde entonces la rehabilitación de la iglesia continúa pendiente hoy en día mientras su estado de conservación empeora cada vez más.