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El jugador abandera la generación de jóvenes que guiará al CB Chantada
09 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Si hay un jugador en el CB Chantada que representa a la perfección la apuesta por la cantera de la junta directiva que preside José Antonio García, ese es su hijo Marcos. El joven deportista, de 22 años, después de las dudas que le entraron, sobre todo por la irregular campaña pasada, tomó la decisión de continuar en el nuevo proyecto.
«Fue importante el giro que la directiva le dio al planteamiento deportivo. Llevábamos varias campañas asentando el proyecto en jugadores veteranos, que lo hicieron a la perfección y de los cuales aprendimos mucho, y se necesitaba rejuvenecer la plantilla. Este paso es fundamental, porque asegura el futuro, y es que los jóvenes tenemos mucha hambre de victorias», comenta Marcos García.
El deportista local tiene un cariño especial al club en el que nació como jugador de baloncesto. Comenzó en la entidad en la categoría prebenjamín. Solo hubo un paréntesis, y fue en infantiles -los chantadinos no contaban con esta categoría-. Emigró una temporada y media al Estudiantes de Lugo y tres al Blanco Amor de Ourense. Después regresó a su club y tuvo su bautismo en la EBA, en la que suma seis temporadas.
«Un club como el nuestro tiene mucho mérito, porque no resulta sencillo con el presupuesto que tenemos mantenernos entre los mejores, y ahí estamos. Hay que felicitar a la junta directiva por el trabajo que hace», añade García.
El joven deportista chantadino sabe que después de haber dado un paso adelante en su momento, ahora tendrá que dar otro. Así se lo comunicó en las últimas semanas el entrenador, Alberto Fafián. «Tendré que asumir galones, pero el hecho de tener más responsabilidad no supone una presión extra. Al contrario, me motiva», comenta García.
Al igual que el resto de sus compañeros, el jugador está inmerso en plena pretemporada. Será un mes de trabajo para estrenarse en la competición liguera el día 8 de octubre ante el Baloncesto Narón. Marcos García es optimista y ambicioso a la hora de analizar los objetivos que persiguen. «Está claro que nuestra principal meta es conquistar la permanencia, pero yo siempre quiero más, y estoy completamente convencido de que competiremos entre los mejores. Eso no quiere decir que vayamos a ser campeones», ironiza.
Marcos García vive por y para el baloncesto. De este deporte se habla prácticamente a todas horas en su casa. La razón es que su padre, José Antonio García, preside el CB Chantada y su madre, Teresa Rodríguez es la que se encarga de mimar a la plantilla con repostería.
Apoyo continuo
Tanto Teresa como José Antonio siempre apoyaron a su hijo en su decisión de jugar a baloncesto. «Los domingos en el menú del almuerzo siempre hablamos de básquet, tanto del partido que el equipo jugó el día anterior como del Barça, del que somos aficionados», indica García.
Reconoce que su padre no es excesivamente crítico con él. «Él siempre me apoya y me respalda. Podemos hablar de lo que hice bien o en lo que no estuve acertado, pero siempre con el fin de mejorar», señala.
Al referirse a su madre, Marcos García la define como «la jefa del CB Chantada». Agradece que sea la repostera. «Nos mima con sus bizcochos y tartas, y eso también hace grupo», dice.
El jugador espera que esta sea su temporada. «Confío en que las lesiones me respeten, porque quiero contribuir de manera decisiva a que el equipo logre sus metas», concluye.