Las heladas, la sequía y las plagas diezmaron la cosecha de castañas

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

En el sur lucense se está registrando este año una enorme caída en la producción

19 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Festa da Castaña do Courel cumplirá tres décadas el 4 de noviembre, pero este aniversario no va a estar marcado precisamente por la abundancia. El festejo -que se celebrará esta vez en Seoane- coincide con una de las peores cosechas que se han visto en muchos años. «Esperamos contar ao menos con setecentos ou oitocentos quilos de castaña para a festa, pero non vai ser fácil xuntalos porque hai pouquísima e ademais ten moito bicho», señala la alcaldesa Dolores Castro. «Miña avoa ten 95 anos e di que nunca viu unha temporada tan mala como esta», agrega.

Los responsables de la empresa Caurelor, que comercializa castañas de la sierra de O Courel y elabora diversos derivados, dicen no haber conocido una campaña tan escasa como la actual. «Levo catorce anos traballando nisto e este é sen dúbida o peor de todos», dice Verónica Núñez, propietaria de la firma, quien señala por otro lado que en apenas quince días ha terminado de recoger el fruto. «Normalmente a recollida lévanos sobre mes e medio, pero desta vez non houbo para máis», explica. La empresa ya se vio obligada a cancelar la mitad de los pedidos que tenía para esta temporada y ha renunciado a vender producto en fresco, reservándolo todo para preparar mermeladas, cremas y castañas en almíbar. «E menos mal que nós tamén producimos outras cousas, como derivados de arandos, cereixas e amoras silvestres, que vai ser o que nos salve, porque a castaña pouco beneficio nos vai dar este ano», añade la empresaria.

«Un auténtico desastre»

La situación está muy lejos de ser exclusiva de la sierra de O Courel o del sur lucense, según apunta Miguel Areán, propietario de la empresa chantadina Castañas Naiciña, que compra el fruto a productores de la comarca y de muchas otras partes de Galicia. «Este ano é un auténtico desastre a nivel cuantitativo e cualitativo porque ademais de haber moi pouca, a castaña está saíndo moi pequena e unha boa parte dela está en mal estado», comenta el empresario, que calcula que las pérdidas en el conjunto de la comunidad pueden llegar a un 80% de lo que supone una campaña normal. «Habitualmente, nós manexamos en torno a un millón de quilos de castaña cada ano, pero esta vez poderemos darnos por contentos se chegamos a xuntar duascentas toneladas», agrega.

Los productores y las empresas del sector, a su juicio, van a pasar muchos apuros hasta que llegue la cosecha del 2018. En su opinión, los motivos de esta brutal caída de la producción son varios. «As xeadas tardías que caeron en abril fixeron moito dano e despois non choveu praticamente nada nos seguintes meses», indica. Por otro lado -agrega el empresario-, las altas temperaturas favorecieron la propagación de la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphillus), una especie invasora de origen asiático que fue detectada por primera vez en Galicia en el 2014 y que puede causar graves mermas en la producción. «Estamos insistindo moito en que se fagan canto antes soltas de torymus [Torymus sinensis, un insecto que depreda la avispilla del castaño], pero o Goberno central aínda non as autorizou», indica Areán.

El volumen del fruto puede reducirse en un 80% con respecto a una

temporada normal

Apostar por variedades de maduración tardía para hacer frente a los veranos secos

Las peculiares condiciones meteorológicas que se dieron este año -según el criterio de Miguel Areán- pueden repetirse en un futuro próximo y seguir perjudicando gravemente la producción de castañas. A su parecer, lo más acertado que se puede hacer ante esta perspectiva es fomentar la plantación de nuevos soutos con variedades que dan cosechas más tardías, como es el caso de la conocida como xudía. «Creo que o mellor que podemos facer agora é apostar por variedades que tardan máis tempo en madurar, para que as castañas aproveiten polo menos as chuvias que poidan caer en outubro despois dun verán moi cálido e seco», explica.

Por otro lado, aunque la sequía afectó fuertemente a la producción de castañas en la sierra de O Courel, no ha sucedido lo mismo con las manzanas, según indica la empresaria Verónica Núñez, que también cosecha este fruto en los alrededores de la localidad de Santa Eufemia. «Non sei por que, pero a colleita de mazás foi boísima nesa zona tanto en cantidade como en calidade, mentres que a de castaña foi pésima», señala.

En su opinión, los manzanos pueden haberse beneficiado de algunas tormentas con abundantes precipitaciones que cayeron en este territorio el pasado agosto, mientras que el agua no fue suficiente para que los castaños superasen los efectos de la sequía. Aprovechando esta circunstancia y para compensar la pérdida de castañas, la empresa Caurelor ha empezado a elaborar una mermelada de manzana que comercializará por primera vez esta temporada.