Pato criollo, el último invasor del Cabe

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Ejemplares de la especie exótica «Carina moschata» viven libres desde hace tiempo en Monforte y Belesar

07 abr 2018 . Actualizado a las 23:12 h.

La imagen situada sobre estas líneas fue tomada en el cauce del Miño a la altura de la localidad de Belesar, entre O Saviñao y Chantada. El ave de plumaje oscuro de la parte inferior de la foto es un pato criollo, una especie de origen sudamericano. El otro es un ejemplar doméstico asilvestrado del autóctono ánade real o azulón. El ejemplar de la especie exótica no es el único que anda suelto actualmente en el sur lucense, ya que hay otro viviendo en el tramo urbano del Cabe, en Monforte.

El pato criollo -cuyo nombre científico es Cairina moschata- no está clasificado como una especie invasora a nivel mundial, pero un informe elaborado en el 2010 por la Sociedad Española de Ornitología lo incluye entre las que suponen una amenaza para la biodiversidad y señala que se lo considera como próximo a establecerse de forma permanente en el territorio de la península y de otras partes de Europa. El biólogo Cosme Damián Romai, de la Sociedade Galega de Ornitoloxía, señala que cada vez es más común la presencia en el medio natural gallego de ejemplares asilvestrados de esta especie, que se cría y se comercializa como fuente de carne y huevos. 

Con permiso municipal

El ejemplar que vive en el Cabe fue soltado hace alrededor de un año por su propietaria, una vecina de Monforte que previamente pidió permiso al servicio municipal de Medio Ambiente. Según explica, hace algún tiempo adquirió dos ejemplares -macho y hembra- con la intención de producir huevos. La hembra desapareció tras el ataque de un zorro al corral en el que se encontraban. El macho sobrevivió, pero causaba problemas atacando a otras patas. «Como me daba pena matalo, preguntei no Concello se o podería soltar no Cabe e preciseilles que se trataba dun pato dunha raza exótica», explica. «Dixéronme que non había ningún problema e indicáronme que o podía soltar á altura do Parque dos Condes», añade.

Desde entonces, el pato criollo ha estado viviendo de forma continuada entre las numerosas anátidas de diferentes especies que están asentadas en este tramo del río, donde es el único ejemplar de esta variedad. La antigua propietaria dice que no hay riesgo que vaya a ir muy lejos, ya que por su gran tamaño y peso no es capaz de remontar el vuelo. «A femia si que voaba e ía moitas veces a un estanque que hai nunha casa veciña, pero o macho nunca voou», agrega.

Un intruso que puede suponer una amenaza medioambiental

Aunque la presencia en Galicia de patos criollos asilvestrados parece de momento muy limitada, Cosme Damián Romai apunta que supone un riesgo medioambiental, ya que es posible que esta especie llegue a crear poblaciones permanentes. Si esto ocurre -señala el biólogo-, competirán con las aves acuáticas autóctonas limitando su hábitat y sus fuentes de alimentación. Por otro lado, es posible que hibriden con las especies nativas y alteren su herencia genética. «Non parece moi probable, pero hai que ter en conta que son moi comúns os casos de hibridación entre anátidas non xa de especies diferentes senón tamén de distintos xéneros», apunta.

En el tramo chantadino del Miño, por otro lado, también se han asentado desde hace tiempo un par de cisnes blancos -de la especie Cygnus olor- de procedencia desconocida. Los ejemplares asilvestrados de esta variedad, según indica Romai, pueden causar serios problemas ambientales. «Trátase dunha especie non nativa da península Ibérica que é moi territorial e agresiva, e existe o risco de que as aves acuáticas autóctonas deixen de criar nas zonas onde se asentan os cisnes», explica. «Poden incluso chegar a matar as crías doutras especies para expulsalas do territorio», añade.