Hacia el palacio obispal de Diomondi

CARLOS RUEDA / FRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Un recorrido por un tramo del Camino de Invierno desvela notables muestras del patrimonio de O Saviñao

24 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Un recorrido de apenas tres kilómetros -uno más si la hacemos circular- entre las localidades de Galegos y Diomondi permite conocer una parte destacada del patrimonio histórico del municipio de O Saviñao. Este tramo forma parte del Camino de Invierno y de la Ruta da Ribeira Sacra do Miño. Una vez en el punto de inicio del itinerio, hay que salir a la carretera que cruza el núcleo de Galegos y caminar por ella -en dirección Diomondi- a lo largo de unos 250 metros. A continuación es preciso un desvío a la izquierda en dirección a Louredo.

Desde este punto se divisa a la derecha el Pazo o Casa das Cortes, situado a unos trescientos metros. La planta del edificio principal tiene forma de u, con patio interior y escalera doble para dar acceso a la planta superior y al corredor. La construcción primitiva corresponde al siglo XVI. Es a partir de 1680 cuando se realizan profundas reformas y ampliaciones, modificándose todo el conjunto. En un lateral de la vivienda está adosada una capilla de forma semicircular a la que se accede desde el exterior. El retablo y las tallas que se alojan en su interior datan del siglo XVIII. En el mismo lateral hay dos escudos de armas embutidos en el muro, donde están representadas las familias de los Somoza, Ulloa y Quiroga.

Entre prados y bosques

Una vez de vuelta al desvío anterior, hay que caminar unos cien metros por el asfalto y seguidamente torcer a la derecha por un camino en dirección a O Piñeiro. Unos doscientos metros más adelante cruzamos el arroyo de As Cortes y después el camino inicia una ligera subida entre prados y bosques de robles. En el kilómetro 1,3 cruza la carretera que viene de Freán a Diomondi. Seguimos de frente durante unos doscientos metros hasta llegar a O Piñeiro. Hay que cruzar la localidad y seguir las señalizaciones que nos llevarán hasta Montecelo, aldea situada a un kilómetro.

Nada más salir de O Piñeiro, la ruta atraviesa un extenso y frondoso bosque de robles centenarios, entre muros de piedra recubiertos de musgo que en su día fueron las divisiones de antiguas fincas de cultivo y que hoy se encuentran abandonadas. Aquí la naturaleza ha creado uno de los parajes más sorprendentes de la Ribeira Sacra.

Montecelo está en el kilómetro 2,5 de la ruta. En el centro de la localidad están las ruinas de la iglesia de Santa María do Camiño, construida sobre los restos de un templo anterior entre 1720 y 1750. Tiene planta de cruz latina con dos capillas laterales previstas de arcos de medio punto. A poca distancia se alza un monumental cruceiro de granito datado en el siglo XIX. Desde Montecelo salimos al cruce con la carretera que lleva a Diomondi y torcemos a la izquierda en dirección a la iglesia a de San Paio, que está a unos cuatrocientos metros.

Una inscripción en el dintel de la puerta principal señala que el tempo se construyó en el año 1170 según la inscripción grabada en el dintel de la puerta principal. El templo es una de las muestras más destacadas del patrimonio románico de la Ribeira Sacra. Adosada a la iglesia está la casa rectoral, que anteriormente fue residencia de verano de los obispos de Lugo. Los orígenes del edificio actual parecen datar de entre los siglos XIII y XIV. A finales del 2015 se completó la restauración de su fachada, que sufrió un derrumbe varios años antes. Ahora ha sido elegido para convertirse en un aalbergue público del Camino de Invierno.

Para volver el punto de inicio del recorrido, en la aldea de Galegos, hay que proseguir la caminata por el asfalto a lo largo de otro kilómetro.

DESDE ESCAIRÓN

Hay que salir de la capital del municipio por la carretera C-533 en dirección a Chantada. En el kilómetro 3,2 hay un desvío a la izquierda para Freán, Diomondi y Galegos. Esta última localidad dista cinco kilómetros del desvío