
Tocó sufrir, y mucho, pero el Lemos sigue siendo equipo de Preferente. Hay que agradecer el trabajo, el compromiso y el tesón de la plantilla, del cuadro técnico y de la junta directiva en unos meses complicados y críticos.
Pero me gustaría hacer una mención especial a la afición monfortina. Estuvo cuando se le necesitó. Socios y aficionados dieron la talla el domingo. No solo poblaron las gradas del campo de A Pinguela, sino que animaron, y contribuyeron aportando su grano de arena a esa trabajada victoria, que permite acabar la campaña con un final feliz.
La afición sí respondió. No dejó a los suyos en un momento decisivo no solo para el equipo, sino también para el futuro del club. Y es que había que seguir en la Preferente. Todos arrimaron el hombro. Fue una satisfacción ver también en la grada a la mayoría de expresidente del Lemos, que quisieron dar su aliento a sus sucesores. Matrícula de honor para todos.
Y ahora toca reflexionar, analizar la temporada y no cometer errores a la hora de planificar para evitar sustos como los de esta temporada. Eso sí, las decisiones deportivas tienen que estar en manos de los técnicos. A los directivos lo que les toca es gestionar los recursos. Cumpliendo esta premisa, las cosas no pueden salir mal.