La expedición 3Cumios culmina su desafío en la Cordillera Blanca

LUIS CONDE MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los tres alpinistas de la Ribeira Sacra mostraron su vertiente solidaria en Perú

12 ago 2025 . Actualizado a las 13:54 h.

La expedición 3 Cumios, formada por tres montañistas de la Ribeira Sacra José Manuel Prieto (Monforte), Tomás Porto (Melide, afincado en Pantón) y Manuel Viéitez (Sober) concluye con éxito su reto en la Cordillera Blanca del Perú. En apenas tres semanas, entre finales de julio e inicios del presente mes, el equipo coronó tres cimas emblemáticas de casi 6.000 metros: Nevado Pisco (5 742 m), Vallunaraju (5 686 m) y Tocllaraju (6 034 m).

Su lema «Tres nomes, tres cumios, tres retos que elevan a Ribeira Sacra máis alá das montañas» se convirtió en realidad en un viaje que combinó la exigencia alpina con un fuerte compromiso social.

Un proyecto con impacto más allá de las cumbres. Parte de los fondos recaudados para la expedición se destinó a equipar un total de catorce escuelas rurales en el distrito peruano de Olleros con material escolar, deportivo y de psicomotricidad valorado en más de 2.000 euros, beneficiando a 500 niños y niñas.

La entrega oficial contó con una calurosa acogida por parte de las autoridades locales. El alcalde de Olleros declaró que «fue un auténtico honor tener a los embajadores de la Ribeira Sacra en nuestras tierras, un gesto que demuestra la generosidad de Galicia y sus gentes».

Hazaña técnica

Las dos primeras cumbres Pisco y Vallunaraju fueron ascendidas en total autonomía, siendo las únicas cordadas de esos días que lo lograron sin asistencia externa. El Tocllaraju, la última cima y la más técnica de la expedición, supuso un reto adicional: las grietas abiertas por el retroceso glaciar derivado del cambio climático habían imposibilitado su ascenso en días anteriores. El equipo 3 Cumios fue la primera cordada en alcanzar la cima en esa ventana, abriendo una nueva ruta entre profundas grietas y seracs.

En este último tramo contaron con el acompañamiento técnico del reconocido montañista peruano César Rosales, primer peruano en escalar el Nanga Parbat (8 126 m) y poseedor de récords en ascensos de la Cordillera Blanca.

Por el contrario, el Huascarán, objetivo inicial de la expedición, se encontraba este año en condiciones imposibles: grietas inmensas, puentes de nieve extremadamente inestables y riesgo extremo de colapso. Según expertos locales, intentar la cumbre habría sido una auténtica imprudencia, y de hecho ninguna cordada estaba logrando ascenderlo esta temporada. El viaje fue más que un reto deportivo: fue un encuentro entre dos territorios únicos. El acto de hermanamiento en Olleros selló un vínculo entre la Ribeira Sacra y los Andes peruanos, mostrando cómo la montaña puede convertirse en un puente entre culturas, paisajes y comunidades.

Proyectos de futuro

El equipo ya piensa en su próximo desafío: una cumbre icónica en un nuevo continente, cuya identidad aún guardan en secreto. Lo único que adelantan es que será «una montaña con compromiso, altura, técnica y un desafío a la altura de nuestros sueños».

Los tres alpinistas ya descansan tras esta expedición. No obstante, seguirán entrenando para afrontar con todas las garantías sus próximos desafíos.

Tras su regreso, José Manuel Prieto, Manuel Viéitez y Tomás Porto recibieron la felicitación de sus patrocinadores.