







El incendio en A Pobra do Brollón cercó viviendas, pero se lograron preservar; suspendidos los catamaranes para permitir captar agua a los medios aéreos
27 ago 2025 . Actualizado a las 11:37 h.«En Vilachá necesitamos axuda». El mensaje lo lanzaba ya el lunes por la noche en sus redes sociales una vecina de Vilachá de Salvadur, la parroquia de A Pobra do Brollón que tiene junto al Sil tres zonas cultivadas con las viñas en bancales características de la Ribeira Sacra. El incendio que había empezado esa tarde seis kilómetros al norte -y que ya ha consumido 900 hectáreas- avanzaba sin freno por todo el bajo Lor y uno de sus frentes iba hacia Vilachá, en la antesala del cañón del Sil y justo donde empieza el corazón de la Ribeira Sacra, la parte de este territorio que está declarada bien de interés cultural.
Ya no con la voracidad de las primeras horas, pero el incendio siguió avanzando durante la noche del lunes al martes. En la oscuridad, los esfuerzos de los servicios de extinción se centraron en las aldeas más amenazadas en ese momento, entre las que estaban Freixeiro, San Pedro, Parada o Santa Andrea, todas dentro del término municipal de Quiroga. Cada una dispuso esta noche de sus propios retenes de bomberos y no llegó a arder ninguna casa.
La única construcción alcanzada de noche por las llamas fue un antiguo negocio de jardinería en las cercanías de Freixeiro, un pueblo defendido por bomberos del consorcio contraincendios de A Coruña. «Durante a noite houbo traballo, pero non se deu ningunha situación de moito apuro», explica David Lago, el jefe del grupo que estuvo en Freixeiro.
Ellos apagaron el incendio en el centro de jardinería, pero no pudieron evitar que las llamas destruyesen el edificio de madera en el que estaban sus oficinas. «Se non se chega apagar o lume que prendeu no centro de xardinería e outro que avanzaba por outro lado, si que podía haber perigo para as casas», explica.
En el Ayuntamiento de Quiroga explican que la cantidad de medios desplegados hace que la situación de este incendio sea distinta a la del fuego que empezó el 13 de agosto en Larouco y que acabó quemando 30.000 hectáreas en diez municipios. El concejal de Medio Ambiente, Luis Arias, dice que durante la noche hubo medios suficientes para proteger de forma eficaz todas las aldeas.
Justo en las viñas de Vilachá
Una vez pasada la noche, los servicios de extinción se concentraron en frenar la expansión del fuego en el frente que avanza por A Pobra do Brollón hacia el oeste y en el que va hacia el este por Quiroga.
En A Pobra, agentes medioambientales y brigadas contuvieron las llamas justo en el límite entre los montes comunales de la parroquia quiroguesa de Augas Mestas y la de Vilachá. Desde el lado de Vilachá, el presidente del monte, José Castiñeira, respiraba aliviado. «Foi moi útil —reflexiona— o cortalumes que fixemos no noso monte a principios deste ano».
Más hacia el sur, los bomberos forestales trabajaron todo el día para conducir la parte baja de ese frente hacia el río Sil y hacer que muriese en la orilla. A media tarde, la estrategia estaba dando resultado. Tenían parado el fuego justo en el inicio de las viñas de O Eivedo, la más expuesta a ese frente de las tres zonas productoras de uva que hay en Vilachá.
A última hora de la tarde saltó la alarma un kilómetro aguas arriba de Vilachá. El fuego había cruzado el río a la altura del antiguo club náutico de Augas Mestas. Consiguieron apagarlo antes de que prosperase, pero el riesgo está ahí. Otro salto puede crear un nuevo frente que podría avanzar rápidamente ladera arriba por la margen izquierda del Sil.
Por otro lado, la Diputación de Lugo anunció ayer la suspensión temporal de sus rutas turísticas en catamarán por el cañón del Sil. La medida fue solicitada por la Xunta y pretende facilitar los trabajos de extinción de los incendios forestales. La cancelación, anunciada ayer, solo afecta en principio a los viajes previstos hasta hoy.
Las llamas vuelven a afectar a valiosos parajes naturales del geoparque Montañas do Courel
El fuego forestal originado el lunes en A Pobra do Brollón, al extenderse a Quiroga, ha afectado en este último municipio al sinclinal de Castrodares, uno de los parajes de mayor interés del geoparque Montañas do Courel. Este mismo lugar ya había sido alcanzado por las llamas en septiembre del 2021.
Por otro lado, el incendio que entró anteriormente en Quiroga desde el municipio ourensano de Larouco también ha causado importantes daños en otras partes del patrimonio natural de este territorio que aún están pendientes de evaluar.
Según un estudio encargado por el geoparque lucense que se dio a conocer el año pasado, el 30 % de su territorio fue quemado por diferentes incendios forestales entre el 2001 y el 2023. Uno de los autores de este trabajo, el geólogo Daniel Ballesteros —coordinador del comité científico del geoparque—, señala que esta cifra deberá revisarse tras los siniestros de este verano, que harán aumentar considerablemente la extensión de los terrenos calcinados durante este período. «Agora, a superficie do xeoparque afectada polos incendios forestais desde o 2001 ata hoxe probablemente chegará a cubrir o 50 % deste territorio», apunta.
El geoparque Montañas do Courel, reconocido como tal por la Unesco en abril del 2019, es el primero de Galicia en contar con esta categoría. Su territorio abarca los municipios de Quiroga, Folgoso do Courel y Ribas de Sil, con una superficie total de 577,8 kilómetros cuadrados.