La mimosa australiana, única especie invasora en las tierras quemadas de O Courel

FOLGOSO DO COUREL

Mimosas (en amarillo) en el pliegue geológico de Campodola
Mimosas (en amarillo) en el pliegue geológico de Campodola ALBERTO LÓPEZ

Unas jornadas científicas analizan el impacto de los fuegos forestales en el territorio del geoparque

12 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La propagación de las plantas de especies invasoras en las tierras quemadas es una de las cuestiones que se abordaron en unas jornadas sobre el impacto de los incendios forestales en el geoparque Montañas do Courel que se celebraron entre el viernes y el sábado en la estación científica de Seoane. Sobre este aspecto se centró una intervención del biólogo Óscar Cruz, investigador posdoctoral de ecología del campus lucense de la Universidade de Santiago. En las prospecciones realizadas sobre el terreno en las áreas quemadas por los incendios del verano del 2022 en el municipio de Folgoso do Courel, según indicó, la única especie invasora cuya presencia se ha detectado hasta ahora es la mimosa australiana o acacia negra (Acacia melanoxylon).

La expansión de esta especie vegetal, originaria del sudeste de Australia, puede tener graves efectos ambientales, ya que compite con la vegetación autóctona y empobrece la biodiversidad de los territorios por los que se propaga. «Todas las especies invasoras se caracterizan porque producen muchas semillas todos los años, por lo que son difíciles de erradicar, y el fuego ayuda muchísimo a que se extiendan», comenta Cruz.

Un momento de las jornadas celebradas en la estación científica de Seoane do Courel
Un momento de las jornadas celebradas en la estación científica de Seoane do Courel

En el caso de la mimosa australiana, además, se ha comprobado que las semillas pueden resistir durante mucho tiempo y conservar su capacidad de germinación. «Hay algún estudio que indica que pueden seguir siendo viables durante unos cien años», agrega el investigador. Cuando esta especie coloniza un territorio, por otra parte, es muy difícil conseguir que desaparezca. «Arrancarlas de forma manual no es muy efectivo, porque pueden volver a aparecer con facilidad», comenta.

Óscar Cruz indica asimismo que los lugares donde se forman poblaciones importantes de esta especie funcionan como puntos de propagación hacia las áreas más próximas. «Por ejemplo, en el monte Pedroso, cerca de Santiago, hay una población grande de acacias negras y se está viendo que estas plantas están apareciendo ahora en sitios cercanos donde hasta hace poco no las había», dice.

Arbustos y árboles autóctonos que pueden servir de barrera 

En su alocución, Óscar Cruz apuntó que —según indican diversos estudios— hay una serie de especies de arbustos y árboles autóctonos de la península Ibérica que pueden servir de barrera ante la expansión de las mimosas australianas. Los arbustos pertenecen a las especies Adenocarpus lainzii —conocida como codeso en castellano y gallego—, Cytisus multiflorus —xesta branca o escoba blanca— y Cytisus striatus, llamada en gallego xesta mansa o molar y en castellano escobón. Por lo que respecta a los árboles, estas especies son la encina (Quercus ilex), el pino silvestre (Pinus sylvestris) y el avellano turco (Corylus colurna).

Cruz señala que «casi todas estas especies se encuentran de forma natural en Galicia, por lo que pueden ser útiles para ayudar a frenar la propagación de la mimosa australiana en zonas que han sufrido grandes incendios forestales, como los que hubo en la sierra de O Courel». Los arbustos de estas especies, indica por otro lado, son de crecimiento rápido.

Brotes de helechos y brezos en un monte quemado en O Courel cinco meses después de los incendios
Brotes de helechos y brezos en un monte quemado en O Courel cinco meses después de los incendios CARLOS CORTÉS

La cubierta vegetal se está regenerando con rapidez en las áreas afectadas en el 2022

 En la actualidad, Óscar Cruz realiza un estudio sobre la regeneración de la cubierta vegetal en tres zonas de la montaña lucense que fueron afectadas en diferentes momentos por los fuegos forestales. Una de ellas es la sierra de O Courel. Los otros dos incendios se registraron en el 2017 y el 2006 en la reserva de la biosfera de Os Ancares y en el entorno de Negueira de Muñiz.

En las observaciones que ha realizado en las áreas quemadas por los incendios del año pasado en el municipio de Folgoso do Courel, Cruz dice haber notado que la vegetación arbustiva se está regenerando con rapidez. «Yo diría que las zonas de matorral que ardieron pueden estar totalmente cubiertas de vegetación en el plazo de unos tres años», apunta. «Para que los arbustos lleguen a alcanzar otra vez unos dos metros de altura en los lugares donde más crecen seguramente tendrá que pasar más tiempo, pero mi impresión es que la vegetación se está regenerando bastante bien», agrega.

En las jornadas celebradas en la Estación Científica do Courel se analizaron también diferentes aspectos del impacto ambiental de los incendios forestales, como su efecto sobre las propiedades de los suelos, y se abordó la utilización de herramientas informáticas —como el programa Copernicus y el sistema de información geográfica Google Earth— en la teledetección de los fuegos.