«Non plantamos piñeiros desde o incendio, pero nacen igual»

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

FOLGOSO DO COUREL

Un pinar de O Courel quemado en el incendio del 2022, cubierto por la nieve
Un pinar de O Courel quemado en el incendio del 2022, cubierto por la nieve CARLOS CORTÉS

Comunidades de montes de O Courel prevén incrementar la presencia de frondosas

08 nov 2025 . Actualizado a las 16:32 h.

Desde el gran incendio que quemó cerca de 11.000 hectáreas en julio del 2022, en el municipio de Folgoso do Courel no se han vuelto a plantar pinos. A la alcaldesa Dolores Castro no le consta que se haya realizado desde entonces ninguna repoblación con esta especie. «Non plantamos piñeiros, pero están nacendo igual nas zonas que arderon», explica Sandra Álvarez Fernández, presidenta de la comunidad de montes de Vilamor, una localidad que se vio seriamente afectada por los fuegos forestales.

En septiembre del 2023 —en colaboración con la asociación de desarrollo rural Serra do Courel—, la comunidad organizó una jornada de voluntariado para arrancar pinos y mimosas en sus terrenos. Pero desde entonces no se han llevado a cabo más acciones de este tipo. «Decidimos non arrancar máis piñeiros porque non queremos acabar por completo con eles e ademais permiten que ao seu redor medren outras especies vexetais, o que non pasa coas mimosas e os eucaliptos», señala Álvarez. No obstante, la comunidad tiene previsto restringir la presencia de los pinos, aunque todavía no se ha definido una forma concreta para hacerlo. «O que intentaremos é que haxa bosques máis variados e meter franxas de árbores frondosas entre os piñeiros para que os incendios non se poidan estender coa mesma facilidade», dice Sandra Álvarez..

Por su parte, la alcaldesa considera que las comunidades de montes están a la espera de que la Xunta establezca una normativa clara de ordenación forestal para el territorio que tenga en cuenta la prevención de los fuegos forestales. «Iso foi o que se acordou nas reunións que se organizaron despois do incendio do 2022, pero a nova normativa aínda non saíu», comenta.

En los últimos tres años, dice asimismo la regidora, lo que se ha hecho es recoger los árboles quemados, un proceso que todavía no concluyó. «Aínda falta retiralos dun par de lugares pouco accesibles, pero é máis complicado porque as empresas madeireiras non queren comprar esas árbores», apunta. Desde el siniestro, añade, también se han construido algunos nuevos puntos de almacenamiento de agua para las tareas de extinción.

Trabajos de regeneración forestal en torno a la localidad de Vilar

En la localidad de Vilar, la más afectada del municipio por el incendio del 2022, se está desarrollando ahora un proyecto de regeneración forestal denominado Natur Smart e impulsado por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico. Esta actuación se lleva a cabo en terrenos de monte comunal y en otros que pertenecen a diferentes propietarios particulares.

El ingeniero forestal Braulio Molina, que coordina este proyecto en Vilar, señala que las actuaciones comenzaron más tarde de lo previsto, precisamente para prevenir posibles incendios. «Unha das cousas que estaban planeadas era rozar terreos para revitalizar áreas de pasto e durante o verán non se puido facer porque estes traballos podían producir faíscas e orixinar lume», explica. La actuación debe estar terminada para el próximo 15 de diciembre.

Restauración del souto

Por otra parte, de modo paralelo a este proyecto —y de forma independiente—, la Xunta está realizando trabajos de restauración en el souto de Vilar, que resultó gravemente dañado en el incendio de hace tres años.

Una iniciativa en marcha para reemplazar las coníferas por castaños de fruto

La comunidad de montes de la localidad de Froxán, cuyos terrenos fueron muy afectados por el incendio del 2022, ya puso en marcha una iniciativa para reemplazar los pinos por frondosas. «Tramitamos unha axuda da Xunta para novas plantacións e imos cubrir con castiñeiros de froito unha zona que antes estaba ocupada por piñeiros», dice el presidente de la entidad, el agente medioambiental Pablo Santos. Este terreno tiene cerca de veinte hectáreas de extensión.

Esta intervención se suma a otro proyecto que la comunidad inició la pasada primavera y que consiste en injertar numerosos castaños que se quemaron hace tres años pero que consiguieron revivir. Los árboles se dedicaban antes a producir madera, pero con los injertos se destinarán a la producción de frutos. La actuación se llevó a cabo en una superficie de unas cuatro hectáreas.

La entidad tiene pretende desarrollar más adelante otras acciones para incrementar la presencia de las frondosas en su territorio, pero —al igual que la comunidad de Vilamor— no pretende suprimir todos los pinos. «Hai zonas nas que as frondosas non se poden dar e neses lugares poderán seguir crecendo piñeiros, que ademais producen un beneficio económico», dice Santos. «Temos un monte suficientemente grande para que haxa de todo», añade.

Esta comunidad está preparando actualmente un plan de ordenación que establecerá las áreas que se dedicarán a frondosas y a pinos. «Antes xa tiñamos preparado un plan de ordenación, pero despois do incendio tivemos que cambialo por outro novo, que é no que estamos traballando agora», apunta Santos.