
Hace un cuarto de siglo se dio un paso decisivo para la realización del proyecto
01 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Parador de Monforte era solo un proyecto hace un cuarto de siglo, pero por entonces ya se habían dado importantes pasos para llevarlo a cabo. Según una información publicada en la edición local de La Voz el 31 de mayo del año 2000, el Instituto de Turismo de España aún no había hecho pública la resolución del concurso para contratar las obras, pero fuentes oficiales confirmaron a este diario que la adjudicación correspondía a la empresa Comsa y que la inversión ascendería a mil millones de pesetas. «Las obras deberán estar acabadas a finales del año 2002», precisaba la noticia.
La misma información recogía las reacciones de diversos responsables políticos y agentes socioeconómicos, entre los que causó «gran satisfacción» la contratación de las obras que transformarían en un parador el antiguo monasterio benedictino de San Vicente do Pino. Entre ellos se encontraba Jesús Sánchez González, delegado local de la Confederación de Empresarios de Lugo (CEL), quien señalaba que este proyecto, «más que importante, resulta imprescindible», aunque apuntaba que la apertura del nuevo establecimiento no sería suficiente para compensar la escasez de plazas hoteleras, considerada como un «problema de primera magnitud». El parador, decía asimismo Sánchez, ayudaría a paliar esa carencia, pero a su juicio haría falta además un «empujón» por parte de la iniciativa privada para incrementar el número de plazas.
También expresó su satisfacción el entonces alcalde, Nazario Pin, para quien la creación del parador no era importante solo por la fuerte inversión que requeriría. «Tamén traerá consigo implicacións e consecuencias transcendentais na afluencia de visitantes, na actividade da hostalería e na propia vida da cidade», decía el regidor.
La información de La Voz recogió asimismo el parecer de José Manuel Ledo, alcalde de Pantón y presidente de la asociación de municipios de la Ribeira Sacra. «La promoción turística estaba muy necesitada de un establecimiento de esta categoría, aunque su número de plazas parece insuficiente para el potencial de la Ribeira Sacra», decía a este respecto. En similares términos se expresaba Emilio Rodríguez Díaz, portavoz de la asociación local de hostelería. «Monforte estaba pidiendo a gritos una oferta hotelera de calidad, acorde con el tipo de turismo que estamos buscando», apuntaba Rodríguez, aunque puntualizaba que «harían falta más plazas para que no se siga perdiendo un montón de eventos». Por su parte, el presidente del consejo regulador de la denominación de origen Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez, consideraba que la apertura del establecimiento sería positiva pero que la comarca necesitaría un desarrollo general «sen o que nin o parador nin o AVE serían panaceas».
Poco tiempo después, el 25 de junio del mismo año, otra noticia de La Voz recogía unas declaraciones del alcalde Nazario Pin, quien acababa de confirmar a los representantes de la CEL que el Estado destinaría 320 millones de pesetas a la primera fase de la construcción del Parador de Monforte, es decir, un tercio de la inversión total prevista. «Las bases de contratación establecen un plazo máximo de dieciocho meses para la ejecución del proyecto, por lo que el parador de turismo podría estar en funcionamiento a comienzos del año 2003 en el mejor de los casos», decía la información.
Más habitaciones
Por otro lado, el alcalde explicó también que el proyecto definitivo del parador presentaba novedades significativas con respecto a los primeros planes. Si en principio se contaba que el futuro establecimiento turístico tuviese 32 habitaciones, ahora se preveía habilitar un total de 52.
Una iniciativa fraguada en la década de 1990 que se hizo realidad en el 2003
El proyecto de creación de un parador en Monforte empezó a fraguarse en la década de 1990. La iniciativa fue mencionada en 1996 en la segunda edición de la Mostra dos Viños da Ribeira Sacra, en la que intervinieron Francisco García-Bobadilla, por entonces recién nombrado director de Paradores de España, y el conselleiro de Presidencia, Dositeo Rodríguez. En su intervención, el conselleiro pidió a García-Bobadilla que desde su nuevo cargo trabajase a favor de la apertura del parador.
El anteproyecto del nuevo establecimiento fue presentado en Monforte en julio de 1997 en un acto en el que participaron José Manuel Fernández Norniella, secretario de Estado de Turismo, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Según explicó el primero, el proyecto estaría listo para su contratación dentro de ese mismo año. Según la información publicada en su día por La Voz, por entonces se preveía que el parador tuviese «32 habitaciones, un comedor de cerca de cien metros cuadrados de superficie, un bar de 60 metros y tres salones de 33, 54 y 60 metros cuadrados, respectivamente». En el proyecto estaba previsto invertir más de 500 millones de pesetas y el plazo de ejecución de las obras sería de 30 meses.
Pero el proyecto sería modificado posteriormente y se prolongaría más de lo previsto. El Ayuntamiento de Monforte concedió la licencia de obras en octubre de 1999. Después de varios años de trabajo —en los que no faltaron las polémicas— el nuevo parador abriría sus puertas al público el 21 de julio del 2003. Su primer director fue Julio César Castro, que al mismo tiempo dirigía el Parador de Vilalba.