Las setas no son de todos aunque estén en el monte y se puedan coger

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

ABADÍN

SUSO PENA

La prohibición y los carteles que avisan de la imposibilidad de llevarse hongos chocan contra prácticas habituales

16 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El que pasea por el monte, de manera despreocupada, puede volver a casa con unas setas encontradas en una zona por la que haya pasado. El que ha salido al monte con intención de cogerlas no solo tiene más probabilidades, sino que seguramente volverá a casa con una cantidad mayor. Unos y otros coincidirán en haber cogido setas, pero también, quizá, en haberlas arrancado de lugares donde no podrían haberlo hecho. Las setas, aunque nazcan por generación espontánea y solo necesiten condiciones de temperatura y de humedad para aparecer en otoño, son del dueño del monte donde aparecen, y así lo recoge la ley.

CONDUCTA

Una situación que se repite. Que personas residentes más o menos cerca del monte se acerquen a una zona arbolada para coger setas no es nada nuevo, por ejemplo, en parroquias como Labrada (Abadín), Lousada (Xermade) o As Negradas (Guitiriz). Las tres, por otro lado, tienen en común el hecho de contar con sendas comunidades de montes, propietarias de esos hongos que suelen acabar lejos del lugar donde se recogieron.

Carteles que no se atienden.La comunidad de montes de Labrada (Abadín) es una de las que colocó carteles en los que se avisa de la prohibición de recoger setas en su terreno porque son de la entidad. Los comportamientos en los que se hace caso omiso de ese mensaje se suceden, con lo que se crea un perjuicio a comuneros: según explicó ayer la presidenta, Henar Román, unos las recogen para consumo propio, pero otros las venden para asegurarse unos ingresos adicionales que así se ven amenazados.

Llamadas para informarse tras haber visto los avisos. Si hay, por un lado, personas, en algunos casos procedentes de fuera de la comarca chairega, que cogen setas donde no deben, también hay otras en quienes esos carteles indicadores producen algún efecto. La presidenta de la mencionada comunidad de Abadín afirmó que había llegado a recibir alguna llamada telefónica de personas que habían visto esos carteles en montes de Labrada y querían informarse con detalle de la situación.

Un recurso con capacidades sin explotar. La comunidad de montes de Romariz, parroquia de Abadín limítrofe con Labrada, no ha colocado esos carteles ni prevé instalarlos. Las setas no parecen interesar especialmente: «Non se lles dá o valor que teñen», dijo ayer la presidenta, Edesia Prieto. Por otra parte, la presidenta de la comunidad de Labrada también explicó ayer que se estudiaría, en un futuro plan de aprovechamientos del monte, dar más atención a las setas.

Difícil denuncia. Si se comete una acción de estas características, se incurre en una infracción; sin embargo, ya resulta más díficil saber quién es el autor, como admitió ayer Roberto García, alcalde de Xermade y tesorero de la comunidad de montes de Lousada. De todos modos, los comuneros, recalcó, tienen el deber de velar por los intereses de la entidad. En montes comunales de la parroquia, agregó, alguna vez fue vista alguna persona que estaba cogiendo setas y se le indicó que no podía hacerlo.

A menor abundancia, menores forasteros en el bosque. En este año se han visto menos casos de setas recogidas por gente de fuera en la parroquia de As Negradas. La tendencia ya iba a menos en los últimos tiempos; pero en este 2016, además, hay un factor decisivo, como subrayó el presidente de los comuneros, Manuel Vázquez: ha habido pocas setas, y algunas aún acaban de salir.

Una situación regulada legalmente. La Lei de Montes de Galicia, en su artículo 85, establece que las personas propietarias de montes tienne derecho a acotar sus propiedades para la viabilidad o el mejor aprovechamiento de pastos, de setas o de castañas, entre otros recursos, si pueden suponer una fuente de rentas.

La prohibición de entrar está avalada por la Xunta. Un decreto sobre aprovechamientos forestales elaborado por la Xunta establece, en su artículo 45.3, que si no hay un plan de ordenación o de gestión del monte, el propietario del terreno está autorizado a prohibir la entrada a quienes accedan sin su autorización.

Tres empleos distintos para los hongos y cuestiones que generan controversia. Ese decreto de la Xunta establece tres tipos de aprovechamiento micológico (artículo 44): pueden ser para consumo propio -hasta un máximo de dos kilos al día y en frutos silvestres-, comerciales -más de dos kilos al día, con autorización del propietario y en frutos no silvestres- y científico. La posibilidad del consumo propio parece entrar en contradicción con la opción de prohibir la entrada, recogida por ley. Pero incluso la legislación específica de montes comunales ampara ese derecho a acotar la propiedad, y una ley, como norma de rango superior, prevalece sobre un decreto.

SISTEMA

Malas prácticas. Muchos de los que van al monte no solo cogen setas en lugares en los que no pueden, sino que las arrancan mal y las meten en bolsas de plástico, como manifestó ayer Henar Román. El uso de rastrillos o de azadas, la recogida entre la puesta del sol y el amanecer o el traslado de setas y de hongos en bolsas de plástico están prohibidos por la Xunta.

El Concello murense estudia redactar una ordenanza reguladora

En montes cercanos a la carretera LU-540 (Viveiro-Cabreiros) a su paso por el alto de A Gañidoira han sido frecuentes las visitas de forasteros, atraídos por la abundancia micológica de la zona. Son montes privados, aunque hubo un largo litigio de los propietarios para que se reconociesen sus derechos sobre el terreno, que había sido objeto de repoblación forestal impulsada por el Gobierno central a mediados del siglo pasado. La situación parece mantenerse y necesitar algún tipo de regulación, puesto que el alcalde murense, Manuel Requeijo, expresó ayer la intención de elaborar algún tipo de ordenanza que pusiese un poco de orden. Una de las características de esa zona, por estar al lado de la LU-540, es el fácil acceso para personas de fuera.