Noelia Solar: «Sacar el carné de dron es un antes y un después para buscar plantas medicinales para mi cosmética»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

ANTAS DE ULLA

Noelia Solar en el examen práctico de pilotaje
Noelia Solar en el examen práctico de pilotaje CEDIDA

La vecina de Antas de Ulla participó en la primera la escuela de pilotaje de dron de Fademur para mujeres rurales en Galicia

15 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El empleo de drones gana terreno en las actividades vinculadas con el medio natural, bien sea en el sector primario o para usos tan concretos como el que plantea Noelia Solar: «Me sirve para hacer un mapeo de zonas con plantas medicinales». Esta vecina de Antas de Ulla hace recolectas silvestres para sus productos de cosmética natural. Para poder dejar de hacerlo todo a pie, se apunto a la primera escuela de pilotaje de dron organizada por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales en Galicia.

Noelia Solar creó en Antas de Ulla, donde reside, la marca Esencia Viva, que ofrece aromaterapia y cosmética natural. Para conseguir la materia prima con la que elabora sus productos, trabaja con mapas de Google o militares, se echa al terreno caminando y va marcando los lugares que inspecciona, con las plantas que se encuentra. «A Ulloa la tengo pateada casi a cada centímetro». 

Más allá de la comarca donde vive, se recorre sobre todo el interior de Lugo y A Coruña. Por el tiempo y esfuerzo que supone esta labor, ya había pensado en utilizar algún tipo de tecnología para facilitar el trabajo. «Se me abrieron los ojos como platos cuando vi el curso de pilotaje de dron de Fademur». A través del avión no tripulado, podía hacer un trabajo de estudio de grandes superficies para situar las plantas medicinales. 

En este escuela participaron 14 mujeres, que durante semanas tuvieron formación teórica y esta semana se sometieron al último examen práctico del propio pilotaje. «Me quedé sorprendida de la cantidad de teoría que dimos, había mucho nivel». La Federación trabaja con mujeres del rural, para reducir la brecha de género y la digital en el campo. 

Por eso, la mayoría de participantes se dedican al sector primario. Así que más allá de las nociones generales para pilotar el dron, dieron especialidades como la fotogrametría, siempre aplicada al proyecto de cada una de ellas. «Consiste en un software que transforma las imágenes para mapear», explica Noelia Solar sobre tu caso. 

Se puede aplicar en las dos ramas que fueron impartidas, la de agricultura de precisión y la audiovisual. En el primer caso, es más válida para gente que tiene amplios terrenos que trabajar o las que aplican algún producto. Para Noelia Solar no es la parte más útil ya que ella cuenta con una finca muy grande con la huerta experimental pero es fácil de controlar, lo que le interesaba era la fotografía para poder localizar ciertas plantas y registrarlas con recursos audiovisuales. 

Explica que el dron es muy úitil para localizar minifundios, que asegura que es donde se encuentran las plantas con este tipo de propiedades, ya que en muchas ocasiones la agricultura o la ganadería han preservado la biodiversidad. «La riqueza está ahí», sentencia. Por el color, puede reconocer si la vegetación es de la tipología que le interesa. También podría utilizar el aparato en bosque, aunque ella también tendría que estar dentro y haría un vuelo bajo. 

En las zonas en las que todavía estaba empezando el mapeo, con el dron podría localizar rápidamente si se ha hecho alguna obra o han desaparecido los recursos que utilizaba. 

«Si no has cogido un joystick nunca, se complica un poquito»

Después de varias semanas de formación, las 14 mujeres, entre ellas Noelia, salieron al exterior para pasar la prueba de manejo del aparato. «Si no has cogido un joystic nunca se complica un poquito, pero es fácil porque los drones ya vienen muy preparados, son estables, con resistencia al aire...», explica. Aún así destaca que hubo prácticas complicadas a la hora de hacer pruebas, como los círculos o cuadrados en ascensos o descensos.

Al final de esta escuela, las participantes acaban con el título de operadoras, es decir, pilotos profesionales. Pueden hacer operaciones tanto en zonas urbanas como también con drones pesados. «Es un antes y un después, como cuando te sacas el carné de conducir», asegura Solar. Una vez pasadas todas las pruebas, el siguiente paso de esta vecina de Antas de Ulla será intentar hacerse con un dron para poder utilizarlo de manera particular y seguir conformando ese mapa de plantas curativas.