
1Saber que uno ha sido agraciado con un premio en metálico es siempre una satisfacción, y más si cabe en tiempos que, para qué negarlo, no son de expansión económica. Pero también hay satisfacción en quienes actúan como una especie de intermediarios entre la riqueza y sus aspirantes. Ahí entra en acción el gremio de los loteros, que ayer dio, en Sarria, una muestra de cómo alegrarse por la alegría ajena. Adriana Viñas, responsable de la administración que entregó el premio, rebosaba ayer optimismo: «Esto es solo un avance de lo que vamos a dar en Navidad», decía. Y uno de los números tradicionales de esta administración es el 21458, que en la villa recibe el apodo de Gafe y al que los sarrianos, curiosamente, le tienen gran devoción.
Juegos autóctonos
2Jugar a la billarda es una actividad que parece ir recuperando la presencia social que tuvo hace décadas. Ayer, en una tarde que desde luego animaba a gozar del buen tiempo al aire libre, el colectivo Carabullo, de Muimenta, organizó en Ponte de Outeiro (Castro de Rei) una sesión de esta actividad, que tanto puede ser entendida como deporte o como juego.
Formación a colectivos
3Formar parte de una asociación tiene poco de juego, ya que asumir esas tareas suele dar trabajo. Sin embargo, es algo que también puede dar satisfacción, sobre todo si uno ve cómo las iniciativas van fructificando. La Confederación Galega de Asociacións Veciñais (Cogave) organizó ayer, en Lugo, un curso para directivos en el que se expusieron, repartidos en bloques, diversos conceptos encaminados a facilitar el ejercicio de esas funciones.
Debate asociativo
4Que las asociaciones adquieren una mayor importancia en tiempos de crisis, recortes y demás palabras que encogen el ánimo y las prestaciones no es ninguna novedad. Lo que sí fue novedad, al menos en la forma llevada a cabo anteayer y ayer en Lugo, es que Fadas, siglas de la Federación de Asociaciones de Ámbito Social de Lugo, analicen asuntos como la cooperación interciudadana transformadora o la captación de fondos. Son asuntos que pueden resultar algo ajenos en un primer momento pero cuyas consecuencias se extienden a la sociedad. Y ayudar a los demás, qué duda cabe, es tan satisfactorio como un premio de lotería o una tarde de billarda.