Un disparo que dejó dos familias rotas en Baralla

Laura López texto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

José Luis García, hospitalizado, se encargaba de la explotación ganadera, y Eladio Fernández, en prisión, ayudaba a su padre inválido

26 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El tiro en el pecho que Eladio Fernández Vázquez disparó presuntamente a un convecino, José Luis García, hace ahora una semana en la parroquia de Piñeira, en Baralla, acabó con el primero en prisión y el segundo hospitalizado. Pero detrás de cada uno de estos hombres hay ahora dos familias rotas por el dolor, que además deben hacer frente a su día a día sin dos piezas fundamentales. Cada una se sobrepone como buenamente puede a su drama particular.

En el caso de José Luis García, que ingresó en la uci en el hospital de A Coruña, su estado de salud ha mejorado y ya se encuentra en planta. En su caso, según cuenta su familia, este hombre era el que, con ayuda de su madre, se encargaba de la explotación ganadera, principal sustento de la familia. Con él ingresado, en unas circunstancias tan dramáticas, es su madre la que debe hacer el trabajo: lo básico, ordeñarlas y darles de comer. Su padre aún está convaleciente de una operación. La familia del agredido explica que nunca imaginaron que podría llegar a ocurrir una desgracia así y defienden que José Luis es un vecino ejemplar.

El agresor ayudaba a su padre

El otro lado, el del agresor, tampoco pinta mejor. Eladio Fernández Vázquez ingresó el martes en prisión acusado de homicidio frustrado y de tenencia ilícita de armas. Su madre, destrozada por la tristeza, recuerda una y otra vez lo que ocurrió el pasado sábado. Su padre está inválido desde hace ocho años, en una silla de ruedas, y era Eladio el que cada noche, al salir de su trabajo en Lugo, iba a Piñeira a ayudar a su madre porque ella sola no puede manejarlo. Además, se encargaba de ayudar en la vivienda y a sus padres los fines de semana. Ahora es su hermana, que vive en Lugo, la que se ocupa de estas labores. También reciben ayuda de los vecinos.

Insisten en que Eladio solo intentó defenderse con el disparo: «Se non chega a disparar, hoxe era el o que estaba no hospital ou morto», afirmó un allegado. El propio acusado declaró que la noche del suceso estaba muy nervioso porque comprobó que había un coche que tenía puestas las luces de emergencia y llevaba rato dando vueltas por delante de su casa. El perro no paraba de ladrar y creyó que se trataba de alguna banda que iba a robar en la zona. Dice que vio a un hombre con una barra de hierro y disparó con la intención de intimidarlo, pero sin saber que era su vecino.

Sin sorpresa en el vecindario

En cuanto a los paisanos de ambas familias, pocos son los que quieren hablar del asunto, y cada uno cuenta una versión diferente sobre culpabilidad e inocencia. Eso sí, explican que esto se veía venir y que ambos tenían disputas desde hace tiempo.