Un Jarama llamado Piringalla

Xosé carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Vecinos del barrio impiden a sus hijos que crucen por algunos pasos de peatones para no ser arrollados por coches que participan en carreras

21 oct 2017 . Actualizado a las 13:20 h.

En A Piringalla hay temor vecinal por las consecuencias que pueden tener las carreras de coches que se organizan con frecuencia y en las cuales participan grupos de jóvenes. Padres que residen en los inmuebles números 29, 31 y 33, piden a sus hijos que no crucen por un paso de peatones que tienen delante de las puertas de sus casos. Corren el riesgo de que se los lleve por delante algún conductor suicida. «En una comunidad con tantos niños pequeños, la preocupación es generalizada y el miedo a que les pase algo muy grande», apuntan en el lugar.

Uno de los vecinos del barrio elaboró un informe y lo presentó a la comisión de quejas, pidiendo más seguridad vial en la zona. Esta persona comienza su estudio con un repaso a lo que sucede en el cruce entre las calles Lavandeira y Angelo Colocci. Destaca que se producen golpes a diario porque hay vehículos que pasan a toda velocidad, «hasta que un día se produzca una desgracia mayor».

Lamenta el autor del informe que el stop que está en el cruce enfrente del Bar Andión, no se vea hasta que los conductores están encima. «Sorprende su colocación. Les animo a que pasen por la calle y lo vean. Está prácticamente debajo de un árbol, en un jardín a unos cuatro metros de la acera, aproximadamente. En el suelo no hay nada pintado», indica el vecino.

Destaca también el problema de seguridad que plantea el paso de cebra existente al lado del número 29 de Angelo Colocci, a la altura del bar Toffe. Cuenta el residente en su informe que los aficionados a organizar carreras a cualquier hora del día tienen especial predilección por una curva que vira hacia la derecha justo antes del paso de peatones. Esto hace que algunos conductores no se detengan y otros tengan dificultades para parar a tiempo.

Según el vecino, hay situaciones que define como dantescas: dos coches corriendo a la par, pasando por el paso de peatones a toda velocidad y algunos peatones «tirándose literalmente en las aceras».

Los pilotos suicidas tienen especial predilección por Angelo Colocci porque se trata de una calle con doble carril «y les mola hacer una curva de izquierdas a toda hostia, lo que provoca situaciones de peligro constantemente».

A falta de vigilancia y control por parte de la Policía Local, una de las soluciones que apuntan en la zona es la colocación de badenes reductores de velocidad antes del paso de cebra en los dos sentidos de la marcha. «No exigimos presencia policial 24 horas, solo medios antes de que sea tarde», dicen en el vecindario.