Sergio Picos: «Tengo claro que se puede vivir del arte desde As Pontes»

María Meizoso AS PONTES

LUGO CIUDAD

LVG

Desde hace un año, el pontés Sergio Picos «Comeluz» vive centrado en su faceta como ilustrador

19 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Asegura que desde bien pequeño «ya disfrutaba pintando y dibujando». De hecho, el ilustrador pontés Sergio Picos Carballeira recuerda como «iba a clases de pintura con Lourdes Acero, una gran profesora que me ayudó mucho. Desde aquel momento tuve claro que quería dedicarme a esto». Sus pasos le alejaron temporalmente de As Pontes. Primero se fue a Lugo. «Allí estudié serigrafía y grabado y también técnicas de estampación». A continuación, en 2004, cogió las maletas y se marchó rumbo a Salamanca. «Siempre había querido ir allí, es de las facultades más específicas en dibujo puro y yo soy muy tradicional a la hora de dibujar y de pintar», asegura.

-¿Al llegar a Salamanca se cumplieron sus expectativas?

-Sin duda, la recuerdo como una etapa muy bonita de mi vida. Conocí a mucha gente, muchas técnicas y tuve a muy buenos profesores. De hecho, con alguno aun tengo contacto. No lo cambio por nada del mundo.

-Trabaja bajo el nombre artístico de Comeluz. ¿De dónde viene?

-Surgió en Lugo, cuando estudiaba en la Escuela de Arte Ramón Falcón. Un compañero de clase y yo buscamos un Alter Ego, creamos unos personajes representándonos a los dos para una tira cómica. Y, cuando llegué a Salamanca, un profesor me dijo que tenía que buscar nombre artístico, me quedé con ese para todo.

-Dentro del gran abanico de técnicas artistas que existen, ¿con cuál se queda?

- Es complicado. Tengo varias facetas. Ahora mismo estoy con el dibujo, con la parte de retratista, pero he tocado muchas ramas artísticas, desde grabado a pintura o escultura. Lo que más me gusta es la parte de la ilustración. Un profesor hizo que me enamorara de esto y me encanta.

-Hace un año expuso en Lalín, ¿por qué supuso un punto de inflexión en su carrera?

-Abrirse paso dentro de este mundo es muy complicado y siempre tuve ese temor. Tenía ese miedo de que no encajara lo que hacía o que no fuera lo suficientemente bueno. De hecho, acabé la carrera y busqué otro tipo de trabajos. Pero en esta muestra me sentí muy acogido, vi que la cosa funcionaba, así que me animé a seguir. Dejé el trabajo y me puse a hacer exclusivamente esto.

-A partir de ahí, ¿en qué otros lugares ha tenido la oportunidad de mostrar su obra?

-En Baamonde, en el local Madia Leva, y en Cervo. Además, tuve la grandísima oportunidad de participar en las Meninas de Canido. Fue una experiencia muy gratificante. Nunca había pintado una pared de esas dimensiones y el resultado fue muy bueno. Estoy muy contento. Eduardo Hermida es como un padre para todos, te acoge, te ayuda y te da consejos. Le estoy eternamente agradecido.

-Si le pido que se autodefina, ¿con qué estilo diría que se identifica?

-Un poco inquietante. Busco jugar con la mezcla de colores para llegar a los mundos oníricos. Esos que creamos en la cabeza y que son diferentes. Dicen que tengo un toque Tim Burton, de ilustración del mundo surrealista y con personajes ficticios. En resumen, muy fantástico.

-¿Cómo va el ritmo de los encargos?

-Muy bien. De momento, no es una profesión que me dé para vivir holgadamente, pero sí para sobrevivir. Tengo peticiones todos los meses y eso es muy bueno. En ese sentido, estoy feliz.

-Cuéntenos algo de los que tiene ahora encima de la mesa.

-Ahora estoy con un encargo para un restaurante de Lalín. Me conoció en la exposición y me pidió algo representativo de Brasil. También estoy con un par de retratos a lápiz, puros.

-Y en As Pontes, ¿para cuándo una exposición?

-Llevo tiempo hablando de ello con los responsables de Cultura. Hemos estado esperando por varios motivos, entre otros, porque quería hacer obra nueva. Estoy con una serie de espirales con animales que me identifican mucho. No puedo poner fecha, pero espero que sea pronto. Tengo muchas ganas de hacerlo en mi pueblo, con mi gente.

-Trabaja desde su pueblo, ¿se ha planteado en algún momento marcharse?

-En principio por mi cabeza no pasa lo de irme, pero nunca se sabe. Me gustaría quedarme en mi pueblo y trabajar aquí, así que espero que el futuro no se complique. Tengo claro que se puede vivir del arte desde aquí. Si te gusta algo, hay que poner empeño y ganas. Es complicado, pero en mi caso lo he conseguido.