Querida XXXV

Emilio R. Pérez DESDE EL ALTO

LUGO CIUDAD

01 dic 2021 . Actualizado a las 17:24 h.

No es bueno despacharse así a lo bestia y en caliente en plan libelo contra un mes como noviembre porque simplemente te cae mal. No, no lo es. Despotriqué el pasado jueves de lo lindo y quizá que un tanto me pasé. Andaba cabreado. Ciertamente. Pero a eso de las doce recibí un wasap lacónico e inquietante: ¡Papá!.... Tras el glup se me pasó el cabreo y reconsideré. Verás, mi hija Isabel nació ese mes. El 18. ¿Lo comprendes? Por eso ahora, templando gaitas, reculo e intento verlo con sentido desde el prisma del sosiego; y aunque segundas partes nunca fueron buenas, retomo el tema y voy a ver cómo lo arreglo. No tan solo por su cumple, si rectifico es porque también pasé por alto algo tan grande como la reunión de los jinetes de la XXXV. Celebramos los 40 años de nuestra salida casi imberbes de la AGM los pasados 18, 19 y 20 de noviembre. Tres días inolvidables. Natural, eso no sucede más que un par de veces en la vida. Y después de tanto tiempo ver incólume el espíritu, la amistad, intacto el vínculo… ¿tú sabes lo que es eso? Eso es muy fuerte, amigo. Vaya cracs, muchacho, que están hechos. Tenías que verlos. Te aseguro que ninguno retrocede un solo paso si hay que reventarse el pecho por España o por el compañero. Vaya Promoción. Así es la XXXV. Y su Caballería. De esa pasta, chico. Los asistentes, los ausentes, los que no asistieron porque ya se han ido, 36 jinetes en un solo espíritu, todos juntos al unísono fundidos en un solo grito: ¡presente! Querida Promoción, a pesar de que noviembre no me va, este de este año fue distinto. Desde mi ventana aquí en el alto tengo algo que deciros: orgullo de ser uno de la XXXV. Sois magníficos.