Francisca Lozano: «La justicia restaurativa nace de la voluntad del preso de reparar el daño que ha provocado»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Francisca Lozano, fundadora de la Asociación de Mediación y Pacificación de Conflictos y profesora de Criminología
Francisca Lozano, fundadora de la Asociación de Mediación y Pacificación de Conflictos y profesora de Criminología CEDIDA

La profesora de Criminología y especialista en mediaciones participó en los encuentros de ex etarras con sus víctimas y ofrece este viernes una conferencia en Lugo

02 nov 2023 . Actualizado a las 16:38 h.

Este vienes comienzan las 37 Xornadas Penitenciarias Lucenses, que organiza la Asociación Concepción Arenal, y que en esta ocasión versará sobre un tema cada vez de más actualidad: la justicia restaurativa, un modelo que permite conectar a la víctima y al condenado para que este haga una reparación moral del daño provocado.

Las jornadas comienzan este viernes 3 a las 18.30 horas en O Vello Cárcere y a las 19.30 está prevista la conferencia de una de las pioneras en España en aplicar la justicia restaurativa, Francisca Lozano, doctora en Psicología, profesora de Criminología en la Universidad Francisco de Vitoria e impulsora, en el 2004, de la Asociación de Medicación y Pacificación de Conflicto. Lozano, junto a un grupo de mediadores que pertenecían a diferentes entidades, desarrolló en el 2011 el programa de encuentros restaurativos entre ex terroristas y víctimas de ETA.

—La justicia restaurativa sigue siendo poco conocida a nivel social, más allá de los casos mediáticos de hace una década con ex terroristas. ¿Es bueno ese desconocimiento para que se trabaje de manera anónima?

—Sí es cierto que en el mundo profesional de la Justicia se conoce, concretamente al tener un entusiasmo y pasión por los valores que representa y la gente que la practica. Pero sí que a nivel del público en general existe desconocimiento. Algunos la rechazan, especialmente en ámbitos conservadores, porque parten de la idea errónea de que se permite cierta impunidad del delito que se comete. Por ello, como digo muchas veces, hace falta mucho trabajo de pico y pala para acercar la comprensión de la justicia restaurativa a los profesionales y a las personas que en el futuro formarán parte de la policía, la guardia civil o los abogados, y también a la población general.

—Supongo que es bueno trabajar desde la privacidad, y más cuando se produjeron los encuentros con ex etarras y hubo mucho ruido mediático.

—Sí para que sea más productivo el diálogo, el encuentro, la preparación de la víctima y la participación de la comunidad. No se puede caer en el ámbito mediático, se cambia el punto de vista. Tanto la escucha restaurativa, en el caso de ETA, como en otros delitos, al fin y al cabo parten de la voluntad de las personas que quieren participar y no se produce el encuentro hasta que las partes no estén preparadas.

—¿Cómo se origina el proceso, el inicio de un caso de encuentro entre víctima y victimario?

— La mediación penal se produce por derivación del juez en cualquier fase del proceso judicial, es ofrecido a las partes, víctima y victimaria. También se puede abrir la posibilidad de que personas que han participado en los círculos de diálogo que se vienen desarrollando con personas penadas, sea en privación de libertad o no.

—Fueron pioneros con el caso de los ex miembros de ETA y tuvieron que empezar casi de cero. ¿Qué aprendieron de aquella experiencia?

—Pues pocas personas querían hacerlo y se tenía que hacer en la esfera de lo íntimo. Teníamos conocimientos de mediación y se abrió una oportunidad. No decimos que sea la única metodología, existen otras, y además hay que ser flexibles y adaptarse a los tipos de delitos. La clave es la voluntariedad y responsabilidad de quien comete el daño.

—Y siempre dejando claro que no hay beneficios penitenciarios.

—Correcto. Es muy importante que eso lo sepa la sociedad.

—¿Y no se corre el riesgo de que el condenado quiera acceder al diálogo para lavar su conciencia?

— Puede ocurrir que la persona que ha cometido el delito sienta la necesidad de reparar a su víctima por el malestar que siente. No obstante, lo importante es que se responsabilice por el daño causado, sea capaz de reparar a su víctima, en las necesidades que pueda presentar y cumpla sus compromisos.

—¿Cuáles son los casos más habituales en los que están trabajando?

—Cualquier tipo de delito es susceptible de ser incluido en una práctica restaurativa, aunque los casos de violencia de género y los de violencia sexual están vetados

—¿No tienen miedo de que algún condenado aproveche este método para acercarse a la víctima?

—Uno de los riesgos es que se instrumentalice, por eso es muy importante velar para que no se desvirtúe el proceso de encuentro restaurativo. Si vemos que la persona no está evolucionando en el proceso, no tiene sentido continuar. Si el victimario no hace un camino personal, no se hace.

—Y cuando se produce el encuentro restaurativo, ¿qué sensaciones les transmiten los victimarios?

—Pues alivio, una descarga emocional, que han sido leales consigo mismos, que era algo que necesitaban.

—La justicia restaurativa se puede aplicar a todo tipo de delitos, incluidos los que pensemos más duros, como violencia grupal, ataques racistas...

—Nosotros abogamos por ofrecer el servicio a las personas que de forma voluntaria quieren participar, con independencia del delito que cometiesen. Tiene que ser un proceso íntimo, de reflexión y de necesidad de reparar a la víctima.