El fuego se inició a última hora de la noche del lunes en la aldea de Santalla. La alcaldesa del municipio asegura que fue intencionado
13 ago 2025 . Actualizado a las 13:02 h.Un incendio en el municipio lucense de Samos se suma a la vaga que está arrasando toda Galicia. El fuego se originó a última hora del lunes en la aldea de Santalla, en el paraíso natural conocido como Val do Lóuzara. Según informó Medio Rural ayer al mediodía, calcinó ya más de 200 hectáreas. La alcaldesa de la localidad, la nacionalista Chus López, asegura que fue intencionado porque se inició en dos focos distintos ya bien entrada la noche al lado de la carretera. En el momento en el que, según ella, pasó un coche.
La consellería de Medio Rural informaba ayer de que se habían movilizado para la extinción del incendio un técnico, dos agentes, ocho brigadas cinco motobombas y tres palas. La regidora asegura además que se trata de una zona montañosa y de difícil acceso, lidiando con los montes de O Courel, que complica las labores de extinción. Por el momento no han tenido que desalojarse viviendas, si bien es cierto que una vecina explicaba que «se ve moi cerca das casas». Especialmente de las de la aldea de Vilar do Robledo, el lugar más próximo al incendio, y en otras como Santalla de Arriba o Trascastro.
Además, asegura esa misma vecina que el ruido del fuego calcinando el monte se reparte entre todas las aldeas cercanas. «Non vemos moito por culpa do fume, pero escoitámolo seguido», decía el martes a última hora de la tarde. La columna de humo era tan grande que se percibía en algunas zonas de Os Ancares.
A última hora de ayer la consellería de Medio Rural informó de que el incendio de Santalla seguía activo, y mantuvo la cifra de superficie quemada en unas 200 hectáreas. Justo a esa hora todavía se percibían dos focos con llamas al lado de la piscifactoría de Santalla, que lleva décadas abandonada. También ardió el territorio que rodea la cantera de Santalla.
Ningún vecino tuvo que ser desalojado (hasta esa hora) si bien es cierto que se mostraban nerviosos por la cercanía de las llamas a sus viviendas y a sus bienes materiales.