Román García Varela es, por encima de cualquier otra cuestión, una persona que ejerce el sarrianismo allá donde va. Cada vez que está en su tierra se siente un hombre feliz y reconoce que mantener a sus amigos de siempre es algo que le hace una ilusión muy especial. «Sarria es un sitio al que vengo muy complacido cada vez que puedo».
-¿Sarria es su refugio para escapar de la dura realidad?
-Nací aquí, aunque no viví permanentemente, pero pasaba en Sarria aquellos veranos eternos desde el San Juan hasta el San Froilán y tengo muchos y buenos amigos, aunque algunos ya desaparecieron. Es un sitio al que vengo muy complacido cada vez que puedo.
-¿Cómo es que siempre elude su protagonismo en las jornadas?
-No es un asunto de mantenerme en un segundo plano, ya dije en varias ocasiones que es un simple problema de operatividad. Mientras sea el responsable de organizarlas tendré que encargarme de oficiar de anfitrión y atender como se merece a la gente. El día que no las organice vendré como ponente.
-¿La continuidad de las jornadas está garantizada?
-Espero que así sea. Hay que tener en cuenta que su celebración y el éxito que han alcanzado les ha permitido alcanzar un puesto de relevancia dentro del calendario de actos de esta índole que se celebran a nivel nacional. Las jornadas jurídicas de Sarria están ya consolidadas entre las mejores y deben continuar. Si solo se celebraran una vez quedaría como algo para el recuerdo, pero serían intrascendentes, por eso tienen que seguir celebrándose y mantener el caché que han conseguido en estas ediciones.
-¿Sarria precisa un segundo juzgado?
-Ahora mismo está claro que sí. En 1968 tenía dos, el de instrucción y el comarcal. Luego con Fernando Ledesma como ministro de Justicia a mediados de 1980 le concedieron uno por ser partido judicial. En aquel momento no había industrias aquí y era suficiente, pero en 2009 la situación ha cambiado y ya nadie duda de que es preciso otro juzgado.