La de Sarria es una de las ocho paradas gallegas en las que ADIF sustituye a los trabajadores por máquinas

SARRIA / LA VOZ
07 ene 2020 . Actualizado a las 20:08 h.

Las políticas de ADIF y de Renfe tienen consecuencias directas en la vida de la gente. Ahora, más de 350 estaciones de todo el país cesarán la venta presencial de billetes. El discurso de la España vacía llena los mítines de los políticos y resulta contradictorio. Aunque de ellos no depende la decisión de una empresa privada, poco hacen por implementar medidas que intenten facilitar la vida de la gente que vive lejos de las grandes urbes. Las cifras cuentan que una de cada cuatro personas mayores viven solas. Y más soledad acumularán si se siguen suprimiendo servicios personales por máquinas. «Eu non sei utilizar a máquina de autovenda porque non teño idade, e se a tivera, tampouco a usaría», decía el otro día una usuaria diaria de la estación de Sarria que coge el tren a diario para ir a Lugo. En una provincia repleta de mayores que viven solos, suprimir la venta presencial de billetes es obligar a mucha gente a conocer aún más de cerca la soledad.

Pero las políticas de ADIF también restan seguridad. El billete incluye el seguro obligatorio para viajar y jugar los dados de la suerte al subir a un tren y esperar a que llegue el interventor implica tentar mucho el azar. Si no hay personal dentro del vagón y ocurre un accidente, los usuarios cometerían una ilegalidad al viajar sin tique y, además, no estarían cubiertos ante la desgracia. La desprotección ante los recortes es doble.

El traslado de los trabajadores

Y como si de la última preocupación se tratase, también es necesario pensar en los trabajadores. Los de Sarria, hasta ahora, realizaban todas las funciones: regular el tráfico y atender el canal de venta, tal y como explica uno de los hombres que trabaja en la parada. Compatibilizaban las dos. «La de Sarria es una estación tan complicada que no tienen personal para mandar. Hay muchos tipos de billetes, y eso las máquinas no lo resuelven», añade el trabajador de ADIF.

Ante el cierre inminente de la estación de Sarria, Renfe dice que garantiza la venta de billetes, una competencia que, hasta ahora, era de ADIF. Sin embargo, la normativa dice que los dos trabajadores de Sarria deben trasladarse a la estación más próxima de su residencia actual. Los boletos apuntan a Monforte y a Lugo, o eso creen los afectados. Si no aceptan, tienen derecho a una indemnización que incluye el pago del alquiler de una vivienda durante tres años si tienen que trabajar fuera de Galicia.

La estación de Sarria abrió en el mes de diciembre un total de 12 días
La estación de Sarria abrió en el mes de diciembre un total de 12 días Carlos Castro

«Las condiciones laborales cambiarán sustancialmente. El problema es que aquí se mueven por rentabilidades ficticias. Sarria tiene más viajeros que Lugo y si no es rentable, es porque ellos no la hacen rentable», cuenta un trabajador. Lo que sí está claro es que las máquinas no podrán sustituir a las personas porque no dan información.

Tampoco se puede olvidar que Sarria es un municipio frecuentado por peregrinos, y que muchos de ellos llegan y se van en tren. El alcalde del municipio, Claudio Garrido, explica que pronto mandarán una comunicación a Fomento para intentar revertir la decisión de ADIF y evitar el cierre de las taquillas de venta presencial de billetes.