Dos lucenses siguen sin devolver 180.000 euros a sus víctimas diez años después de estafarles usurpando la identidad de varios familiares

SARRIA

Solo han devuelto 2.000 euros, ya que se han declarado insolventes, mientras los tres afectados asumen que no les queda otra opción que esperar
18 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Entre los meses de julio del 2011 y mayo del 2012, una mujer y un hombre, originarios de Cospeito y Riotorto —dos municipios lucenses—, crearon un entramado con el que les estafaron más de 180.000 euros a tres ciudadanos de distintos puntos de España. Siete años después, la Audiencia Provincial de Lugo los condenó a dos años de prisión por dos delitos de estafa y usurpación de identidad. Además, tenían que devolver el dinero que le sustrajeron a las víctimas. Pero pasada una década, los estafados apenas han recuperado una ínfima parte del dinero.
El modus operandi de los ya condenados era simple. Todo empezó con una reunión que el hombre mantuvo con un notario de Sarria, el 11 de julio del 2011. Acudió con dos vecinos de su socia de Cospeito. Eran personas de avanzada edad, a las cuales habían seleccionado cuidadosamente para suplantar las identidades de los tíos de ella. El hombre le entregó al notario los DNI reales de los parientes de su compañera, y consiguió engañar al notario para que le otorgase un poder especial para poder pedir préstamos usando como aval varios inmuebles, propiedad de los tíos de su socia. Así, los estafadores llegaron a obtener poderes de este tipo de otras dos personas, residentes en Cospeito y Vilalba, gracias a engañarlos aprovechándose de la confianza que tenían en ellos.
Solicitaron préstamos e incluso modificaron herencias
Además de firmar préstamos en su favor —los cuales nunca devolvían—, la mujer llegó incluso a modificar la herencia de uno de los afectados, fallecido en 2012, para aparecer ella como heredera universal de todos sus bienes. Finalmente fue anulada.
En noviembre del 2019, la Audiencia de Lugo condenó a estas dos personas a dos años de cárcel y a devolver los más de 180.000 euros que estafaron.
Manuel Ortiz, uno de los engañados, define el proceso que lleva viviendo desde entonces como «una pesadilla en la que todavía no vemos el final del túnel». Después de mucho tiempo trabajando para una multinacional farmacéutica, un conocido le convenció de que era buena idea entrar en el negocio de los préstamos hipotecarios, ya que los bancos, en aquel momento, se mostraban reticentes a prestar dinero. «Fue un error», confiesa.
La condenada de Cospeito contactó con él para pedirle un préstamo de 77.000 euros, que nunca recuperó. «Todo parecía en regla, pero usaban como aval pisos que no eran suyos para obtener los préstamos», cuenta.
De todo el dinero que les deben, solo han recuperado algo más de 2.000 euros, ya que los condenados, de Cospeito y Riotorto, se declararon insolventes. «La sentencia cierra la posibilidad de que las víctimas se queden con los pisos que usaron como aval los estafadores, así que los estafados se quedan sin nada», explica Guillermo de Benito, abogado de Manuel Ortiz. Ahora queda esperar. «La única esperanza es que estas dos personas consigan el dinero que nos tendrían que devolver, pero es casi imposible», asume Ortiz.