La propietaria de los edificios de Sarria paralizados por afectar al Camino quiere terminar la obra diez años después
SARRIA
La empresa se está reuniendo con los técnicos para adaptar la construcción de la Rúa Calexa «a la legalidad»
24 nov 2022 . Actualizado a las 13:21 h.La villa de Sarria luce desde hace más de diez años su propio Garañón. Dos grandes bloques de viviendas en la rúa Calexa se quedaron solo en un esqueleto tras la denuncia en el 2010 de un peregrino por su impacto visual. Entonces, Patrimonio abrió expediente y sancionó al Concello por no haber solicitado la licencia para esos edificios. La obra quedó paralizada e incluso se declararon nulas la licencias. Sin embargo, responsables de la empresa se están reuniendo con técnicos del Concello para poder sacar adelante el proyecto.
El problema era que el Ayuntamiento no había pedido permiso a Patrimonio cuando dio la licencia porque no era necesario hacerlo cuando la obra se encontraba a más de 30 metros del Camino de Santiago,según alegó en su momento con Claudio Garrido al frente. Sin embargo, el TSXG ratificó que los inmuebles afectaban a la ruta por su altura e impuso multas de120.000 euros al gobierno local. Una de las construcciones, la más grande, consta de siete alturas con 67 viviendas, garajes y trasteros. Tiene dos frentes, uno que da a la calle A Calexa y otro a la calle Frei Luis de Granada. En esta segunda, de menor altura, ya están construidas 24 viviendas «para entrar a vivir», pero la parte de A Calexa se quedó en los cimientos. El otro edificio alberga menos viviendas y consta de cinco alturas.
Lo que la empresa está estudiando con los técnicos es la manera de «de hacer legal» el inmueble. No van a volver a pedir licencia, que está caducada desde el 2013 por unanimidad del Concello, sino adaptarse a la normativa. «Si piden licencia tendrían que hacer una calle de 21 metros que es lo que va en la norma y es el fallo que cometieron los que dieron la licencia que yo no vi, es más complicado», explicó el alcalde Claudio Garrido. Por tanto, podría ser necesario tirar alguna altura. «Se está mirando una solución para poder ejecutar la obra legalmente». Lo que tiene que hacer la empresa es entregar el proyecto y las soluciones con la pertinente documentación en el Concello. Después, se analizará «políticamente» para ver si es viable.
La paralización del proyecto por dar mal la licencia coincidió también con los años de la burbuja inmobiliaria, que hizo que la propiedad pasase de la promotora original a la filial de un banco. Fue esta entidad la que sacó a subaste en el 2017 el edificio de más viviendas por 6,5 millones de euros, pero quedó desierta. Pero tras pasar los peores años de la construcción, la empresa ha vuelto a hacer sus cuentas y quiere invertir en las viviendas de Sarria.
Quien está detrás de estos inmuebles es la inmobiliaria Aliseda, del Banco Santander y el grupo de inversión norteamericano Blackstone, que opera como el «banco malo». Estas empresas no hacen obra, solo de dedican a la compra-venta, por lo que será otra compañía constructora quien ahora se haga cargo del proyecto. Aliseda no solo es propietaria de los edificios de A Calexa sino que también tiene un solar en la misma calle, justo enfrente de los edificios, y un puso y un local comercial en la calle Liberdade.
Polémicos entre vecinos y peregrinos
Los edificios generaron quejas en el momento de su construcción, incluso antes de la denuncia interpuesta por el anónimo peregrino. Los vecinos mostraron su malestar porque los inmuebles tapan buena parte de la vista de la villa desde la zona del campo de la feria. Es por ahí, además, por donde transcurre el Camino de Santiago y hay un mirador justo al lado de la antigua prisión, un punto que hace de oficina de turismo. Esa vista de ladrillo finalmente terminó molestando a los caminantes hasta que uno de ellos paralizó la obra.
«Que lo tiren o lo acaben pero esto no puede seguir así otros diez años»
Con los dos esqueletos de los edificios de A Calexa, en Sarria, conviven tanto los visitantes como los vecinos. La construcción destaca desde hace diez años en lo alto de la villa cuando uno entra desde Lugo, y para los que se encuentran a su lado ha sido un foco de conflictividad y suciedad. Para los vecinos de la zona, su recuperación ha sido, en parte, una buena noticia porque eliminarían la maleza y los residuos acumulados. «Aunque de preferir, prefiero que lo tiren», asegura una sarriana. Los bajos de los edificios quedaron abiertos, por lo que en estos años fue un lugar recurrente de vecinos «conflictivos» o de botellones e incluso algún peregrino que pasó allí la noche. Además, también fue un refugio para numerosas colonias de gatos que después saltaban a las casas próximas. De hecho, trabajadores municipales tuvieron que intervenir para ponerle solución.
Pero el absoluto abandono trajo sobre todo maleza y suciedad acumulada en varios pisos, ya que están construidas las escaleras. Al estar completamente abiertos, también supuso el riesgo de caída de cascotes u objetos a la calle, tanto en A Calexa como en la calle Padre Sarmiento. Incluso quedaron varias plataformas sobresaliendo con material encima. «A mí me da igual que lo tiren o que lo acaben pero esto no puede seguir así, es una inseguridad para el barrio», sentencia otro de los vecinos.