
La iniciativa está ya en marcha en Vilalba y se ampliará a municipios cercanos
07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La torre de los Andrade es sin duda el elemento patrimonial más conocido de Vilalba. Si se preguntase por otros, quizá el cristo de Lanzán (Tardade) o la Ponte Vella de Martiñán aparecerían en las respuestas; sin embargo, la lista sería muchísimo más amplia aunque con mombres que no todos conocerían. De divulgar esa riqueza se ocupa la iniciativa Patrimonio das Terras de Montenegro, surgido en la capital chairega en el verano de este año, ya activo y orientado al territorio comprendido entre la Serra da Loba y la de Meira, dentro de los límites de la Terra Chá.
Quienes forman parte del proyecto, que puede consultarse en el perfil de Facebook de la iniciativa, siguen un proceso en el que las imágenes y los textos van unidos. De cada lugar se pueden subir una o varias fotos, a las que se puede adjuntar además una ficha: la situación, la tipología o la cronología son detalles recogidos.
Construcciones del casco urbano pero también de la extensa zona rural, con un grado de conocimiento seguramente desigual entre la población, han sido ya incorporadas. Fomentar el conocimiento es precisamente uno de los propósitos del proyecto, como explica uno de sus principales impulsores, Eduardo Ramil, director del Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba (Mupav).
Poco conocimiento
«La gente no conoce el patrimonio», asegura Ramil tomando como referencia los recorridos guiados de este verano, que se llevaron a cabo por iniciativa del museo y que se celebraron por diversos lugares del municipio vilalbés y de otros de la comarca chairega. Internet y las redes sociales permiten divulgación y rapidez en el trabajo de quienes divulgan, aunque hay un filtro: Ramil revisa los datos aportados por los colaboradores antes de que se suban.
Con más de un mes de trabajo, más difícil parece intuir cuándo terminará. «Es un proyecto que no tiene fecha de conclusión», explica. En tres pueden resumirse las razones por las que esta puede ser una historia interminable. La primera es la abundancia de elementos susceptibles: solo en el municipio vilalbés pueden localizarse unos 2.000; la segunda, la intención de extender la actividad a concellos cercanos cuando en Vilalba esté ya muy avanzada; la tercera, el reconocimiento de que en áreas como la arqueología «siempre aparecen cosas nuevas».
Lucha contra el feísmo y premios al interés mostrado
El proyecto se centra en el patrimonio para acercarlo a la población y para lograr que sí sea más apreciado. En este punto Ramil lanza un aviso sobre reconstrucciones o sobre nuevas construcciones que supuestamente se levantan con intenciones de respeto al pasado: hay que rechazar, dice, el feísmo y la ignorancia. Por otro lado, los miembros del proyecto que más colaboran van recibiendo diplomas simbólicos por su interés.
Una experiencia en la que también se pueden descubrir nuevos datos
El proyecto sirve para despertar el interés por el patrimonio entre quienes se han sumado a la iniciativa y entre quienes van observando el desarrollo del grupo. Pero también ayudar a obtener datos: así, explica Ramil con dos ejemplos, se puede descubrir la fecha en que se construyó un cruceiro o se puede corregir un dato que se hubiese dado hasta ahora por válido.
El proyecto no se centrará solo en las construcciones importantes o emblemáticas sino también en otras -molinos o lavaderos, por ejemplo- aunque ya no se conserven completamente. El objetivo parece claro: «No se puede plantear que todo sea conservado, pero sí que sea catalogado y conocido», recalca Ramil.