Cristina Cabo Buján, una mujer vitalista y un ángel del barrio de A Milagrosa asesinada a puñaladas

LA VOZ REDACCIÓN / LUGO

OBITUARIOS

A la derecha, Cristina, una lucense muy querida en el barrio de A Milagrosa que fue asesinada este domingo
A la derecha, Cristina, una lucense muy querida en el barrio de A Milagrosa que fue asesinada este domingo CEDIDA

Emprendedora, vital y amable, los vecinos lloran el asesinato de la lucense, que tenía 42 años y regentaba A Despensa do Avó Francisco, un pequeño comercio local y ecológico

29 nov 2022 . Actualizado a las 12:09 h.

Cristina Cabo Buján era una mujer vitalista, alegre, agradable, amable, eficaz y comprometida. Son algunos de los adjetivos que usan los que la conocieron bien. Su vida acabó este domingo por la noche en su casa de la Rúa Quiroga, en la ciudad de Lugo. La mataron a puñaladas.

Cristina, que tenía 42 años, era la pequeña de cinco hermanos, tenía raíces en el barrio lucense de Albeiros y, como explica todo su entorno, era agradable y dulce a partes iguales.

Regentaba desde antes de la pandemia A Despensa do Avó Francisco, una pequeña tienda local y de proximidad con espíritu ecológico ubicada en el barrio de A Milagrosa. Este lunes permanece cerrada por lo sucedido y varios ramos de flores adornan la reja del establecimiento para recordar a Cristina.

La lucense empezó a trabajar en el local en 2015, después de pasar por otras tiendas de ropa de la ciudad ya que siempre fue una mujer trabajadora. Su buen carácter y constancia la llevaron a coger el traspaso del comercio.

 
 
 
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Consternación y dolor en el barrio

Los propietarios de otros negocios de la Rúa Mallorca, donde está la despensa que ella regentaba, se mostraron sorprendidos y consternados a partes iguales. Era una persona normal y encantadora, comprometida con su entorno. «Hai catro días mercara unha bicicleta no barrio», explicaban. 

Y es que Cristina estaba comprometida con esa filosofía personal que intenta dejar para las futuras generaciones un mundo más limpio, justo y natural. Y sin duda lo consiguió. «Era una persona buena y rodeada de gente buena», cuentan los vecinos de A Milagrosa.

Quienes conocieron a Cristina repiten una y otra vez que era un ángel en el barrio. Sonriente, alegre, contenta... su ausencia dejó este lunes un sinfín de caras largas en la calle que la vio convertirse en una emprendedora de los pies a la cabeza.