
Orgulloso de ser nieto de Rodolfo Ucha, era polifacético y afable; la música fue su gran pasión
27 mar 2025 . Actualizado a las 12:23 h.El pasado día 22 del mes en curso nos dejó para siempre Manuel Rodolfo Galán Ucha, más conocido como Manolo Ucha, a los 74 años de edad después de una corta pero cruel enfermedad. Quiero, con estas líneas, recordarlo como un hombre polifacético, siempre contento y dispuesto para cualquier evento que se presentase. Polifacético puesto que fue guitarrista (autodidacta), tallista de madera y pescador de playa. Cuando lo conocí ejercía el cargo de director de la sucursal del Banco Pastor en la parroquia de San Valentín, en Fene y, finalmente, cuando se retiró lo hizo en la oficina del mismo banco en la plaza de España. En ambos destinos los clientes de dicho banco encontraban en él una plena disposición para cualquier cuestión.
Sin embargo, su mundo era la música. Formó parte de la rondalla de Ares donde además de actuar, aportó la letra de unas canciones que tuvieron un éxito rotundo en su representación. Actualmente formaba parte de la agrupación musical Los tabernícolas, en la cual destacaba por su animación y en la que todos aceptaban de buen grado sus iniciativas.
Como tallista realizó una pequeña pero bonita colección de edificios significativos y de letreros que actualmente lucen en las fincas de varios de sus amigos. Como pescador de playa tenía un rincón en la playa de Seselle cercano a su casa, que se podía decir que era una playa particular, ya que pescaba después de la puesta de sol y en esos momentos la playa era toda para él.
Manolo era madridista y racinguista aunque no me atrevo a pronunciarme sobre a cuál de los dos clubes prefería. Lo que sí puedo decir es que se manifestaba con el mismo entusiasmo para celebrar los éxitos de ambos. Era también un ferrolano de pro, orgulloso de su ciudad y, sobre todo, orgulloso de ser nieto del insigne arquitecto Rodolfo Ucha Piñeiro. No pudo disfrutar del coche de su abuelo, que está siendo restaurado para que vuelva a verse circulando por las calles de Ferrol.
Su matrimonio con Pepa fue ejemplar, podemos dar fe de ello los miembros de «la panda de siempre», pandilla que llegó a alcanzar la cifra de 16 matrimonios reunidos todos los sábados del año. Todos ellos lo recordaremos siempre por ser un amigo fiel y cariñoso. Que descanse en paz.