Cristóbal Parralo, el liderazgo tranquilo del entrenador del 54,4% de victorias

Iván Antelo REDACCIÓN

OPA RACING

Roman Rios |LOF

Desde su llegada al Racing en el 2021, convirtió a los verdes en una máquina de ganar

15 abr 2023 . Actualizado a las 18:56 h.

Llegó a Ferrol el 10 de febrero del 2021. A última hora. Sin hacer mucho ruido. Fue unos días antes de aquel San Valentín y el flechazo fue casi inmediato. Los resultados le habían dado la espalda a Emilio Larraz en aquella surrealista liga postcovid de los subgrupos en la que el equipo verde estaba más cerca de volver a caer al pozo de la Tercera División que de clasificarse, al menos, para la que entonces iba a ser una novedosa Primera Federación. «Compromiso, entrega, sacrificio, orden y jugar como equipo». Eso fue lo que dijo Cristóbal Parralo (Priego de Córdoba, 1967) en su presentación. Recitaba así los ingredientes que, según él, iba a requerir a sus jugadores para cocinar el futuro éxito del Racing. Dos años y medio después de aquella llamada, nadie duda ya de que fue un gran acierto. Quizás el mayor desde que el grupo empresarial coruñés Élite tomó las riendas del club verde en el 2018.

Aquel extraño primer año, Cristóbal casi consigue meter al equipo en la fase de ascenso tras un gran esprint final. Solo los positivos en covid-19 y sus secuelas se lo impidieron. La Federación les obligó a recuperar partidos aplazados en tiempo récord y una derrota en Coruxo se cruzó en su camino. Eso sí, en la segunda fase se redimieron superando al Deportivo y al Numancia y lograron la clasificación para la Copa del Rey y la Primera Federación. Aquel fue el primer aviso. Con Cristóbal, el Racing aprendía a competir (solo dos derrotas en esos doce encuentros).

Puestas las bases, la pasada temporada, el entrenador catalán ya sí consiguió meter al equipo en play off. Pese a que el inicio fue con altibajos, el demarraje final de campeonato fue espectacular. Del 1 de febrero al 31 de mayo solo cedió una extraña derrota (en A Malata, ante el Zamora) y prendió la llama en la afición racinguista. En su camino hacia el ascenso solo se interpuso el Nàstic, en una eliminatoria a partido único en la que propuso más que el rival. Fútbol.

Este curso, más de lo mismo. Si no fuera por el bache que sufrió entre el 30 de octubre y el 6 de enero (seis de las siete derrotas que ha encajado en esta liga llegaron en ese tramo de nueve partidos), lideraría con solvencia el campeonato, pese a enfrentarse a equipos con mayor presupuesto.

Estadística demoledora

Los números son elocuentes. Tras 785 días en el cargo, Cristóbal ha dirigido 79 encuentros de liga regular, con 43 victorias (54,4%), 19 empates y tan solo 17 derrotas (21,5%). 148 puntos de 237 posibles. Cercano a la media inglesa que antaño se decía que era la que daba títulos (1,87 puntos por partido).

Sin embargo, pese a los éxitos, su discurso nunca cambia. «Ilusión siempre tenemos, no nos ponemos techo, pero no hemos logrado nada. Es importante rebajar la euforia en el entorno del equipo, tenemos que seguir creciendo», explicaba en una de sus muchas ruedas de prensa. Es el liderazgo tranquilo de Cristóbal, el técnico del 54,4% de victorias.

Reencuentro con el deportivista Fandiño, su otro hombre de confianza

El de este domingo (19 horas, TVG 2) será un partido especial para Cristóbal. Cuando firmó por el Deportivo en junio del 2016, lo hizo solo. Llegaba desde la Damm, un modesto club del fútbol base catalán. Su objetivo era relanzar al Fabril desde la Tercera División. En Abegondo se encontró con un cuerpo técnico de la casa. A Javier Manjarín, una leyenda blanquiazul que volvía al club para echar una mano en la cantera; y a Luis Rodríguez Fandiño, un joven preparador físico que había despuntado ya en el Montañeros, con Jose Ramón, y en el Cerceda, con Ángel Cuéllar.

GONZALO BARRAL

Los tres se volvieron inseparables. Firmaron un excelente trabajo en el filial hasta el punto de ascenderlo a Segunda B y situarlo a la cabeza de la categoría de bronce. En ese momento, el entonces presidente Tino Fernández (hombre fuerte en la actualidad en el consejo del Racing) los reclamó para el primer equipo. Pero a aquel Dépor no hubo forma de enderezarlo. Ni ellos, que duraron 13 partidos; ni Mel, que estuviera antes; ni Seedorf, que llegaría después.

Los tres sentían una química especial y por ello decidieron continuar trabajando juntos en el proyecto del Alcorcón, en Segunda, con el que firmaron un gran arranque de campeonato 2018-2019 (10 victorias en las primeras 15 jornadas). Una unión que continuó al año siguiente en el Racing de Santander.

La aventura en Cantabria no salió bien y Fandiño encontró de nuevo refugio en su casa, en el Fabril, en el 2020. Ahí se rompió el trío. En el 2021, el Dépor lo promocionó de nuevo hacia el primer equipo (acompañando a Borja Jiménez), en donde continúa al lado de Óscar Cano.

Este domingo, el preparador físico coruñés se reencontrará con sus excompañeros y amigos Manjarín y Cristóbal.