El Racing Club Ferrol, con A Malata sin barrer

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

JOSE PARDO

Limpiar la imagen ofrecida en el Nuevo Arcángel, punto de partida para salvar los muebles

05 oct 2024 . Actualizado a las 12:57 h.

Motas de polvo. Microscópicos ácaros depositados a cuentagotas debajo de una alfombra que rebosa de suciedad en A Malata. Poco importa ya quién manchó más. Lo que está claro es que hace falta una limpieza a fondo para dejar de respirar un aire que no hace más que viciarse con el paso de las jornadas.

Y es que el cúmulo de pequeños detalles negativos juega en contra de un Racing Club Ferrol que suma tres de veintiún puntos en liza y que en el Arcángel veía como las manchas ocultas parcialmente emergían con claridad sobre el verde. Porque, más allá de los resultados negativos, los de Cristóbal Parralo se vieron en serios aprietos para hilar más de dos pases seguidos en la séptima jornada de liga. El primer paso en la ardua tarea del borrón y cuenta nueva lo ha dado el director general y deportivo del club Carlos Mouriz, que comparecerá este miércoles a las 11.30 horas a petición de los medios de comunicación.

fase ofensiva

Sin ideas

La posesión más larga de los primeros 45 minutos de juego frente al Córdoba se produjo antes de que se consumiese el primer minuto en el Arcángel. Siete pases en campo propio y cinco poseedores distintos, con el cuero viajando de Naldo a Jesús Ruiz, Luis Perea, Aleksa Puric; regresando posteriormente al central brasileño que descargó en Moi Delgado y recibió una vez más el esférico para, sin línea de pase clara, terminar por deshacerse de balón y problemas a partes iguales fue la jugada más larga de un equipo que tampoco en transición está sabiendo encontrar ventajas. Prueba de ello son los veintiún disparos del Córdoba por tan solo siete del cuadro naval.

solidez atrás

Acumulación de trabajo

Con la premisa de construir el equipo en base a la solidez defensiva, logró Cristóbal convencer del margen de mejora gracias a que en las primeras cinco jornadas se habían encajado cuatro goles en contra —con el valor añadido de dos porterías a cero —.

No obstante, en los últimos dos partidos el muro verde parece haberse agrietado con la friolera de siete dianas. Las estadísticas de líderes de Segunda División evidencian, no obstante, que el guardameta catalán Jesús Ruiz se sitúa en el top de los que más paradas realizan (22) y el zaguero serbio Aleksa Puric solo es superado por el lateral del Oviedo Rahim Alhassane en materia de recuperaciones. Datos de los que se deduce que el exceso de trabajo defensivo podría estar empañando el buen hacer de determinados efectivos en las filas del Racing.

los datos

Centros, arma de doble filo

Los datos son claros: cuatro goles a favor por once en contra. En todos ellos los centros y faltas laterales juegan un papel clave. La totalidad de tantos anotados por los de Cristóbal parten de una acción de este tipo.

En el extremo contrario también encaja mucho así el Racing. Seis de los once goles recibidos se gestaron de este modo y pese a la suma de centímetros en defensa dos de ellos llegaron de cabeza tras centro al segundo palo —el primero del Albacete y el tercero del Córdoba —.

También en segundas jugadas consiguieron hacer daño el Granada y el Albacete y los tantos anotados por Kevin Medina —el primero del empate ante el Málaga — y Yeremay —en la derrota de Riazor — guardan bastantes similitudes. Una realidad que evidencia que las sesiones de vídeo análisis no están permitiendo rectificar unos errores en los que se incurre reiteradamente.

la pizarra

El eterno debate

Uno de los aspectos que más se ha reprochado a Cristóbal Parralo en lo que va de campeonato liguero es el no adaptar su propuesta y dibujo al perfil de la plantilla disponible. El 4-3-3 y el 4-2-3-1 parecen no acoplarse a un equipo que en las últimas dos jornadas logró anotar jugando con dos puntas como Álvaro Giménez y Jauregi. No obstante, fue en esos compases 4-4-2 en los que el rival sumó más dianas. Y es que tanto es lo que hay que ajustar que da la sensación que cuando el Racing se compensa en un aspecto del juego acaba desequilibrándose en otros de igual importancia. Muestras de que el mal del Racing va mucho más allá del esquema dispuesto por el míster antes del pitido inicial.

el equipo

Sin alma

«El sistema lo hacen bueno los jugadores». Así de tajante se mostraba ya cuando venían bien dadas la pasada campaña un Cristóbal Parralo más partidario de centrarse más en uno mismo que en las virtudes y debilidades del rival.

No obstante, el lenguaje gestual y futbolístico de los suyos evidencia que este Racing es un equipo sin alma y sin una idea clara. La falta de identidad propia debe suplirse con un análisis sesudo del contrario para evitar perder eso que sí parecía funcionar en el arranque.

Si el fútbol propio no fluye la clave reside en que, al menos, tampoco lo haga el del contrario. Porque el problema parece residir en que los jugadores no están motivados para hacer bueno ningún sistema. Los errores en entregas aparentemente fáciles, la tibieza en la presión o la falta de garra en los duelos son síntoma inequívoco de que el juego está sucio y las aguas revueltas.

el futuro

Salvar los muebles

Pero, ¿hay forma de arreglar este desaguisado? Lo bonito de esta Segunda División es que, al contrario que en Primera, hacer cábalas resulta harto complicado. Tanto es así que el arreón final de un descendido como el Amorebieta mantuvo la esperanza con viva hasta la última jornada. Una señal de que ni la cola del pescado está vendida a estas alturas y que el Racing está a tiempo de salvar los muebles. También está claro que a la que el árbitro pite el inicio el sábado frente al Elche (14.00 horas, LaLiga Hypermotion TV) los once elegidos tendrán que fajarse a currar para eliminar, en la medida de lo posible, la mancha previa y hacer que la grada vuelva a identificarse con un equipo en el que lo que preocupa ya no es la falta de un mediapunta o la pérdida del juego de extremos puros.

Porque lo que inquieta al racinguismo, a la vista de los últimos 180 minutos de juego, es la sensación de dejadez. De que unos por otros y A Malata siga sin barrer. La jornada ocho es la de coger la escoba y birlar balones como locos, saltar más que el contrario y limpiar, a base de sudor, la imagen del Racing Club Ferrol.