Menéndez tampoco encuentra la tecla que haga competitivo al Racing de Ferrol
OPA RACING

La película del partido disputado frente al Castellón o al Mirandés se ha repetido ya varias veces en el transcurso de esta temporada de liga
15 feb 2025 . Actualizado a las 17:35 h.El efecto Menéndez se ha diluido con la rapidez con la que lo hace un azucarillo en el café. El triunfo en Levante levantó expectativas, abrió la puerta a la esperanza, aunque los desastrosos partidos frente al Castellón y el Mirandés han sido la misma película de siempre, un equipo frágil, que hace regalos en defensa, que no juega a nada, sin profundidad por bandas y sin gol. En los 90 minutos del partido en Anduva, el Racing tan solo hizo un disparo a portería. Menéndez tampoco consigue dar con la tecla que haga mínimamente competitivo al Racing para tener la oportunidad de ganar partidos.
EL EQUIPO
Falta de concentración y tensión. El Racing puede perder en Anduva, el Mirandés es un equipo aguerrido, que sabe a lo que juega, tiene armas para ganar al equipo ferrolano. Lo que no puede ser es que el Racing le allane el camino con la falta de concentración, tensión y actitud de sus jugadores. El Racing regaló los dos primeros goles por falta de cabeza. En el penalti Naldo (que no pasa por su mejor momento, es un lío tras otro) llega tarde para impedir en remate de Panicelli, y el balón acaba dándole en la mano. En el segundo gol, en otro centro lateral mal defendido, Alberto Reina remata al fondo de la red ante la pasividad de Puric y Rober Correa, que no intentan nada para atacar el balón e impedir el remate de un jugador de segunda línea que llegó solo al segundo palo.
FALTA CONFIANZA
El golazo de Luis Perea no sirvió para casi nada. Perder por 2-0 a los 22 minutos de juego es complicarse la vida al máximo, sobre todo, frente a un equipo que defiende al nivel que lo hace en Mirandés. Sin embargo, el golazo de Luis Perea, un remate de cabeza perfecto tras un centro de Naïm, volvió a meter el Racing en el partido. Era la hora de darlo todo en el campo, aunque de nuevo, el equipo volvió a decepcionar. Fue solo un espejismo. El tercer tanto, en otra acción de Panicelli, acabó con cualquier posibilidad de remontada.

EL ONCE INICIAL
Menéndez necesita un tiempo que no tiene. El nuevo técnico racinguista no encuentra su once. Con pocos días de trabajo al frente al equipo eligió un once que rindió a un nivel aceptable en casa del Levante. Repitió equipo frente al Castellón, aunque a la media hora de juego lo cambió y dio entrada a Erick Cabaco y Luis Perea, ya que no le gustaba lo que pasaba en el campo. Frente al Mirandés dio entrada ya de inicio a Perea y a Naïm en la banda derecha. Tras los graves errores defensivos, en el arranque de la segunda parte metió en el campo a Erick Cabaco y al Pocho Insúa para meter sangre caliente en defensa (según comentó). En la primera media hora de juego Héber Pena entró por un lesionado Raúl Blanco, aunque el naronés no está en forma, no desborda y tampoco centra.
SOLUCIONES
Simplificar las cosas. Si no hay calidad en la plantilla, es lo que hay, no se puede inventar. Sin embargo, la falta de tensión, de sangre caliente, actitud o concentración es imperdonable en un equipo con las necesidades del Racing. Menéndez tiene que dar un golpe en la mesa con los jugadores para que no se repitan situaciones como las sucedidas frente al Castellón o en Mirada de Ebro. El que no se deje la piel en el campo, no tiene sitio en este equipo. Las perdidas de balón en la salida del balón son groseras. Es probable que el técnico necesite simplificar las cosas, si no se puede jugar desde atrás tocando el balón habrá que meterla arriba. En la etapa de Cristóbal en el banquillo verde, el técnico renunció a su 4-2-3-1 y pasó a jugar con un 4-3-3 e incluso con un 3-5-2. A lo mejor la solución del Racing pasa por jugar con tres centrales.
LA DEFENSA
Frenar la sangría de goles. La defensa de Racing fue la parte más fiable del equipo. Son diez encuentros sin encajar goles, es decir, el equipo ha demostrado que tiene capacidad para defender bien. No se pueden permitir las facilidades que se dan en los arranques de los partidos. Jau que salir al campo a muerte, con el cuchillo entre los dientes. Hay un gran portero bajo los palos, Jesús Ruiz, de no haber sido por él, el Racing podría haber encajado más goleadas sonrojantes. Tampoco es culpa únicamente de los defensores, el balance defensivo del equipo es malo, con laterales rivales que doblan a sus extremos sin que nadie baje con ellos o jugadores de segunda línea que acaban en el área del Racing sin vigilancias.