Los ferrolanos mejoran en defensa, aunque en ataque el equipo sigue perdido, no dispuso ni de una sola ocasión clara de gol contra el Córdoba
22 feb 2025 . Actualizado a las 19:36 h.Todas las derrotas son duras y algunas veces también son crueles. Es lo que le sucedió al Racing frente al Córdoba, con un tanto en el tiempo de descuento de Jacobo González que daba el triunfo a los andaluces por 0-1. El partido se resolvió en esta jugada, aunque se decidió a los 60 minutos con una severísima roja del árbitro Saúl Ais Reig, que dejó a los ferrolanos con diez en la última media hora de encuentro, mientras que no siguió el mismo criterio en una dura entrada de Pedro Ortiz en la primera parte. Las dos fueron entradas temerarias, con el pie en plancha, aunque en el caso de Buñuel el árbitro interpreta que hubo fuerza excesiva.
En inferioridad numérica en la última media hora, el Racing estaba condenado ante un equipo del potencial atacante del Córdoba, con 37 goles uno de los clubes más realizadores de la categoría. La defensa del Racing, con uno menos, fue heroica, aunque se veía venir, momentos antes los andaluces habían estrellado un balón en el larguero.
El Racing afrontó el encuentro con otra actitud, con mucha más garra en el campo, personificada por Pocho Insúa, que dio una lección de lo que es un futbolista aguerrido. Sin embargo, ahí se quedó todo.
El Córdoba tiene uno de los mejores ataques de la categoría, pero también una de las peores defensas. En lo que va de liga han encajado 43 goles, uno más que el Racing. Sin embargo, el Racing no hizo daño en ataque. En los 90 minutos del choque frente al Córdoba no dispuso ni de una sola ocasión clara de gol. Hizo cuatro tiros a portería, dos de ellos bloqueados, y ninguno de ellos fue entre los tres palos. Cero paradas del portero rival.
Así es imposible ganar. Siempre hay un detalle en contra, un gol en propia puerta, un penalti o como en este partido un gol en el descuento. Ya no es cuestión de Cristóbal Parralo o de Alejandro Menéndez, al Racing le falta calidad, especialmente en ataque. Ahora se recoge lo que se sembró en verano y la cosecha es mala. La situación está imposible, el futuro es oscuro, aunque no se puede arrojar la toalla.