Los de Escribá, sin conocer la victoria en el mes de febrero, llegan al encuentro con bajas importantes
08 mar 2025 . Actualizado a las 17:03 h.Bien ha demostrado el fútbol, con innumerables ejemplos a lo largo de su historia, que el antónimo de amor por unos colores no es el odio, sino la indiferencia. Una indiferencia que, a pesar de acumular cinco derrotas consecutivas y de los catorce puntos que nos separan del objetivo de permanencia en la categoría, parece no haberse instalado, felizmente, en la masa social de una familia verde, dividida entre quienes demuestran cada jornada el sentimiento del más bello amor verdadero por la entidad afrontando la adversidad con la mejor actitud de animosidad, respeto y silencio, y quienes responden con su crítica, en ocasiones irrespetuosa, ante las vías de agua que aparecen cada semana en nuestro Titanic ferrolano.
En todo caso, bienvenida sea la ausencia de indiferencia, sin olvidarnos del respeto y señorío que siempre han acompañado a la familia verde.
Una semana más en la que las matemáticas hacen posible un sueño cada jornada más imposible y que, esta vez, nos lleva a Granada, donde el errático inicio de temporada llevado a cabo bajo la dirección técnica del novel Guillermo Abascal, parecía haber enderezado su trayectoria al otorgar la confianza en la experiencia de los más de doscientos encuentros dirigidos en la máxima categoría de Fran Escribá, y que, en la actualidad, se encuentra inmerso en una dinámica adversa de resultados, con un mes de febrero sin conocer la victoria, con dos victorias en los últimos nueve encuentros y con la debacle de la última jornada ante un Córdoba que destapó las carencias del juego rojiblanco, lo que ha relegado al cuadro granadino a una distancia de siete puntos de las plazas que dan acceso a la disputa de la promoción de ascenso a la máxima categoría.
Una sensación de fracaso para una entidad que partía como una de las grandes favoritas al ascenso de categoría, y que pudiera tener su explicación en la falta de adaptación a la salida durante el mercado invernal de su jugador más determinante, Myrto Uzuni, y a la plaga de lesiones que asola a los rojiblancos.
Un mercado invernal en el que a la importante baja de Uzuni, le han acompañado el central Ignasi Miquel y los exteriores Pablo Sáenz y Theo Corbeanu, incorporándose a la nómina de los granadinos el extremo Abde Rebbach, cedido desde el Alavés, y los delanteros Stoichkov y Borja Bastón.
SISTEMA DE JUEGO
Fidelidad al 1-4-4-2, sin apenas variantes
El técnico valenciano del conjunto granadino, Fran Escribá, ha mantenido fidelidad desde su llegada al sistema de juego, 1-4-4-2. Con las dudas surgidas del estado físico
de jugadores que no han entrenado con normalidad durante la semana y con las bajas por lesión de los habituales Luca Zidane,Brau, Jozewiak y Loic Williams y por sanción de Stoichkov, parecen fijos en el once titular del próximo domingo Diego Mariño en portería, con Rubén Sánchez en el lateral derecho, Manu Lama y Pablo Insúa, con opciones para Miguel Rubio, en el centro de la defensa y el posible regreso de Carlos Neva en el lateral izquierdo. Sala de máquinas con los habituales Gonzalo Villar y Sergio Ruiz, banda derecha para el zurdo Giorgiy Tsitaishvili y banda izquierda para el diestro Abde Rebbach. Como jugadores más adelantados, parecen seguros Lucas Boyé y Borja Bastón. Opciones de titularidad para Ricard Sánchez en el lateral diestro, Manu Trigueros y Martín Hongla en el medio campo, y Reinier, Shon Weissman y Siren Diao bcomo referencias ofensivas.
ESTILO DE JUEGO
Combinativo y liderando la clasificación de centros fallados
El conjunto rojiblanco utiliza, como principio irrenunciable, un modelo de juego combinativo que mejora sustancialmente con la elección de los jugadores más dotados técnicamente para desarrollar este modelo, mostrando ciertas deficiencias en la salida de balón de alguno de sus centrales y en la labor de construcción de juego realizada por mediocampistas de perfil recuperador que denotan dificultades para superar líneas adversarias en jugadas de ataque posicional.
El conjunto granadino ocupa el segundo lugar de la categoría en pases realizados en su propio terreno de juego, faceta del juego liderada por la escuadra ferrolana, y ocupa el liderato en centros fallados, lo que evidencia uno de sus principales puntos débiles de su juego, acumulando un muy elevado número de pérdidas de posesión en propio terreno de juego que varios de sus adversarios han logrado convertir en circunstancia determinante en su favor.
FASE OFENSIVA
Contundencia en área adversaria y brillantes transiciones
El conjunto granadino plantea una diversidad de variantes en su juego ofensivo que explican la brillante cifra de cuarenta y cinco goles conseguidos, cuarenta y dos de ellos desde el interior del área adversaria, lo que les sitúa como tercer conjunto máximo goleador de la categoría. De forma prioritaria, buscan la progresión de su juego a través de la superioridad numérica en bandas, aprovechando el marcado carácter ofensivo de sus laterales, para ejecutar centros laterales que hagan brillar tanto el brillante juego aéreo de sus referencias ofensivas, así como las excelentes diagonales realizadas por sus jugadores exteriores, que justifican la contundencia demostrada en área adversaria. Además, la rapidez de Abde Rebbach y Tsitaishvili, así como la potencia esgrimida por Lucas Boyé permiten imprimir un ritmo y una velocidad sobresaliente a sus transiciones ofensivas.
No obstante, pese a tratar de cubrir la baja de Myrto Uzuni con la incorporación de jugadores de contrastada calidad en la categoría, se detecta en las últimas jornadas un menor poder de determinación frente al marco adversario. Asimismo, se muestran poderosos en las acciones de estrategia ofensiva gracias a su buen dominio del juego aéreo, donde la incorporación de sus centrales les genera una mayor jerarquía en este tipo de acciones.
FASE DEFENSIVA
Deficientes interceptaciones y errores de marcaje en estrategias En fase defensiva, el conjunto granadino hace uso, generalmente, posicionamiento en bloque de presión medio-alto, sin hacer uso de excesiva intensidad sobre el poseedor de balón y acompañada de una irregular activación tras pérdida. Mantienen una equilibrada distancia entre líneas, generándose espacios de juego para sus rivales a las espaldas de sus defensores, al situarse esta línea más adelantada de lo habitual. Asimismo, el marcado carácter ofensivo de sus laterales posibilita la realización de efectivas transiciones ofensivas a sus adversarios utilizando sectores exteriores.
En las últimas jornadas, los granadinos mostraron ciertas deficiencias en la toma de decisión en jugadas de estrategia defensiva, especialmente en el seguimiento de marcajes, lo que ha propiciado la recepción de tres goles a la salida de tres saques de esquina en las dos últimas jornadas, Asimismo, reiteran la comisión de infracciones punibles encasilladas dentro del juego brusco grave o conducta violenta, liderando la clasificación de la categoría en la recepción de tarjetas rojas, con siete expulsiones acumuladas, cinco de ellas de forma directa.
Los granadinos, colistas de la categoría en número de interceptaciones, acostumbran a denotar cierta relajación ante disparos realizados desde el exterior del área por sus rivales, habiendo recibido ocho de sus treinta y nueve goles como consecuencia de este tipo de acción.
En definitiva, un encuentro que debe servir a ambas escuadras para poner punto final a la dinámica adversa de resultados que les ha acompañado en las últimas jornadas y una nueva oportunidad para que la afición ferrolana haga suya la letra del Ahí estás de Amaral y muestre, una vez más y de forma inquebrantable, ser la vida, el todo y el siempre del conjunto verde.