
El lucense sub-23, que está a la espera de saber si tiene sitio en el Racing o saldrá cedido, jugó a un buen nivel durante todo el partido frente al Castilla
03 ago 2025 . Actualizado a las 14:05 h.Noventa más alargue. Por dentro y por fuera, bajando a defender cuando el Castilla achuchaba a un Racing Club Ferrol asfixiado en salida de balón. Así mandó recado Azael García (Lugo, 2004) de que aquí quiere quedarse, que A Malata es su sitio y que el salto de categoría desde Tercera a Primera Federación no es problema para él.
Ya en su presentación oficial con la escuadra verde dejó claro el mediapunta sub-23 que está seguro de su capacidad, pese a que el club puso las cartas sobre la mesa desde un primer momento: «Se priorizará el crecimiento deportivo del futbolista en un contexto a medio plazo», subrayaron tras hacerse con la propiedad de García. Así, a la espera de que el club defina si se queda en el Racing o le toca salir cedido, el lucense acude desde su domicilio familiar cada día a entrenar y encuentra cobijo en casa de sus compañeros los días de doble sesión. Un situación que espera poder resolver afincándose definitivamente en Ferrol como jugador del primer equipo.
Sabedor de que el movimiento se demuestra andando, Azael exprimió la oportunidad que le brindó Pablo López en una tarde complicada frente al Real Madrid Castilla, que se saldó con derrota por 2-1. Arrancó el ex de la Sarriana compartiendo demarcación con Jairo Noriega, con Aitor Gelardo ejerciendo como medio de contención. Fueron minutos de asfixia, con la intensa y elevada presión de los mirlos blancos de Arbeloa y un Racing al que le faltaba cuerpo en la medular. Con mayor presencia de la deseable en las inmediaciones del arco custodiado por Miquel Parera, Azael bajó a recibir cuando la zaga verde no lograba iniciar jugada e hizo lo propio cuando la totalidad del juego se volcaba sobre su portería y defender con uñas y dientes se antojaba capital para no descolgarse hasta el 3-0 desfavorable en el marcador.
Fue actor implicado en la primera aproximación del Racing, que acabó en saque de esquina tras una buena combinación entre el mediapunta y Antón Escobar. Con el paso de los minutos, el dorsal 24 se fue soltando más y, después de un estreno de menos lustre en Vilalonga, escogió el Cantarrana-Kiko Rey para conducir con criterio, dejar clara su habilidad técnica y, de paso, su lectura del juego.
La continuidad, la clave
Con la entrada de Ander Gorostidi al descanso, le tocó al ex de la Sarriana escorarse a banda y ejerciendo de extremo izquierdo tuvo en el 55 una clarísima tras un centro de Álvaro Juan. El tiro se marchó ligeramente desviado, pero demostró el joven futbolista su capacidad de adaptación y cambio de rol. Precisamente en la segunda mitad, con dos mediocentros de referencia como Álvaro Peña y Gorostidi —al que le tocó enfundarse el mono de central y, aún con todo, aportó criterio al inicio de jugada —, fue cuando el lucense se vio menos exigido en tareas defensivas y pudo aportar más en ataque.

Además, en un partido de probaturas y elevado índice de rotaciones, fue precisamente el dorsal 24 el único integrante de la fragata verde que permaneció en el campo durante todo el partido y lo hizo ostentando tres roles distintos.
Arrancó en el interior, se escoró a la izquierda con la entrada de Gorostidi y cambió de flanco cuando ingresó Pascu al terreno de juego. Polivalencia y alternativa a las que debe dar continuidad un Azael García que supo sacar el máximo jugo de la derrota erigiéndose como el exprimidor del momento en el Racing Club Ferrol.