Chispazo vital de Álvaro Juan para que el Racing Club Ferrol supere al Cacereño (0-1)

De la penumbra a la luz de un voleazo. El Racing Club Ferrol regresó a la senda de la victoria frente al Cacereño (0-1) en el Príncipe Felipe gracias a un chispazo de calidad de Álvaro Juan, que remedió de un plumazo el bloque bajo defensivo de los locales que se vaciaron en los últimos compases y pusieron a prueba el temple de una fragata verde que supo ser acorazada en un final eléctrico.

Grazas a todos os afeccionados racinguistas que nos alentaron no Príncipe Felipe, comandados pola @navaldeljarama y @pr_decadicadi #CacereñoRacingClubFerrol #PrimeraFederación #VersusELearning #Prace pic.twitter.com/LBtveGHnGW

— Racing Club Ferrol (@racingferrolsad) December 6, 2025

Mismas once espadas que en el empate frente al Mérida, con el habitual trivote en una medular en la que igualó Cobos la apuesta con tres mediocampistas en las filas del Cacereño. Balón largo, cargado de intenciones y petición de mano tras descarga de Il Demoni. No concedió el colegiado y, tras dos centros laterales, se anotó el primer testarazo en el uno de partido Álvaro Giménez. Atajó Nieves y a seguir. Monopolio ferrolano, con recuperación inmediata de los de Pablo López en el arranque y las líneas más adelantadas de lo habitual.

Superado el diez armó Joserra el centro raso y se la tuvo que quitar de encima Zalaya. Aviso a la fragata verde, que respondió con disparo tibio de Álvaro Peña y devolvió el envite Berlanga, que dribló a Mardones y colgó un balón al que a punto estuvo de llegar César.

Con los veinte de partido asomando, crecían los de Cobos de la mano del balón parado y se igualaban las tornas. Del vértigo inicial a la pausa habitual en el cuadro naval, con una marcha menos que en los primeros compases. Con Álvaro Juan dormido en los laureles y el Racing volcado en campo rival, aprovechaban los de Cobos para armar una contra en la que la precipitación local salvó a los visitantes de un susto.

Parón momentáneo para atender a un espectador y vuelta a la carga en el Príncipe Felipe. No pudieron, entre Pujol y Mardones, cerrar el paso a César Gómez. Disparo, respuesta de Parera y la necesidad de volver a engrasar la maquinaria.

Los pases, que arrancaron siendo fluidos, comenzaban a atropellarse en un cuadro naval desesperado por el bloque bajo local. Un balonazo inintencionado de Mardones a un jugador del Cacereño acabó en conato de una tangana que se resolvió con la expulsión del portero Lucas Díaz, que saltó como un gamo para proteger al lateral ferrolano. Con la crispación en niveles muy altos —la grada ejerció de duodécimo jugador — y un cierre de primer acto sin fútbol, se salió el Cacereño con la suya y, pese a que dispuso Álvaro Giménez de la más clara sobre la bocina, le tocó al Racing enfilar los vestuarios sin estrenar el marcador.

Diana salvadora

Su partidazo en la Copa tuvo premio y saltó Dacosta al verde tras el descanso. Carrusel de centros y mismo arrojo que en el inicio de la primera mitad por parte de la fragata verde.

 Polémica servida en el 51, con un centro de Álvaro Ramón que trató de introducir Il Demoni en la meta de Nieves. Se revisó la acción de oficio por un posible gol fantasma y no logró Giménez acuñar la del más listo de la clase. El acoso y derribo del Cacereño a Mardones derivó en el cambio obligado del ferrolano por Migue Leal. 

De lado a lado, sin lograr morder y nueva intentona tímida de Peña. Así, con el cariz a cero cerismo que estaba tomando el duelo, confió Pablo López en Azael García. Un manotazo de Berlanga sobre el rostro de Dacosta abría la puerta a la bala del penalti. Revisó y no concedió el colegiado. Tocaba jugar y eso hizo Álvaro Juan, con una volea impresionante que ni olió Nieves. Lejos de arrasar le tocó a los de Pablo López resistir y optó el técnico por blindarse con línea de tres centrales con la entrada de Chema Rodríguez. 

Con el juvenil Iker debutando en las filas locales y la grada local volcada, supo el Racing Club Ferrol ponerle mente fría a un revolucionado cierre de partido. Así, con suspense hasta el final y con los de Pablo López apretando los dientes, el chispazo de Álvaro Juan sirvió para arrojar luz en el camino del Racing Club Ferrol tras dos jornadas de sombras y un cierre de choque con alto riesgo de electrocución. 

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