DESDE SU fundación, en 1908, por el británico Robert Baden-Powell, el movimiento scout ha crecido imparable y se ha extendido por todo el mundo. En España tiene una amplia presencia. Su fin es la educación integral de los niños y los jóvenes y el desarrollo de su personalidad mediante la autoformación y la vida en grupo, principalmente en contacto con la naturaleza. Sus miembros eran los boy scouts, pero en 1967 presciendieron de la palabra boy . El inglés creó la voz scout (explorador) a partir del antiguo francés escoute, de origen latino. El francés moderno utiliza scoutisme como nombre del movimiento y de la actividad de los scouts, y para nombrar a éstos emplea la voz que en ese idioma significa 'explorador', èclaireur, que convive con scout . El euskera ha recurrido al préstamo del inglés, es decir, a la adaptación fonética y morfológica de scouting y scout: eskautismo y eskaut (Euskalerriko Euskautak). En catalán se emplea escoltismo, para el movimiento, y escolta, como nombre de sus seguidores y adjetivo. En gallego se usan scoutismo y scout . Para designar a los scouts, en español se recurrió ya a principios del siglo XX a una palabra antigua: exploradores. Posteriormente surgió escultismo, por influencia del catalán, y de él se ha derivado escultista. Éste es el nombre que designa a la persona que practica el escultismo y el adjetivo para lo referente a él. Ambos términos entraron en el Diccionario en 1992. El uso del primero es amplio en las organizaciones scouts de España. No ocurre lo mismo con escultista, que no ha desplazado a explorador y a scout . hablar.bien@lavoz.es