Tiros y trompetas

| LUIS VENTOSO |

OPINIÓN

28 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

EL 8 DE ABRIL, un tanque Abrams americano disparó desde 1.500 metros de distancia al hotel Palestina, donde era público que se alojaba la prensa extranjera desplazada a Bagdad. El disparo mató al cámara gallego José Couso y a un periodista de Reuters. El Mando Central estadounidense definió lo ocurrido como una acción de «autodefensa». El Gobierno español, comedido como nunca, se limitó a solicitar una explicación a su aliado. La ministra Ana Palacio se apresuró a matizar que «esta tragedia lamentable no justifica una condena al Gobierno de Estados Unidos». Más tarde, Powell despachó la muerte de Couso como «un accidente de Guerra». El PP ha vetado la investigación en el Congreso de la muerte del ferrolano. Ahora, en Australia, un trompetista de jazz en la berza le ha tocado al equipo español de tenis el Himno de Riego (el de la República), en lugar del actual Himno Español. No pasa de ser una anécdota chocarrera, que a la mayoría de los ciudadanos nos ha arrancado una sonrisa. Pues bien: el Gobierno, por boca del portavoz Zaplana, anuncia de inmediato «una protesta formal ante el Comité Olímpico» y por vía diplomática, el Ejecutivo español conmina a Australia a que dé «las explicaciones oportunas». Españolean en lo anecdótico y se escaquean en lo crucial. Concluye así la semana fantástica de la nueva diplomacia cañí, que en espera de que lleguen las invisibles prebendas del primo George, nos va garantizando el enojo de Bruselas y la antipatía de media Sudamérica.