Cándido Stone

La Voz

OPINIÓN

CÉSAR CASAL GONZÁLEZ | O |

24 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

ES UN publirreportaje, con descaro. No se puede abordar a Cuba y Fidel con un documental que exhibe hasta los abrazos del entrevistador con el entrevistado. Oliver Stone ha dilapido su prestigio con Comandante. Cuba no es una broma. No se puede filmar un anuncio de detergente cuando está en juego la vida de miles de personas. El periodismo es otra cosa. En las facultades se enseña que la objetividad es difícil, pero el profesional busca siempre el justo medio de la honestidad. En Cuba hay adelantos (sanidad, educación), muy meritorios con un bloqueo, que no se dan en otros países de Centroamérica, pero no tiene sentido noventa minutos de jabón a un dictador que no se somete a elecciones. Fidel sale con traje ol(j)iva militar y botines Nike. Contesta a la gallega. ¿Cuánto tiempo dedica al ejercicio? Ni un segundo pierdo en afeitarme la barba, responde. O dice que el dirigente soviético que les quitó la ayuda fue el presidente de EE.UU. Soy un dictador de mí mismo, concluye. Y, con la pregunta de ¿quién vendrá después de usted?, le sale de nuevo el gallego de los genes: «Todo depende». Seguro que Gelo, alcalde castrista de Oleiros, tiene grabado este bonito vídeo promocional. cesar.casal@lavoz.es