SIEMPRE me ha llamado mucho la atención el concepto de «devoluciones» que nos aplica Hacienda. Todas las políticas informativas nos bombardean por estas fechas con cifras de declaraciones que «salen» a devolver y las que «salen» a pagar. Además se considera como algo muy positivo que casi todas salgan a devolver, que los ciudadanos van a recibir un dinero extra. Sin embargo, aquellas declaraciones que acaban pagando algo más que las retenciones son las menos. Y uno queda casi con las ganas de darle las gracias a Hacienda. En la campaña de este año, ya nos anuncian que el 78% de las declaraciones recibirán devoluciones, mientras que sólo un 21% tendrán que pagar más de lo que se les ha retenido. El saldo es muy favorable a los ciudadanos. Hacienda es muy honrada y nosotros muy afortunados. Insisto en que estos conceptos siempre me han llamado la atención y siempre me he sentido en la necesidad de llamar a las cosas por su nombre. En este caso, lo cierto de las cifras es que nuestra Hacienda española ha retenido más dinero del que debería al 78% de los declarantes. Hacienda se ha estado financiando con dinero que no le correspondía. Y está claro que estas retenciones no se les hacen a las personas que más cobran, ni a los profesionales que amasan fortunas sin declarar; no, suelen afectar especialmente a los que tienen menos ingresos. Y sólo al 21% le ha retenido lo justo o algo menos. Esta quinta parte de ciudadanos privilegiados ha podido disponer de su dinero durante todo el ejercicio y ha pagado en el momento adecuado, razonable y oportuno. Es cierto que el sistema de retenciones facilita el pago a plazos de los impuestos. Es cierto que un sistema de pago por ejercicio, todo junto, sería muy gravoso para las familias. Incluso es posible que Hacienda no pudiese cobrar de otra forma los impuestos porque, sin retenciones, las familias harían uso de esos fondos y no los tendrían disponibles en su momento. Pero todos estos argumentos no niegan la realidad: cuando Hacienda tiene que hacer devolucioneses porque se ha quedado con más dinero del que debería; se ha estado financiando gratis con dinero adelantado por los contribuyentes. Y no propongo que se cambie el sistema, sólo pido que se llame a las cosas por su nombre. Me gustaría que Hacienda pidiera alguna vez perdón en lugar de hacer propaganda de esa devolución y de esperar el agradecimiento de los ciudadanos. Es Hacienda la que nos tiene que dar las gracias a los contribuyentes por haberle adelantado nuestros pocos recursos. Esa sí podría ser una buena campaña publicitaria.